Ron Gilbert, el creador de la saga Monkey Island, nunca se fue de la industria, pero durante mucho tiempo perdió relevancia y hasta que Tim Schafer lo reclutó en Double Fine, su trabajo volvió a la fama. En opinión de este autor de juegos point and click, él junto a otros desarrolladores de antaño quedó en el anonimato tras la popularización de los shooters, y no por falta de talento en la creación de videojuegos, sino porque la gente se malacostumbro a experiencias de acción, y en consecuencia, ya no quiso juegos lentos.
Los juegos de aventura nunca murieron advierte Gilbert en tono desafiante, asegurando que su propuesta The Cave demostrará una nueva faceta del género, sin sacrificar la calidad de la experiencia por satisfacer algún requisito de acción. Por otra parte, el autor dice que los títulos point and click siempre vendieron la misma cantidad de unidades que cuando estaban en su apogeo, sólo que otro tipo de juegos comenzaron a vender considerablemente más y las grandes distribuidoras consideraron que los FPS eran mejor negocio. Sin Doom la gente seguiría prefiriendo la estrategia y ofertas de entretenimiento más cerebrales, disfrutaría el momento por su propio valor, no por la adrenalina instantánea comenta.
Y entonces llegó DOOM... era visceral, muy veloz, le disparabas a todo y entrañas volaban por todas partes expresa Gilbert, seguro de que si el acercamiento a los shooters se hubiera dado de otro modo, la historia se hubiera escrito muy diferente.
Cabe destacar que Gilbert no es el único que se ha levantado en contra de los juegos violentos en fechas recientes, y en realidad se suma a Warren Spector quien argumenta que muchas propuestas favorecen el morbo de los adolescentes en lugar de tener real madurez, mientras que Shigeru Miyamoto se confiesa consternado con el exceso de armas en el entretenimiento del pixel.
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