En el siempre impredecible mundo de World of Warcraft Classic, un jugador ha llevado el concepto de personalización al extremo, transformando el juego en una experiencia caótica al instalar más de 3.600 addons simultáneamente. Este insólito experimento, realizado por el usuario de YouTube Baltoboulbobbi, es un testimonio tanto de la flexibilidad del sistema de addons del juego como de los límites de la cordura humana.
Según el creador, para que esta abrumadora colección de complementos funcionara, tuvo que eliminar 20 de los que tenía planeado añadir, ya que ocho consumían demasiada memoria RAM y 12 impedían que el juego arrancara: “El juego logró ‘funcionar’ después de eso”, explico Baltoboulbobbi en la descripcion del video. Esto dejó al juego funcionando técnicamente con 3.683 complementos activos.
Sin embargo, el resultado está lejos de ser funcional en el sentido tradicional, ya que apenas se inicia el juego, una cacofonía de sonidos y mensajes inunda la pantalla. Desde un monólogo de una rana en Felwood, hasta el sonido de un tren y alertas superpuestas provenientes de docenas de addons, la experiencia se convierte en un asalto sensorial impresionante. Baltoboulbobbi describe el resultado como: “El juego se ha convertido en mahjong”, debido a la incomprensible cantidad de ventanas superpuestas y funcionalidades imposibles de controlar.
Además, el caos aumenta durante los combates, como en un enfrentamiento contra un Planestrider, donde el jugador es recibido por una sucesión de efectos sonoros absurdos: pedos, tonos de llamada, frases como “Finish Him!” de Mortal Kombat y el icónico “¡y su nombre es John Cena!” a todo volumen al subir de nivel. Cada acción genera una explosión de sonidos y notificaciones, lo que convierte la partida en un espectáculo más cercano a una parodia que a una experiencia jugable.
El experimento de Baltoboulbobbi, lejos de detenerse ahí, incluye un desafío aún más extremo: prometió completar una carrera hardcore de nivel 1 a 60 con todos los addons activos si su video alcanzaba las 20.000 visualizaciones, meta que superó con creces, acumulando más de 100.000 visualizaciones hasta el momento. Así que ha comenzado a documentar la experiencia en su canal, acumulando ya varias horas de transmisión en las que lucha contra un juego que parece decidido a sabotearlo en cada paso.
Aunque para muchos este experimento podría parecer un disparate, es un recordatorio de la singular comunidad que ha mantenido vivo a World of Warcraft durante casi dos décadas, explorando hasta el límite las posibilidades de personalización y locura que el juego puede ofrecer.
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