El éxito de World of Warcraft marcó el inicio del declive del "antiguo Blizzard", que comenzó a priorizar los ingresos sobre la excelencia en el desarrollo de sus juegos

Transformó a Blizzard en una empresa que prioriza los ingresos constantes

El éxito de World of Warcraft marcó el inicio del declive del "antiguo Blizzard", que comenzó a priorizar los ingresos sobre la excelencia en el desarrollo de sus juegos

Transformó a Blizzard en una empresa que prioriza los ingresos constantes

Blizzard Entertainment, una vez visto como un pilar inquebrantable de la industria del videojuego, ha pasado por una transformación significativa en las últimas dos décadas. Conocido por crear experiencias de juego pulidas y bien diseñadas, el estudio se ganó la confianza de los jugadores desde sus primeros títulos, sin embargo, según el periodista Jason Schreier, la empresa comenzó a perder su rumbo precisamente debido al éxito masivo de World of Warcraft (WoW), el MMORPG lanzado en 2004.

Tras entrevistar a más de 300 empleados y ex empleados de Blizzard para su libro "Play Nice – The Rise, Fall and Future of Blizzard Entertainment", Schreier sugiere que la grandeza de WoW fue el primer clavo en el ataúd de la filosofía original del estudio.


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Schreier compartió sus hallazgos en una entrevista para The Atlantic, donde explicó cómo WoW, que alcanzó su pico de popularidad con más de 12 millones de suscriptores en 2010, transformó a Blizzard de una empresa que perseguía la excelencia en el desarrollo de juegos a una que priorizaba los ingresos constantes.


La empresa, fundada en 1991 por Allen Adham y Mike Morhaime, fue pionera en el uso de internet para los videojuegos, lo que sentó las bases para el éxito de WoW. Este crecimiento explosivo requirió grandes cambios internos: Blizzard contrató un número masivo de empleados de soporte y reasignó recursos de otros equipos al desarrollo continuo de WoW, llevando al abandono otros proyectos, mientras otras ideas quedaban en el olvido.

Además, Schreier menciona que algunos desarrolladores de WoW comenzaron a menospreciar a sus colegas de otros equipos, sugiriendo sarcásticamente que el MMORPG financiaba los salarios de todos, generando tensiones y un ambiente de trabajo menos colaborativo.

Aunque Blizzard intentó replicar el éxito de WoW con proyectos como Titan, un ambicioso juego multigénero, este acabó siendo cancelado tras siete años y una inversión de 80 millones de dólares. Este fracaso permitió que Activision, liderado por Bobby Kotick, tomara un mayor control sobre Blizzard, cambiando el enfoque del estudio hacia un modelo donde la rentabilidad era primordial, dejando atrás la filosofía de “primero el juego, luego el dinero”.


Desde entonces, Blizzard ha atravesado varios escándalos y crisis, desde acusaciones de sexismo y discriminación hasta polémicas sobre la monetización agresiva en juegos como Diablo: Immortal. Asimismo, algunos de sus lanzamientos, como Warcraft III: Reforged, fueron considerados fracasos, y Overwatch 2 ha recibido críticas por sus promesas incumplidas.

No obstante, WoW sigue siendo una luz en la oscuridad para Blizzard, ya que su última expansión, The War Within, ha tenido una recepción positiva y, al parecer, ha atraído a un número récord de jugadores.

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World of Warcraft ha sido un éxito rotundo para Blizzard desde su lanzamiento, manteniendo a lo largo de los años una base de jugadores fieles y atenta a cualquier novedad relacionada con la franquicia. Ahora, un grupo de ex desarrolladores de este mítico juego ha decidido embarcarse en una nueva aventura y han presentado su próximo título, Legacy: Steel & Sorcery, un juego de fantasía con una propuesta totalmente diferente a la de WoW, pero que promete igualmente captar la atención de los fans.



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