Me encanta
ser robot, se los juro. No sólo puedes pasar por las paredes, patear carros y
masticar botellas impunemente, también es posible dejar de perder esos tres años
que el ser humano promedio pierde en el baño, no en serio, tres años. La semana
pasada estuvimos paseando por el mundo de los Transformers, pero decidí que no es lo mío, es demasiado
predecible. Después de pensarlo durante un muy buen rato, decidí que lo
mío es más bien el universo de Terminator, de verdad, hay una resistencia
humana, viajes en el tiempo, desnudez (está ahí, aunque sea predominantemente
masculina) y mucha más acción impredecible.
Desafortunadamente,
he vuelto a convertirme en humano. Sí, tuve un pequeño accidente con mi horno
de microondas y una sopa instantánea, estas cosas pasan, ni modo, pero eso no
me impedirá deshacerme de John Connor, tomar control de la resistencia humana
y, de paso, decirte cómo puedes triunfar en el mundo de los cyborgs y la lucha
por el control del mundo. Además esta es la oportunidad perfecta para volver al
pasado y lograr estar convencido de no regresarme de Europa para arreglar las cosas con mi
ex de la prepa.
Así que sin
más rodeos, he aquí los consejos para salir ileso del mundo de Terminator y su
revolución robótica:
- No te confíes. No, en serio, jamás subestimes a un cyborg, las máquinas están diseñadas para sobreponerse a los obstáculos, superar situaciones difíciles y patearte el trasero. No importa que le hayas estrellado tu coche, que le hayas puesto una granada en la bolsa o que lo hayas tirado de un edificio, siempre asegúrate de rematar al robot, recordarás aquel episodio donde hay una explosión de un camión y el T-1000 sale de él como si nada. Ten presente que no hay nada peor que dar las cosas por sentado.
- No seas tan apegado a tus bienes materiales. Si de repente se te acerca un tipo de 1.90, con más músculos que muslo de bailarina y más desnudo que un pavo en Navidad y te pide que le des tu ropa y tu vehículo, no te hagas el valiente y entrégale lo que quiera. Además, ¿para qué te haces tonto? Lo único que posees con llantas es tu bicicleta. No vaya a ser que de cualquier forma, acabes desnudo y metido en un bote de basura. Ahora que si tienes la sospecha de que no se trata de un robot cuéntaselo a quién más confianza le tengas y no dejes de apretar el botón de pánico de la alarma de tu coche.
- Construye tu propio terminator. Ya conoces el viejo adagio chino: Si no puedes contra ellos, captúralos, hackéalos, reprográmalos, mándalos en cueros al pasado y conviértelos en tu guardaespaldas robótico personal. Imagínate, no más problemas de estacionamiento con los vivales que ponen cubetas en la calle, no más necesidad de gatos hidráulicos cuando se te ponche una llanta, no más largas filas en el cine y no más noches de soledad ¡ay! creo que ya me eché de cabeza. En fin, esta debe convertirse en tu prioridad de ahora en adelante.
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