{"src_avatar":"https:\/\/cl2.buscafs.com\/www.levelup.com\/public\/uploads\/images\/24799\/24799_64x64.jpg","nickname":"JaDW","user_name":"Salvador Garcia","user_link":"\/usuario\/JaDW","posts":1463,"theme":"default","cover":false,"status":true} por
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La forma más sencilla de definir este juego es: una caja de regalos para los jugadores que lo adquieran, gamer pics e ítems para tu avatar, pero son ítems de verdad, no una playera negra fea, incluso hay un dragón que puedes tener como mascota. Es un mundo muy cómodo y amable, pero ¿esa es la experiencia que esperas al jugar?
Muchos recordarán a Kingdom of Keflings, y para ser sinceros, podríamos hacer copy de ese review y luego darle paste en este espacio, pues virtualmente se trata del mismo juego, la diferencia radical es que al final del día, los mapas son otros.
Juegas con tu avatar en el dominio de los Keflings, unas criaturas que supongo que a muchos les parecerán lindas, yo prefiero patearlas, y que no pueden hacer nada solas, así que te necesitan como albañil y debes construir todas sus edificaciones con ellos.
Los Keflings hacen las veces de ayudantes: si los cargas y los sueltas junto a la madera, serán leñadores; si los sueltas junto a una gema, serán mineros; es fácil decidir el futuro y la carrera de estos pequeños seres. Como en todo juego del tipo, juntas recursos; cuando tienes suficientes para una casa, la construyes, sigues con talleres y terminas con laboratorios, universidades y más.
En esta ocasión tendrás tres escenarios: un reino de hielo y nieve, otro boscoso, como en el juego anterior, y un desierto; las diferencias entre ellos son, de nuevo, meramente estéticas, todo funcionará igual aunque tenga con otro nombre.
La historia es muy básica, al igual que la interacción entre los tres reinos, aunque parece que los guionistas del juego tomaron un curso, porque en esta ocasión los personajes y la historia sí son chistosos. Una adición que agradecemos son los asistentes de construcción: personajes que te seguirán y te ayudarán con todas tus responsabilidades de construcción, te llevarán los elementos que necesitas a donde quiera que estés para que no tengas que dar vueltas por todo el mapa.
El multijugador ya está disponible en modo online, pero no tiene mucho sentido por la falta de cosas por hacer; si se hubiera quedado como multijugador local, como en A Kingdom of Keflings, todo seguiría siendo igual.
A World of Keflings es más de lo mismo con un ligero extra que apenas se siente; no es un mal juego, pero si ya jugaste el primero, no es necesaria tu asistencia a esta segunda edición.
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