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Wolfenstein es una franquicia de culto, responsable de establecer los cimientos del FPS, género que fue popularizado más tarde por otros títulos. Su importancia es clara y se le reconoce como el abuelo de los juegos de disparos en primera persona. Con los años permaneció en el recuerdo de muchos y los desarrolladores intentaron revitalizar su nombre con un puñado de entregas que tuvieron diferentes grados de éxito. La última vez que vimos algo de él fue en 2009, en una entrega que no fue del agrado de los fans. Este año vuelve más fuerte de la mano de MachineGames y espera dejar nuevamente una marca para evitar quedar dentro de una lista de clásicos que fracasaron al regresar.
Wolfenstein: The New Order plantea un escenario donde Alemania gana la Segunda Guerra Mundial. Desde el inicio, se muestran a los nazis como una potencia militar que domina el frente de guerra gracias a tecnología avanzada que obtuvo de forma misteriosa. Nuestro héroe, B. J. Blazkowicz, incursionará en la fortaleza del general alemán Deathshead para intentar detener sus planes y experimentos. Rápidamente, la situación se torna oscura para nuestros héroes, pues son capturados por el antagonista principal.
En una etapa muy temprana, se presenta una elección moral que modificará el desarrollo que tendrán 2 personajes. Esta selección abrirá paso a diferentes líneas de tiempo que te darán la oportunidad de volver a jugar la historia para que conozcas aspectos relacionados con Wyatt o Fergus.
Tras la fallida incursión en la fortaleza, el protagonista resulta herido de gravedad y confinado a un hospital mental durante 15 años. Aquí aparece por primera vez Anya, uno de los personajes principales de la historia y por quien Blazkowicz muestra un interés amoroso, que rápidamente modifica los ideales por los que pelea.
A lo largo del juego encontrarás referencias culturales alteradas de la victoria de los nazis, por lo que debes estar atento a los recortes de periódico esparcidos a lo largo de los niveles para que conozcas el impacto que tuvo el desenlace de la guerra. Por ejemplo, el lugar donde detonó la primera bomba atómica, la liberación del pueblo oprimido de Estados Unidos por los ideales y estándares alemanes y la traición que colocó a la nación germana como potencia mundial.
La trama de Wolfenstein: The New Order está apoyada en gran medida en los personajes que conoces a lo largo del trayecto, pues están retratados satisfactoriamente. Asimismo, no entran en los estereotipos que encuentras en un juego bélico de fantasía, mas bien son personajes creíbles que recordarás por los gestos que hacen durante los cortes cinemáticos, pues se comportan como personas reales que expresan sus miedos y esperanzas. Esto también aplica a Blazkowicz, quien a pesar de tener una apariencia que encaja perfectamente en el molde del héroe estadounidense, sin emociones y sangre fría, es retratado como una persona que encuentra una razón legítima por la cual pelear.
Sin embargo, Wolfenstein: The New Order no se salva de emplear la fórmula desgastada de los FPS. En cuestión de mecánicas y de presentación, cuenta con lo que se espera tradicionalmente de ellos. Los enfrentamientos contra los nazis suceden en pasillos con eventuales áreas abiertas que te dan un poco de libertad de movimiento. También cuenta con secuencias de calma que dan tensión a la historia y permiten buscar los diferentes coleccionables que sirven como excusa para admirar todos los rincones del mapa.
La acción de disparar y correr sucede en áreas establecidas, pero lamentablemente no es continua y desenfrenada; no obstante, tienes oportunidad de bajar el tono del combate usando el recurso del sigilo. Como es de esperar, la inteligencia artificial no ayuda a disfrutar este elemento. En diversas secuencias, donde tu única arma es el cuchillo, los enemigos, que son muy tontos, caminan tranquilamente hacia ti en diversas secuencias y comienzan a apuñalarte, lo que desata una cómica batalla de puñaladas. Un detalle que nos gustó tiene que ver con la salud del protagonista: se regenera automáticamente, pero lo hace por bloques de 20 puntos de vida; además, cuando cae un segmento, no podrá seguir regenerándose hasta que encuentres un botiquín de primeros auxilios que lo lleven al siguiente. Esto quiere decir que si cuentas con 10 puntos de salud, se regenerará hasta 20 y será necesario encontrar un kit para superar esa cifra. Esto es un gran detalle que te hace sentir vulnerable y que te obligará a emplear diferentes tácticas cuando tengas poca vida.
El armamento es el estándar en los títulos de disparos: cuchillo, pistola, rifle de asalto y escopeta. De manera adicional, cuentas con un arma láser que podrás actualizar a lo largo del juego, suponiendo que encuentres las paquetes de actualización que están escondidos. Esta arma, además, cumple una función práctica: te da acceso a diferentes áreas a las que estás obligado a entrar o a lugares donde encontrarás munición y kits de salud, ya que podrás cortar rejas de acero que impiden el paso. Algunas armas cuentan con aditamentos que funcionan como disparo secundario, pero deberás avanzar mucho en la historia para adquirir esas funciones. Algo curioso y excesivo es que podrás empuñar 2 armas de un tipo al mismo tiempo; pero es algo exagerado porque la mayoría del tiempo los tiroteos no requieren este poder de fuego superior, por lo que únicamente es una opción vistosa para desperdiciar munición.
Por otro lado, dependiendo de tu forma de juego, podrás especializarte en diferentes formas de combate con los perks. Estos los adquieres al llevar a cabo actividades que recompensan cierto tipo de acercamiento al combate. Por ejemplo, usar 2 armas a la vez te da más oportunidad de adquirir los perks dentro de esta categoría. Si cuentas con el espíritu de completar todo lo que ofrece un título, puedes ver los requerimientos para cada uno y concentrar tus esfuerzos en una categoría para cubrir los 4 estilos de combate disponibles.
Ahora bien, los enemigos son simples costales de puntos de vida, es decir, repositorios que recibirán con gusto tus balas. No hay reto en ellos, excepto en situaciones donde estás superado en número y en espacios muy reducidos. Pese a su variedad de diseños, lo único que hay que hacer es disparar hasta que caigan abatidos. Por otra parte, también hay jefes al final de ciertas secciones que son más retadores, ya que sus dinámicas tienen más variedad y no se trata de vaciar todos tus cargadores en ellos; debes encontrar la forma de vencerlos.
Dentro del apartado técnico, al tratarse del id Tech 5 que usa la tecnología de megatexturas, los escenarios del frío concreto adornados con esvásticas lucen geniales. Asimismo, la iluminación es engañosa, pues no es dinámica, pero se nota el trabajo artístico que MachineGame puso en cada superficie del juego. Sin embargo, el problema radica en que no es constante, ya que igual que en RAGE hace 3 años, existen superficies cuya calidad es baja al verse de cerca. Wolfenstein: The New Order es digno de admirar desde ciertos puntos, si guardas una distancia segura con las paredes.
De la misma forma que sucedió en 2011, en ocasiones el hardware se queda atrás de la acción debido a que es incapaz de stremear las texturas de forma adecuada, lo que ocasiona que aparezcan enfrente de ti al mover bruscamente la cámara. Esto sucede en muy pocas ocasiones y en la mayoría de los casos es imperceptible.
En lo que respecta al departamento de audio, sentimos que en varias ocasiones la mezcla no está hecha de manera correcta: los pasos del protagonista dejan de escucharse en repetidas ocasiones y, en ciertas partes del juego no cuentan con el impacto adecuado y el sonido de las armas de fuego estándar no tiene personalidad, se sienten débiles y a veces son inaudibles.
Reseñamos la versión de PC de Wolfenstein: The New Order y, por una parte, estamos contentos con su desempeño en una variedad de equipos pese a los reportes que han surgido en Internet, los cuales mencionan un comportamiento errático relacionado con los controladores de las tarjetas de video. En nuestra PC de gama media fue posible configurar las opciones de video en los settings más bajos para ofrecer un conteo de cuadros por segundo saludable sin interrupciones bruscas. En una computadora más potente de gama alta, al subir al máximo las opciones, la calidad de imagen se mantuvo de forma óptima y, de hecho, apreciar una diferencia entre ambas configuraciones resultó complicado, ya que lucen prácticamente igual.
Por otro lado, Wolfenstein: The New Order no aprovecha a plenitud todo el hardware de nuestra computadora, dado que carece de las opciones más básicas de configuración que se esperan de una versión para PC. Nuestras quejas comienzan con el bloqueo del juego a 60 cuadros por segundo, seguido de la falta de opciones para configurar el Antialias o algún tipo de MSAA o SSAA. Esto neutraliza inmediatamente el hardware más especializado.
Para finalizar, lamentamos que el título sufra en cuestiones de gameplay y acción, pero la balanza queda equilibrada debido a la carga narrativa que innova en elementos donde otros dan las cosas por sentado, con acercamientos más pretenciosos y cortes más épicos y explosivos. Respecto a la historia, en esta ocasión es retratada de manera más personal y humana, se presta para presentar situaciones dramáticas justificadas con las actuaciones de los personajes y toca diversos temas como el sexo y la eugenesia. Sin duda, Wolfenstein: The New Order es una opción sólida para cualquier seguidor de la franquicia que busca un reto moderado, así como valor de entretenimiento.
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