Luego de un mal recibimiento y bastante rechazo por parte de los jugadores, la directora de Dragon Age: The Veilguard, Corinne Busche, ha atribuido el decepcionante rendimiento en ventas del juego, a una campaña de odio y bombardeo de reseñas orquestada por "haters" que viven dentro de la comunidad.
En una columna del medio Inverse titulada “Corinne Busche es la gobernante de los juegos de rol, conquistadora de los haters”, la directora de Dragon Age revisa por medio de una entrevista su vida y el viaje personal recorrido junto a sus juegos. Según Busche, los comentarios negativos y el bombardeo de reseñas son reflejo de "los tiempos altamente polarizados" que vivimos, lo que, a su juicio, habría eclipsado los problemas inherentes del juego.
“Es difícil. Crecí en una época en la que realmente sentía que estábamos allí para celebrar los videojuegos y compartir experiencias. Ese impulso todavía está presente”, comentó Busche.
Además, la creativa agrega que, según piensa: “el discurso actual refleja estos tiempos polarizados. Tal vez sea ingenuo, pero sé que es complicado cuando los jugadores se preguntan: ‘¿Es este juego para mí? ¿Pertenezco aquí?’ Y los videojuegos son mejores cuando podemos responder: ‘Sí, perteneces aquí’”.
Un pensamiento que justamente sus detractores no comparten, quienes indican que si bien el gusto por The Veilguard es subjetivo, las cifras de ventas y las puntuaciones de las reseñas ofrecen una evaluación objetiva del rendimiento del juego. Jugadores y medios argumentan que las bajas puntuaciones y las decepcionantes cifras de ventas, son difíciles de justificar como el resultado de una mera "campaña de odio". Estos datos sugieren que el juego no logró conectar ni con los críticos ni con los jugadores, lo que evidencia problemas profundos en su diseño y ejecución.
Es así como para cerrar, aquellos que ella llama sus "haters", dicen que en lugar de una autocrítica que examine los fallos en el desarrollo, la narrativa de Busche victimiza al proyecto, desestimando la validez de las críticas y desaprovechando la oportunidad de aprender de los errores.
Dragon Age: The Veilguard habría vendido menos de 1.5 millones de copias, lejos de los 3 millones anunciados inicialmente
La emblemática desarrolladora BioWare, reconocida por títulos legendarios como Mass Effect y Dragon Age, enfrenta una crisis sin precedentes tras el lanzamiento de su última entrega, Dragon Age: The Veilguard. Y, según información compartida por el creador de contenido Smash JT, las ventas del juego no alcanzan ni 1.5 millones de copias vendidas, muy por debajo de las expectativas internas que proyectaban 10 millones a lo largo de su vida útil.
Este fracaso comercial subraya no solo una caída en la popularidad del estudio, sino también una desconexión entre su visión y las demandas del mercado actual.
Según la fuente de Smash, el juego comenzó como un proyecto cooperativo bajo el nombre de Joplin, pero enfrentó un reinicio completo tras el fracaso de Anthem, lo que lo llevó a un cambio de enfoque hacia una experiencia más tradicional de Dragon Age, pero las constantes reorganizaciones internas, los altos costos de producción (estimados en más de 250 millones de dólares) y las expectativas desmedidas de Electronic Arts (EA) convirtieron al proyecto en un campo minado.
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