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Dicen por ahí que el futbol mueve al mundo y vaya que es verdad, pues su establecimiento como deporte de conjunto y el sin fin de historias que dan cuenta del nacimiento de equipos y rivalidades van más allá de cualquier ejemplo a nivel amateur o profesional. El encanto del llamado "deporte más hermoso del mundo" es más que el capricho de un empresario o de un sistema de franquicias; para jugar solo basta un balón, o un objeto que cumpla esa función, y algo que determine lo que serán las porterías. Curiosamente, esta esencia tan sencilla se ha mantenido pese a que hoy se trata de un negocio multimillonario con una esfera que ha sabido lucrar y muy bien con ello. Por eso el futbol no tiene una estructura como la del deporte colegial norteamericano, siempre formativa y conectada con el deporte profesional, no, el futbol implica pasar de la calle a una situación soñada en un proceso ya establecido que se repite una y otra vez y que en muchas ocasiones deja dinero por todos lados para los involucrados. Al final, y ya en las garras de un negocio, el origen se mantiene -alguna vez dijo Diego Maradona "la pelota no se mancha"- el balón sigue rodando y el dinero sigue fluyendo, ¿por qué habrían de cambiar las cosas? Irónicamente, en los videojuegos pasa lo mismo y FIFA, siempre en busca del realismo, es uno de los mejores exponentes de ello y la culminación de una generación, esta vez en los pies de FIFA 21, lo demuestra.
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FIFA 21...20...19...el año es lo que menos importa
FIFA International Soccer debutó en 1993 en una época de expansión del futbol a nivel internacional. La celebración del Mundial Estados Unidos 94 era una oportunidad para llevar el negocio, no tanto el deporte, a uno de los mercados más importantes y ya con una perspectiva del potencial que la franquicia tenía como videojuego, otro negocio que estaba en boga y que amenazaba con convertirse en una industria multimillonaria en los años por venir. FIFA, por mucho tiempo con el Soccer acompañando su nombre, jamás se distinguió por su jugabilidad pero tenía un factor muy importante a favor: licencias y nombres reales. Para muchos, los juegos de la franquicia de Electronic Arts fueron la conexión con las ligas europeas y aquellas historias de grandes equipos y estrellas que veíamos en los noticieros, o que aquellos con acceso a TV de paga podían ver en vivo y directo.
Gracias a este simple detalle, la franquicia se mantuvo viva y en ascenso pese a lo bien que lo hiciera su mayor competidor, el cual era desarrollado por una compañía japonesa y tenía la ambición de brindar el mayor realismo posible a los jugadores, aunque no tuviera una sola licencia o imagen de jugador real. Cada año, vio el lanzamiento de un nuevo FIFA y con él el aprovechamiento de las plataformas para dar ese toque de realismo, quizá no en jugabilidad, pero sí en cuanto a equipos y jugadores. 10 años después, los jugadores ya teníamos un FIFA con playeras oficiales con todo y patrocinador e incluso representaciones fieles de los estadios más importantes de Europa. 20 años después ya teníamos un FIFA con más detalles, ligas oficiales, narraciones realistas y prácticamente todo lo que un fan del futbol podría pedir.
FIFA prometía mucho para esta generación, pero se quedó a medio camino
Sí, la jugabilidad siempre era "el detalle", pero al final, la franquicia tenía al equipo de nuestros amores y la oportunidad de que la historia fuera diferente en un videojuego y ahí sí celebráramos un campeonato o la gloria de la victoria en un clásico. Esta escala ascendente llegó a los terrenos de PlayStation 4, Xbox One y PC, en medio de una gran expectativa por lo que estas plataformas podrían permitir en términos de realismo, anunciando la combinación perfecta. No puedo negar que así fue por un momento y basta con ver las críticas y calificaciones que se llevaron las primeras iteraciones de FIFA en esta generación, pero en un momento el avance se detuvo y cada entrega se convirtió en un copia y pega de la anterior. El establecimiento del juego en línea llevó el enfoque hacia FIFA Ultimate Team, que hizo realidad ese paso de aquellos que jugaban y apostaban en las ligas de fantasía de futbol, que a su vez eran evolución de las tradicionales "quinielas". Fue entonces que el año de FIFA ya no importó, que lo único que cambió fueron los uniformes y las alineaciones y donde la jugabilidad seguía siendo ese "detalle". De ahí que al ver y jugar FIFA 21 no pueda desprenderme de ese experiencia agridulce, pues el videojuego condensa toda esta historia, con lo mejor y también lo peor de la franquicia, algo que trataré de explicar a continuación.
El centro sin sentido que se lanza una y otra vez esperando el gol milagroso
FIFA 21 es prácticamente el último título de la franquicia para esta generación, pues este mismo año dará el salto a PlayStation 5 y Xbox Series, por lo que lo más probables es que a partir de este momento la idea sea lanzar versiones Legacy para los años por venir. De inicio, esto suponía que había poca oportunidad para hacer algo radical o implementar cambios importantes, de manera que lo primero que encontrarás al inicio es que FIFA 21 es, en su mayoría, casi la misma entrega del año pasado.
A favor de lo anterior se puede decir que es uno de los simuladores con mayor contenido y con modos de juegos suficientes, pues el título puede responder a las necesidades de juego casuales, competitivas y aquellas en las que se busca perderse por una temporada completa. Esto significa que FIFA 21 mantiene los mismos modos de juego, desde aquellas opciones para celebrar encuentros amistosos en contexto de cualquier competencia, pasando por la propuesta de VOLTA-Football que sigue funcionando a manera de experiencia narrativa aunque ahora más diluida y poco interesante, hasta los modos más buscados como Carrera y Ultimate Team.
Por modos de juego, FIFA 21 no queda a deber, sin embargo, es aquí donde surge el cuestionamiento sobre si esto es suficiente para pagar por un juego completo, en especial porque no hay más que ajustes y tomando en cuenta que la franquicia de la competencia optó por lanzar una versión actualizada que cubre esta temporada y por un precio menor.
En ese sentido, hay que reconocer que EA fue claro en torno a lo que era FIFA 21 y los cambios puntuales que se experimentarían en esta entrega, los cuales tienen que ver con algunos aspectos de la jugabilidad, el modo Carrera y ciertos detalles en Ultimate Team para privilegiar un entorno de juego justo y balanceado.
Como he mencionado, la jugabilidad de FIFA siempre ha sido el detalle de la franquicia, ubicada en un punto, quizá medio, entre un estilo casual-Arcade y el realismo, algo a cuestionar pues se supone que estamos ante un simulador deportivo que debería apostar por las físicas de balón y movimientos más avanzadas.
Una jugabilidad divertida, aunque lejos del realismo
Al respecto, hay buenas noticias, pues FIFA 21 definitivamente es un mejor juego que FIFA 20 en cuanto a jugabilidad, muestra de que el equipo de desarrollo puso algo der atención en este apartado para pulirlo un poco en la previa a la llegada de una nueva generación, con lo que sienta las bases para lo que vendrá en las siguientes entregas. En términos comparativos, diría que FIFA 21 se juega como la mejor versión que llegó a tener FIFA 19, una de las entregas que mejor recepción tuvo y que no sucumbió ante la crítica de la comunidad. Obviamente, esta valoración tiene un contra y es que FIFA 21, no tendría que ser igual de bueno en alguno de sus apartados que algún título anterior de la franquicia, debería ser mejor que todos ellos, pero no es así.
Dicho esto, FIFA 21 presenta algunos cambios interesantes, como un nuevo sistema de colisión, pensado para que los jugadores eviten el contacto entre ellos, o sea como evitar un obstáculo. Lamentablemente, si bien se agradece que los jugadores ya no se enfrasquen en movimientos extraños, o que cometan cualquier locura bajo el control de la IA, esta propuesta no tiene el impacto esperado en la experiencia de juego pues, repito, está pensada para evitar choques, no para dotar al sistema de una física real de colisiones en la que intervienen factores como la velocidad y la posición del cuerpo, algo que sí logró recientemente la franquicia competidora. ¿Qué resulta de esto? Pues que en muchas ocasiones no hay un choque de cuerpos, sino evasiones que para nada tienen que ver con el realismo; en lugar de un contacto fuerte de hombro con hombro, los cuerpos de ambos jugadores se resbalan al entrar en contacto y esto vaya que tiene un impacto cuando estás defendiendo pues te deja en situaciones comprometedoras que, en las dificultades más elevadas terminarán con un gol en contra.
Las trayectorias dinámicas están bien logradas y aportan a la ofensiva
Por otra parte, FIFA 21 buscó privilegiar el juego ofensivo con algunos ajustes que buscan dotar al jugador con mayor control de la situación. Uno de ellos es el sistema de trayectorias dinámicas, a mi parecer evolución de una propuesta que se manejó haya por la edición FIFA Soccer 2003 que permitía manejar los movimientos de otro jugador con el stick derecho. En FIFA 21, basta con mover el stick hacia la dirección en que busquemos que vaya el jugador después de dar un pase, dando nuevas opciones para sorprender al rival y algo que en definitiva invita al usuario a tener mayor concentración en lo que pasa en el campo.
Además, FIFA 21 brinda la opción se seguir controlando al jugador que deseemos aún después de que se deshizo del balón, detalle que también suma a las posibilidades de ataque, sobre todo para romper con las defensas de aquellos equipos poderosos, pues en los enfrentamientos con rivales de menor nivel no será necesario. Hasta la última actualización, este sistema está bien logrado y da cierta frescura a una jugabilidad que sigue siendo más de lo mismo.
Siguiendo la idea de enfocarse en la ofensiva, FIFA 21 también presenta ajustes en cuanto a la IA de tus compañeros y vaya que sí hay una mejora en este apartado pues las decisiones y rutas que toman en el campo son más realistas, menos torpes y en definitiva te harán pasar menos corajes y momentos de frustración, algo común en ediciones anteriores donde tu pared o jugada magistral planeada para más de 15 toques sucumbía ante la torpeza de la IA.
Eso sí, esta apuesta por la ofensiva ha tenido su costo y hasta este momento, FIFA 21 luce con algunos problemas de balance, en especial con los equipos más poderosos y con extremos rápidos. Como ejemplo está el Liverpool FC, con Sadio Mané y Mohamed Salah, con quienes no será difícil estar una y otra vez en situaciones de contragolpe por las bandas, detalle al que urge poner atención pues fácilmente puede romper el juego. Asimismo, y tal como lo anunció el equipo de desarrollo, FIFA 21 daría mayor presencia a los cabezazos en el área, lamentablemente, estos también está desbalanceados y he podido meter gol con la cabeza en posiciones inimaginables, además de que el impacto y efecto que toma el balón no corresponden con la posición descompuesta que creía que tenía mi jugador.
Los regates son más fáciles, pero pueden romper el juego
Finalmente, FIFA 21 añadió supuestas mejoras a su sistema de regates, y digo supuestas pues si bien ahora es más fácil controlar el balón y gambetear usando los 2 sticks o apretando R1 y el stick izquierdo, lo cierto es que muchos de estos movimientos superan al rival con demasiada facilidad, por lo que se convierten en un recurso que puedes usar en muchas ocasiones para salirte con la tuya cuando no se trata de eso, sino de superar al rival según las posibilidades de tu jugador y con una física bien implementada, algo que no es el caso. De la misma forma, la velocidad del juego sigue siendo un detalle a tomar en cuenta para lanzar una crítica contra su propuesta de realismo, pues incluso seleccionando velocidad "lenta" (lo que sea que eso signifique) el juego se sigue experimentando de manera rápida y algunos jugadores realizan desbordes cuya frecuencia, obviamente, no es real, vamos, ni siquiera Cristiano Ronaldo en su etapa joven desbordaba tanto y con tanta efectividad.
Algo de lo que EA se preció durante la previa al debut de FIFA 21 fueron las mejoras que se estaban realizando para el modo Carrera, uno de los que se estancó con el paso de los años y que terminó por convertirse en algo aburrido luego de jugar una temporada. Para esta edición, el equipo de desarrollo añadió elementos pensados para aportar a la profundidad y el realismo, como un modo táctico que te permitirá simular los partidos viéndolos a través de una tabla en donde podrás ver tus líneas y los movimientos de tus jugadores; además tendrás la opción de entrar en el juego en cualquier momento. Sin embargo, aunque la idea es buena, esta opción pierde su atractivo después de algunos partidos y lo más probable es que optes por la simulación rápida.
Otro de los cambios para el modo Carrera de FIFA 21 fue la implementación de un sistema de entrenamiento, similar al de Madden NFL, cuyo objetivo es desarrollar las habilidades de tus jugadores y aumentar las estadísticas que te interesan. Digamos que se trata de un sistema básico de progresión que trata de sumar a la inmersión de este modo de juego, en especial porque conforma pasen las semanas y los jugadores se acostumbren a los distintos ejercicios, su rendimiento en el campo será ligeramente mejor, en especial cuando comienzas a desarrollar la "Soltura", indicador más bajo pues, como todos sabemos, el inicio de temporada siempre es duro con el cuerpo.
Si bien la idea de poner más atención al modo Carrera se agradece, es importante señalar que al final termina por ser el mismo modo de las ediciones anteriores y estas nuevas opciones pasan de ser algo interesante a un simple adorno. Jugar una temporada completa es exigente y conforme pasa el tiempo se va perdiendo el interés en el sistema de entrenamiento, por lo que en ocasiones será mejor simularlo rápidamente para ir de lleno al partido que te interesa jugar. Fuera de eso, el modo Carrera sigue debiendo gracias a que sigue atascado.
Por último, ¿qué puedo decir de FIFA 21 que no sea más que escribir sobre alguno que otro detalle? Pues bien, en cuanto al apartado audiovisual, el juego es lo mismo que las ediciones anteriores, lo que significa que los modelos de los jugadores, por alguna extraña razón, carecen de detalles que alguna vez la franquicia llegó a tener. No es para menos señalar que en FIFA 17 o FIFA 18 los modelos de los jugadores llegaron a ser sorprendentes y más con el cambio hacia Frostbite, sin embargo, algo sucedió que ya no se pulió más ese apartado y, al contrario, muestra signos de degradación, al grado de que tuve que meter mano a la configuración de mi TV para encontrar una combinación en la que los jugadores no se vieran tan mal.
El ambiente en los estadios en FIFA 21 no ha cambiado respecto a entregas anteriores y, tal como ha sucedido en años recientes, el juego es capaz de mostrar su mejor cara en la Premier League de Inglaterra, al final la liga con más estadios oficiales y con mayor atención en cuanto a los detalles. Lamentablemente, la pérdida de licencias arruinó una de mis ligas favoritas, la Serie A de Italia, pues la Juventus sigue ausente para dar paso al Piemonte Calcio y ahora la AS Roma también dijo adiós para dar paso al Roma FC. Este tipo de detalles, se quiera o no, impactan al realismo, en especial a competencias como la UEFA Champions League o UEFA Europa League, sobre todo con la Juventus pues es probable que te encuentres con el equipo italiano en fases avanzadas y pocas cosas debe haber tan frustrantes como tener el marco pletórico de la final de la Champions League y enfrentar al Piemonte, un equipo genérico con jugadores reales y un diseño de uniforme horrible.
La misma situación de la Copa Libertadores, en especial con Boca Juniors y River Plate que están a medias en FIFA 21, pues su exclusividad total está en la competencia y definitivamente no es nada emocionante seleccionar a alguno de estos 2 equipos sin poder jugar en la Bombonera o en el Monumental, estadios icónicos que han visto grandes e históricas batallas dentro del torneo de clubes más antiguo e importante de América.
CONCLUSIÓN
FIFA 21 no es un mal juego, en especial si no te lo tomas tan en serio y buscas divertirte y gozar de la victoria con tu equipo favorito, algo contradictorio al tratarse de un simulador deportivo. Como despedida de una generación, el juego queda como testamento de lo que fue la franquicia en años recientes y los distintos apartados en los que se estancó. Al final, como apasionado del futbol, no encuentro una mejor expresión que sintetice a FIFA 21 que ese grito del gol esperado que fue cortado de tajo al confirmarse su anulación por parte del árbitro o el juez de línea. Tal como lo mencioné en las líneas iniciales de esta reseña, parece que EA, tal como la esfera que ha hecho del futbol un negocio multimillonario aprendió muy bien, no del deporte, sino precisamente, del negocio.
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