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Pocos juegos pueden llamarse legendarios dentro de una saga mítica. Final Fantasy VI es un título que marcó un antes y un después para Final Fantasy y los JRPG; su importancia es indiscutible y sólo es igualada por gigantes como su secuela, Final Fantasy VII o Chrono Trigger. El juego ha sido porteado en múltiples ocasiones, comenzando por el primer PlayStation en 1999, pasando por el Game Boy Advance en 2006 y recibiendo una adaptación de calidad debatible para dispositivos móviles en 2014. Hoy, Square Enix lanza su versión Pixel Remaster, un relanzamiento que promete gráficos con más vida y un audio completamente nuevo. ¿Es esta la versión definitiva de este juego legendario? A continuación, te contamos nuestra experiencia con él.
Una propuesta memorable
Final Fantasy VI cuenta la historia de un mundo impactado por la guerra de los Magi, un conflicto que provocó la extinción de la magia. Hay un poderoso imperio que descubre métodos tecnológicos para replicar ese arte antiguo y lo aprovechan para comenzar una campaña expansionista y someter a otras naciones. Un día, una unidad conformada por 2 soldados y una esclava llamada Terra entra en la ciudad Estado de Narshee para apoderarse de un ser milenario que es clave para los planes del imperio, sin embargo, las cosas se salen de control. Luego de que Terra descubre que es una descendiente de los Magi emprende, junto a un grupo de opositores, un viaje para detener los planes de expansión imperial, proteger a los Esper y evitar que un ambicioso consejero llamado Kefka adquiera poderes divinos para cambiar la forma del mundo.
La ambición narrativa de Final Fantasy VI sigue destacándose a 23 años de su lanzamiento original. Mientras que el juego anterior buscaba expandirse en mecánicas, este título está construido sobre una ambiciosa telaraña de tramas y líneas argumentales que dan como resultado una de las experiencias más complejas y memorables de su época. Hacía énfasis en su narrativa al incluir diálogos y cinemáticas durante las peleas.
Final Fantasy VI se distingue por explorar las historias individuales de 14 protagonistas, algo que ningún Final Fantasy ha vuelto a repetir en esa magnitud. También resalta por su dirección artística y diseño de escenario. Esta entrega abandona el estilo medieval, clásico de la saga, para explorar un mundo lleno de elementos propios de la segunda revolución industrial y del steampunk. Además, su música y diseño de audio son recordados por resaltar las capacidades técnicas del Super Nintendo en varias de las escenas más recordadas de la historia de los videojuegos.
Final Fantasy VI sigue siendo la misma obra maestra en esencia, ya que los elementos que lo hicieron grande siguen vigentes, sin embargo, esta versión toma una dirección que puede ser divisiva entre los fans de la serie y que predomina entre los demás Pixel Remaster de Final Fantasy.
Una visión inconsistente
El mejor resumen que puedo hacer de Final Fantasy VI Pixel Remaster es decir que los cambios positivos están muy bien ejecutados, los cambios para mal se notan demasiado, y los cambios sutiles solo son confusos, es decir, no queda claro por qué se tomaron ciertas decisiones. Me pregunto si es resultado de que el equipo no tuvo acceso a la versión original, no la conocía o si su única intención era hacer dinero.
La adaptación es visualmente inconsistente, igual que en el resto de los Pixel Remaster. A diferencia de la versión original, ésta no se ejecuta de manera nativa en 2D, es decir, no hay un manejo natural de sprites; los gráficos son texturas pegadas sobre polígonos de 1 x 1 y no siempre respetan el espacio reticulado del entorno en que se ejecutan. Esto es la norma para desplegar los gráficos 2D desde hace varios años, sin embargo, hay momentos en el que las animaciones lucen fuera de lugar o en que los gráficos no respetan la lógica de diseño predominante, por ejemplo, en algunos ataques mágicos.
Lo anterior no siempre es negativo, hay momentos en los que estas técnicas lucen muy bien. Al entrar en las peleas hay rotación y escalado de gráficos en tiempo real, un efecto que el Super Nintendo no podía realizar de manera nativa y que sólo ocurre en juegos acelerados por el Chip FX, por ejemplo Yoshi's Island. Por otro lado, hay secuencias que originalmente existían para resaltar las capacidades del SNES y que ahora parecen metidas con calzador; por ejemplo, la mítica marcha inicial de las Magitek Armor que enfatizaba las posibilidades del Mode 7 y presentaba una introducción cinemática; sin más explicación, el equipo decidió quitar los créditos de la escena.
Esta versión de Final Fantasy VI, igual que el resto de los Pixel Remaster, no decide si quiere ser fiel a la obra original o proponer y renovar. Este estira y afloja de dirección deja al juego en un limbo en el que no es necesariamente para los fanáticos pero tampoco para los jugadores nuevos. A pesar de que jugué la versión de PC, mi impresión al final es que se trata de un JRPG de hace casi 30 años con algunos retoques para verse bien en celulares.
Al final de la fantasía
Final Fantasy VI es una obra que trasciende a su época, que se siente vigente y cuya ambición se mantiene relevante para la industria, sin embargo, su versión Pixel Remaster es inconsistente. Gráficamente, aporta cosas como lo vistoso de los ataques o la animación al cargar los enfrentamientos, pero incluye elementos feos como una tipografía que luce completamente fuera de lugar y una traducción que deja abajo a los fans de la versión original. Es decepcionante que en una época posterior a Octopath Traveler, Square Enix entregue una versión de Final Fantasy VI que desaprovecha nuevas tecnologías para expandir su encanto original.
La música sigue siendo una maravilla, los arreglos me agradaron bastante y me transmitieron las mismas emociones que cuando jugué Final Fantasy VI por primera vez, sin embargo, uno de los fuertes de la versión original era su manera de aprovechar el chip de audio del Super Nintendo y es una lástima que no incluya la versión original del soundtrack.
Entre las versiones disponibles de Final Fantasy VI, la Pixel Remaster es la más extraña. Es un remake que elimina cosas importantes del juego original y que adopta novedades innecesarias. No me parece la mejor versión del juego, pero tampoco la peor. El mayor problema del port para el primer PlayStation es tener tiempos de carga entre peleas y la versión de Game Boy Advance tiene un audio deficiente. El error más grande de la versión para iOS y Android de 2014 es existir.
¿Es Final Fantasy VI Pixel Remaster la mejor manera de abordar este clásico? Probablemente, no; sin embargo, es una versión bastante decente que mantiene la mayoría de las cosas que hicieron grande al juego original. Final Fantasy VI es importante para una saga legendaria, para un género trascendental, para la historia de una consola y para la industria de los videojuegos en general. Se agradece que Square Enix lo mantenga vigente, que a 28 años de su lanzamiento siga dándole su lugar y nos ponga en los zapatos de Terra, de Celes, de Edgar y compañía, en la mítica escena de la ópera o el duro momento del fin del mundo.
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