En algo que se ha catalogado como un golpe bajo a la nostalgia de quienes durante años, han jugado y amado la serie Starcraft, acaba de ser anunciado que por primera vez desde su creación, el destino de la franquicia ya no estará en manos de Blizzard.
Y es que aunque algunos detractores de la compañía detrás de WoW y Overwatch lo vean como algo bueno, se ha reportado que se han cedido los derechos creativos del próximo juego a Nexon, causando temor en la comunidad, ya que esta compañía surcoreana, hasta ahora, no contaba con historial alguno en este tipo de títulos.

El futuro incierto de un clásico
Desde su debut en 1998, StarCraft no solo definió estándares técnicos y narrativos para el género de los RTS (Estrategia en Tiempo Real), sino que también cimentó su lugar en la historia de los esports, particularmente en Corea del Sur. Con StarCraft II: Legacy of the Void (2015) como su última gran entrega, y el remaster del original en 2017 como único movimiento posterior, los jugadores han aguardado durante años un verdadero sucesor espiritual.
Esa espera, sin embargo, podría terminar en desilusión con esta noticia revelada por el medio coreano MTN, quienes confirman que Nexon se impuso a otros gigantes de la industria surcoreana como NCSoft y Netmarble en un proceso de licitación intensamente disputado. Pero lo más llamativo, y para muchos fanáticos, preocupante, es que Blizzard no solo transfirió los derechos de desarrollo.
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Lo que muchos fieles seguidores de la franquicia han visto con algo de temor, es que la desarrolladora estadounidense también otorgó libertad total a Nexon para decidir el rumbo del nuevo proyecto. Esto incluye la posibilidad de abandonar completamente el formato de estrategia en tiempo real que dio identidad a la saga.
Los rumores apuntan a que el nuevo título no será un RTS tradicional y de hecho, se especula que podría tomar una dirección radicalmente distinta. Informes previos del periodista Jason Schreier ya hablaban, en 2024, de un proyecto cancelado por Blizzard: un juego de supervivencia titulado “Odyssey”.
A raíz de su cancelación, se mencionó la incorporación de Dan Hay, exdirector creativo de la saga Far Cry, a un nuevo proyecto ambientado en el universo de StarCraft, posiblemente un shooter. Si bien no está claro si este desarrollo estará vinculado con el trabajo que ahora emprenderá Nexon, la coincidencia temporal y temática ha encendido las alarmas entre los fanáticos.

Una desarrolladora de grandes presupuestos, pero novata en el género
La preocupación no es infundada. Nexon es mejor conocida por títulos como MapleStory, un MMO 2D de estética pixelada, The First Descendant, un juego tipo “looter shooter” y el juego de rol de anime Blue Archive, que es uno de los denominados juegos tipo gacha.
Ninguno de ellos guarda relación con las complejidades y la precisión táctica que exige un RTS competitivo. Esta falta de experiencia en el género, sumada al creciente enfoque de la compañía en el mercado móvil y los modelos de monetización agresivos como las mecánicas gacha, ha hecho temer lo peor a una comunidad de StarCraft.

Pero, dándoles el beneficio de la duda, por ahora no hay detalles oficiales sobre el género, la plataforma o la fecha de lanzamiento del nuevo juego. Lo único cierto es que se abre una etapa de incertidumbre para una saga que alguna vez fue la joya de la corona de Blizzard.
Solo queda esperar que Nexon esté a la altura del legado que recibe y que comprenda que StarCraft no es solo una marca comercial, ya es una parte vital de la historia del videojuego moderno.
Cuatro jugadores ganaron $130 dólares en Bitcoin en torneo de Starcraft 2 hace 14 años, hoy valdrían $7.5 millones, pero no se hicieron ricos
Hablando de esta querida franquicia, cuatro jugadores profesionales se encontraron, hace catorce años, al borde de una fortuna inimaginable gracias a un premio de consolación, aparentemente insignificante en aquel entonces.

Durante el año 2011 recibieron 25 Bitcoin cada uno, algo que pudo haberlos convertido en millonarios si tan solo hubieran conservado sus activos digitales. Criptomoneda que apenas valía $1,70 dólares por unidad al momento de recibirlos, suma irrisoria comparada con su valor actual.
Y es que hoy, esa cantidad se habría traducido en aproximadamente $2 millones de dólares por jugador.
