Muchos desarrolladores independientes están denunciando actualmente que la compañía Ouya, cuyo principal producto era la microconsola basada en un sistema Android, faltó a los acuerdos que se derivan del programa Free the Games.
Esta iniciativa lanzada por Ouya apoyaba a realizadores de Kickstarter que tenían propuestas interesantes de videojuegos para que sacaran productos a través de la microconsola, para lo cual comenzó a repartir financiamiento.
El programa, que inició en julio de 2013, ha tenido cierto éxito, pero desde que la compañía comenzó a tener problemas financieros dejó de pagar el dinero que debía a los desarrolladores, argumentando una cláusula del contrato que habla sobre bancarrota.
Como anunciamos anteriormente, Ouya fue finalmente comprada por Razer, lo que ha dejado más confusiones a la hora de resolver este conflicto, pues si la compañía ya no existe como tal no se sabe sobre quién recae la responsabilidad de los pagos pendientes.
A los desarrolladores no les queda más que esperar a que Razer se pronuncie al respecto, ya que, al parecer, quiere continuar con la estructura que tenía Ouya. Sin embargo, aún no ha declarado al respecto y los contratos de los proyectos de Free the Games seguramente ampararán primero a las compañías que a los afectados.
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