Blizzard no desarrollo una segunda expansión para Diablo 3 porque tuvo que cerrar la casa de subastas, y sin ella el juego no fue rentable para seguir trabajando en él

Otra revelación del nuevo libro de Jason Schreier

Blizzard no desarrollo una segunda expansión para Diablo 3 porque tuvo que cerrar la casa de subastas, y sin ella el juego no fue rentable para seguir trabajando en él

Otra revelación del nuevo libro de Jason Schreier

El éxito y la influencia de Blizzard Entertainment en la industria de los videojuegos es innegable, con títulos que han marcado generaciones como Warcraft, StarCraft y Diablo. Sin embargo, en medio de este éxito, una de las decisiones más criticadas por los jugadores y la comunidad de Diablo 3 fue el cierre de la Casa de Subastas, que resultó ser el motivo principal por el cual nunca se lanzó una segunda expansión para el popular juego.

Esta es solo una de las muchas revelaciones sorprendentes que Jason Schreier, periodista de investigación de Bloomberg, ha expuesto en su más reciente libro, Play Nice – The Rise, Fall, and Future Of Blizzard Entertainment, donde analiza el auge, la caída y el futuro del estudio.


Schreier, conocido por su meticulosa investigación en títulos como Anthem y Diablo 4, se ha consolidado como una voz influyente en la industria, y en su libro más reciente comparte detalles que van desde el fracaso del Proyecto Titan hasta las tensiones internas dentro del equipo de Blizzard. Una de las historias más intrigantes es la que involucra a Diablo 3 y cómo la polémica en torno a la Casa de Subastas afectó el futuro del juego.

El lanzamiento de Diablo 3 estuvo marcado por controversias, entre ellas, la introducción de la Casa de Subastas, un sistema que permitía a los jugadores comprar y vender objetos del juego por dinero real. Esta mecánica fue rápidamente criticada por la comunidad, ya que muchos la consideraban una forma de "pagar para ganar", lo que erosionaba la esencia de la experiencia de Diablo y en respuesta a las intensas críticas, Blizzard tomó la decisión de cerrar la Casa de Subastas, admitiendo que socavó todo el núcleo del juego , que consistía en matar cosas y saquearlas para conseguir objetos poderosos.


Schreier revela que la ausencia de una segunda expansión para Diablo 3 fue directamente causada por el cierre de este sistema, ya que sin los ingresos que la Casa de Subastas generaba, el juego dejó de ser tan rentable como para justificar el desarrollo de nuevo contenido adicional. Aunque Diablo 3 seguía siendo popular, no alcanzaba el éxito financiero necesario para financiar una nueva expansión a la altura de Reaper of Souls, la primera y única expansión que recibió el juego.

Revelaciones sobre Blizzard y su evolución

El libro de Schreier no solo se centra en Diablo 3, sino que ofrece una visión amplia de la historia de Blizzard Entertainment y sus desafíos más recientes.

Por ejemplo, detalla cómo el estudio, conocido por priorizar a los jugadores con su famoso lema "Los jugadores primero", ha enfrentado problemas internos relacionados con la monetización de sus juegos y la sobrecarga de trabajo en equipos como el de Overwatch. El éxito de este título fue tan abrumador que el equipo se vio incapaz de desarrollar contenido a la velocidad que los jugadores demandaban, lo que llevó a la contratación masiva de personal, una medida que alteró la cultura del estudio y generó más tensiones.

Otro aspecto fascinante es la lucha de poder entre Mike Morhaime, antiguo CEO de Blizzard, y Bobby Kotick, el controvertido CEO de Activision Blizzard. Según Schreier, Morhaime renunció al puesto porque estaba agotado de las constantes disputas con Kotick sobre el control de Blizzard, especialmente después de la cancelación del ambicioso Proyecto Titan, que más tarde dio origen a Overwatch.

Schreier también desvela que, aunque muchos creen que Activision fue la causa de los problemas en Blizzard, el verdadero culpable fue el éxito masivo de World of Warcraft, que infló el tamaño y las expectativas de la compañía. Este crecimiento llevó a la necesidad de generar más ingresos a través de la monetización, lo que, con el tiempo, afectó la reputación de la empresa.


A través de las revelaciones de Jason Schreier, queda claro que las decisiones tomadas en respuesta a las críticas de la comunidad, como el cierre de la Casa de Subastas, no siempre vienen sin consecuencias. A medida que Blizzard avanza hacia el futuro con nuevas expansiones como WoW: The War Within, sigue siendo incierto cuánto tiempo podrán mantener el equilibrio entre las expectativas de los jugadores y las presiones financieras que enfrentan en la actualidad.



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