En una era donde lo digital y lo físico convergen, los influencers creados por inteligencia artificial (IA) están transformando las redes sociales y el marketing, generando cifras millonarias. Estas nuevas celebridades virtuales reflejan un cambio en la percepción de la autenticidad en las plataformas digitales, especialmente entre las generaciones más jóvenes, que ya no trazan una línea clara entre lo humano y lo virtual.
Un ejemplo claro de este fenómeno es Aitana, un modelo virtual "nacida" en Barcelona, que a pesar de no ser real, ha conquistado a miles de seguidores en Instagram.
Aitana, una joven de 25 años con un característico cabello rosa, tiene más de 330.000 seguidores en Instagram, y su éxito no se queda en la mera acumulación de seguidores: puede ganar hasta 10,000 euros(aproximadamente 10,800 dólares) al mes gracias a contratos publicitarios y publicaciones patrocinadas. Sin embargo, la gran revelación es que Aitana no es real, sino una creación digital diseñada por inteligencia artificial.
Rubén Cruz, fundador de la agencia "The Clueless", es el responsable de este innovador proyecto. Cruz explica que su decisión de desarrollar modelos virtuales como Aitana se basó en la imprevisibilidad de trabajar con humanos, señalando que muchos proyectos con influencers reales fueron cancelados debido a su falta de profesionalismo o problemas personales.
La cofundadora de "The Clueless", Diana Núñez, incluso ha llegado a afirmar, aunque a modo de broma, que han creado "un monstruo" que genera miles de euros.
Una observación que sin duda resalta el impacto que estas figuras tienen sobre las audiencias, especialmente entre los más jóvenes. De hecho, estudios indican que la Generación Z, nacida entre 1997 y 2012, valora menos la autenticidad en comparación con generaciones anteriores, siendo para ellos, el número de seguidores y el alcance social más importantes que la autenticidad o la veracidad del influencer.
Además, estos personajes virtuales han demostrado ser mucho más atractivos para las marcas, pues eliminan los riesgos de reputación asociados con las figuras humanas, que a menudo pueden involucrarse en escándalos o comportamientos problemáticos. Las marcas encuentran en los modelos virtuales una forma ideal de personalizar su imagen sin correr el riesgo de fallos humanos.
El éxito de Aitana y otros influencers virtuales demuestra que lo digital no solo ha llegado para quedarse, sino que está transformando nuestra idea de lo que significa ser una celebridad.
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