Con antecedentes de la talla de FIFA 10 y FIFA 11, títulos que para muchos marcaron un parteaguas no sólo en los juegos de soccer, sino en el género deportivo como tal, el abanico de opciones a refrescar y mejorar parecía agotado, generando cuestionamientos con respecto a lo que FIFA Soccer 2012 podría cambiar para ser un producto auténticamente nuevo, que valiera otra inversión de parte de los hinchas del futbol.

Bien reza un conocido refrán: “lo difícil no es llegar, sino mantenerse”, y por fortuna, EA Canadá lo consiguió, al entregar, por tercer año consecutivo, la recreación virtual más equilibrada, profunda y, sobre todo, divertida, del soccer profesional.

¿Pero cómo lo hicieron? La respuesta yace en tres destacadas modificaciones y agregados a la mecánica de juego: nuevo motor de impacto, regate de precisión (jugada de fantasía) y Football Club.

Por años, la interacción entre los futbolistas en los videojuegos ha estado gobernada por una serie de animaciones que, aunque oportuna en la mayoría de los casos, aún marcaba una profunda brecha entre la recreación virtual y el soccer real. Nada raro era ver cómo las piernas de los jugadores se atravesaban o, peor aún, se generaban lesiones inexplicables.

FIFA Soccer 2012 deja atrás este paradigma con el Play Impact Engine, innovador sistema que faculta a los atletas con la posibilidad de interactuar en forma orgánica y 100% realista, es decir que el resultado de un choque ya no es una animación, sino una auténtica simulación. No importa cuántas veces efectúes una barrida o carga hombro a hombro, las consecuencias serán virtualmente impredecibles y ello también aplica a las lesiones, mismas que han dejado de ser un misterio.

Estrella tus rodillas con las de un zaguero, planta los tacos sobre la espinilla rival o aplica una zancadilla, y posiblemente atestigues con todo detalle la hiperextensión de una articulación, torceduras e incluso fracturas de tobillo. Ahora bien, lo anterior no está exento de detalles anómalos. Pese a que no es frecuente, sí se presentan aglomeraciones o caídas que, aunque hilarantes, pueden afectar a tu equipo.

Haciendo mancuerna con el Play Impact Engine, ahora están también el regate de precisión y la defensa táctica. Presionar el hombro y gatillo izquierdos del control, accionará un estado de trote anticipatorio que permite esconder la pelota de manera más eficiente y, por supuesto, tener una mayor probabilidad de éxito al intentar una gambeta. Es cierto, FIFA ya no es un juego que favorezca las jugadas de fantasía como herramienta única para ganar un partido, pero la novel mecánica trae como consecuencia un mejor control sobre el esférico y eso es totalmente bienvenido.

Ahora bien, en cuanto a la defensa táctica, hay que reconocer que es perfecta para neutralizar ese recorte rompecaderas que siempre deja mal parada a la primera línea del equipo, pues con el oprimir de otro botón (A o X), el zaguero se adhiere a su rival como si se tratara de un imán. Aunque por momentos da la sensación de que defender se torna un tanto simple, pues es casi imposible que el oponente se quite de encima tu marcación, el jugador decide en qué momento ir por el balón, de tal suerte que sigue habiendo algo de desafiante en esta nueva mecánica.

En general, los mencionados cambios, aunados a Personality + y Pro Passing -dos mejoras del año pasado-, se traducen en un compás de desplazamiento y cadencia más pausados, tanto en los futbolistas, como en el ritmo de los cotejos. Correr como desesperado, en un intento por llevarse a la zaga rival a punta de corpulencia y velocidad pura tiene menos cabida que nunca, mientras que la Inteligencia Artificial profesional ha elevado la dificultad, así como el desempeño de los compañeros de equipo. FIFA 12 no sólo demandará talento estratégico en la disposición de los hombres sobre la cancha, sino también a la hora de moverse.

Estamos muy conformes con estas modificaciones, que si bien sutiles, realmente mejoran la experiencia y demuestran un compromiso permanente de David Rutter, productor en jefe, y de su equipo, por perpetuar la evolución y no dormirse en los laureles de la monótona reiteración asociada con el género deportivo.

Dicho lo anterior, dejamos atrás el apartado de la mecánica de juego y damos pie a la presentación, la cual ahora luce más limpia pero que, en términos generales, permaneció sin mayores cambios.