¡Nada mejor que una buena dosis de acción táctica para refrescar la ya agotada escena de los juegos de disparos, claramente influenciada por el principio de frenetismo impuesto por los FPS de guerra moderna recientes! Con Tom Clancy's Ghost Recon: Future Soldier, Ubisoft nos recuerda que la estrategia no es sinónimo de monotonía, y menos cuando se tienen al alcance herramientas de ciencia ficción que nos convierten en máquinas de matar todavía más letales.

Fiel a la tradición de la saga, Future Soldier nos pone en control de un comando de élite distinguido por su sigilo y uso efectivo de la tecnología. El juego ofrece una buena variedad de experiencias de combate solitario, cooperativo y competitivo, cuya espina dorsal es por supuesto una campaña al más puro estilo narrativo de Tom Clancy, donde el mundo se encuentra al filo de una guerra, los rusos parecen estar detrás de todo y es tarea de un puñado de soldados dar con la verdad y eliminar a quien se interponga en el cumplimiento de su misión.

El hilo conductor nos pone en las botas de Kozak, un novato del escuadrón Ghost quien junto con 30K, Pepper y Ghost Lead, deberá dar con los responsables de un ataque que cobró la vida de varios de sus camaradas y parece ser sólo la fachada de una conspiración de mayor escala con base en Rusia. Este argumento nos lleva por diferentes latitudes que van de América Central a África y llega a los bosques del Cáucaso o la Península escandinava, y en esencia, la encomienda siempre es la misma: infiltrarte en instalaciones enemigas, llegar a un punto o persona de interés y salir de ahí a como dé lugar. El jugador tiene la prerrogativa sobre cómo afrontar esta dinámica, pero el sigilo suele ser el camino más recomendable, pues los Ghost están en una enorme inferioridad numérica y no resisten más que un par de ráfagas de disparos antes de caer abatidos.

Una de las diferencias fundamentales entre esta y otras iteraciones de la saga es la autonomía de nuestros compañeros, quienes ya no requieren constantes instrucciones para saber a dónde ir o cómo navegar los escenarios. Esto podrá parecer decepcionante para algunos de los más puristas de la serie, sin embargo, al final del día se traduce en una experiencia más ágil que no escatima demanda táctica.

Lo anterior tampoco significa que no tengamos injerencia en las acciones del escuadrón. Nuestro grupo posee un sistema de realidad aumentada que le permite identificar los objetivos sobre el terreno sin necesidad de acceder a ningún menú alterno o el mapa y después compartir dicha información con los demás. Así, al percatarnos de la presencia de un equipo de enemigos, marcamos a cada uno de sus miembros con R1 o RB y le ordenamos a los otros Ghosts que los eliminen en forma sincronizada. Entretanto, podemos dedicarnos a pensar cuál será la siguiente acción, reposicionarnos o tomar parte en la ejecución seleccionando uno de los objetivos y abriendo fuego. Detectar adversarios, marcarlos y ejecutarlos es el proceso más elemental y constante dentro de Future Soldier, pero el truco está en abatir uno, dos o hasta cuatro guerrilleros a la vez, sin que el resto se dé cuenta y active las alarmas, lo que en ocasiones puede suponer el fin de la misión.

Además de la mecánica antes descrita, nuestro personaje puede disparar directamente, ya sea desde una perspectiva en tercera o primera persona, efectuar derribos cuerpo a cuerpo, interactuar con terminales o puertas, y controlar algunos drones aéreos y terrestres, tema que abordaremos más adelante.

Por fortuna, la Inteligencia Artificial de los NPC es suficientemente buena como para no incurrir en tonterías que nos hagan lamentar que no estén bajo nuestro control, pero sí detectamos una rareza recurrente que llegó a sacarnos de la inmersión. Muchos de los puntos de control del juego son sitios de reunión a los cuales deben llegar los cuatro Ghost para agruparse, pero a veces alguno o algunos de ellos quedan rezagados y nunca llegan. Para empeorar las cosas, una vez que nuestro personaje está en la posición indicada, sólo le queda esperar a sus camaradas y si están “perdidos”, habrá que recargar.