Las carreras de motocicletas podrán ser menos populares que los sofisticados campeonatos automovilísticos, pero sin duda ofrecen la misma o incluso mayor intensidad, y no es para menos, los salvajes e irregulares terrenos en que se sitúan crean una emoción de riesgo y completa incertidumbre. Lo mismo sucede en los videojuegos, hay pocas franquicias dedicadas al motociclismo, pero son suficientes para mostrar lo mejor de esta competitiva actividad. De ese pequeño grupo, el estudio más prominente es Rainbow Studios, que desde 2005 se ha encargado de refinar MX vs. ATV para ofrecernos la más sofisticada experiencia en control de una moto de carreras.

Con la entrada anterior en la serie, el estudio rediseñó el motor gráfico en beneficio de crear una sensación más realista. La actualización partió de dos mejoras en el sistema de física: equilibro del conductor y deformación del entorno. En Alive se hicieron ligeros ajustes para incrementar el nivel de simulación, sin arrebatarle el elemento Arcade, claro está. A diferencia de otros títulos de carreras, el terreno cambia dinámicamente con el paso de los corredores, así tanto nieve como terracería se deforman, lo que hace necesario replantear la estrategia en cada vuelta.

Gracias a considerables mejoras visuales a su antecesor, es más fácil identificar hasta las alteraciones más insignificantes del entorno, lo que podría significar la diferencia entre ganar o perder.

Por otro lado, no sólo se trata de tener habilidad para rebasar otros competidores ni de aprenderse de memoria la pista, se debe tener una precisión casi prodigiosa para formar una postura idéntica (o cercana a lo idéntico) del motociclista y con ello, mantener la velocidad mientras se sube una pendiente, caer con estabilidad tras un salto, o deslizarse efectivamente entre las curvas. El control permite completo dominio sobre los movimientos, pues dependiendo de qué tan bueno seas puedes manejar simultáneamente el embrague en las curvas y administrar el uso de freno, incluso mientras estás a punto de dispararte al aire. La complejidad puede ser abrumadora, pero es divertida cuando te acostumbras.

El aspecto más refrescante es que a pesar del factor impredecible, ganar sigue dependiendo de la habilidad del jugador. Ser golpeado por otro competidor no te hace perder la carrera, pero esa misma razón te obliga a mantenerte alerta aunque lleves una ventaja. Afortunadamente, perder no es cuestión de que te apaleen con caparazones ni elementos aleatorios del entorno, siempre será dependerá de qué tan bien manejes. Por otro lado, si lo que buscas es una pequeña ayuda, conforme subas de nivel tu corredor tendrá acceso a habilidades que incluyen útiles ventajas como incrementar la efectividad del embrague o un tiempo de recuperación más rápido.