En 2006, Square Enix reveló al mundo su nueva visión: una serie de juegos bajo la misma bandera llamada Fabula Nova Crystallis, la cual estaría compuesta por Final Fantasy XIII, Final Fantasy Versus XIII ―que acabó por convertirse en Final Fantasy XV― y Final Fantasy Agito XIII. El desarrollo de este último comenzó en dispositivos móviles, pero en 2008, se anunció que el título llegaría a PSP, ya que la tecnología de los celulares en aquella época no era lo suficientemente buena para soportar el juego. Después de 3 años, finalmente vio la luz, con todo y un cambio de nombre: Final Fantasy Type-0. Lamentablemente, no fue sino hasta ahora que salió de Japón, gracias a una reedición en alta definición que arribará a Occidente para PlayStation 4 y Xbox One.

Al arrancar, el disco nos recibe con una animación sombría que cuenta el argumento del juego. En el universo de Orience, varias naciones convivían en paz y cada una protegía su cristal de poder. El imperio Milites, la alianza Lorican, el reino de Concordia y el feudo de Rubrum tenían un tratado llamado Pax Codex; sin embargo, éste se rompió cuando Cid Aulstyne, el alto comandante de Milites, tomó el poder del cristal de su imperio. Él recorrió todo el mundo, diezmando a Lorica y a Concordia pero, afortunadamente, Rubrum fue capaz de resistir. Aun así, Cid no se dio por vencido y lanzó un ataque sobre la academia de magia Peristylium Suzaku, con el fin de que la nación se rindiera. Aquí es donde comienza la historia de Class Zero, un pequeño grupo de usuarios portadores de magia que deberán proteger lo poco que les queda y que nos recuerdan mucho a los mercenarios de Balamb Garden de Final Fantasy VIII.

El menú principal trae las opciones clásicas con las que es posible cambiar la asignación de botones en el control, el volumen de la música y los efectos de sonido, la velocidad de la aparición del texto y sin duda la que más agradecemos: poder intercambiar las voces entre el idioma japonés y el inglés. También existe una enciclopedia en la que vienen conceptos básicos de diferentes elementos para que los primerizos se vayan familiarizando con ellos. Al comenzar la partida, el juego nos pide seleccionar una de las 3 dificultades disponibles: Cadet, ideal para principiantes y en la que los personajes reciben menos daño; Officer (Intermedio); y Agito, la cual incrementa el nivel de todos los enemigos a +30.

Con el fin de no echar a perder la historia, intentaré no adentrarme demasiado en ésta y en su lugar analizaré más a fondo las mecánicas del gameplay. Aun así, no está de más mencionar que los fans de los JRPG apreciarán la escala emocional y lo épico de la narrativa del juego, especialmente porque en los títulos más recientes de la franquicia, esos momentos casi no existen. Type-0 HD intenta traerlos de vuelta, sobre todo la conexión que el jugador crea con los personajes, y es que en mi caso sentí la necesidad de saber qué había detrás de algunos de ellos conforme avanzaba la trama. Esto tampoco quiere decir que la historia es perfecta, pues es compleja y transcurre demasiado rápido, al punto de que a veces los protagonistas hacen cosas extrañas que no se entienden, un aspecto en el que los desarrolladores tuvieron que haber trabajado más.

Los fans de los JRPG apreciarán la escala emocional y lo épico de la narrativa del juego

La primera misión sirve como tutorial. Ésta nos explican las funciones básicas, por ejemplo: podemos intercambiar entre los personaje de nuestro equipo en cualquier momento, ya que las batallas no son por turnos como en las primeras entregas de la franquicia, sino en tiempo real y en escenarios totalmente abiertos. Cada uno de los protagonistas cuenta con diferentes formas de ataque; algunos con armas a distancia y otros con lanzas y espadas para enfrentar al enemigo frente a frente. Además de lo anterior, contamos con otras habilidades y magias que podemos asignar a los botones del control, de forma muy parecida a Kingdom Hearts. Para guardar la partida, existen puntos específicos designados para ello, donde también es posible cambiar nuestro armamento y aprender nuevas habilidades, dependiendo de si tenemos los puntos necesarios.

Posteriormente, el juego nos introduce en la academia de magia, que sirve como el HUB principal. Aquí se nos asignan nuevas misiones y podemos aprender una gran cantidad de cosas por medio de las lecciones impartidas en el salón de clases y la biblioteca. También podemos criar Chocobos e interactuar con otros personajes; lamentablemente, esto último no se siente tan profundo. Sí, el mayor enfoque de Type-0 HD es contar una historia de guerra, pero una buena parte del título consiste en merodear por la escuela, por lo que me hubiera gustado ver un poco más de desarrollo en este aspecto además de sólo hablar con los clásicos NPC cuyos diálogos a veces son interesantes, mientras que otras veces simplemente no sirven para nada.

Una vez completadas las primeras misiones, el juego finalmente nos deja libres para explorar el mapa del mundo exterior y participar en peleas aleatorias, pero a diferencia de títulos pasados de la saga donde podíamos vagabundear libremente por prácticamente cualquier lugar, en Type-0 HD esta parte es distinta, ya que hay algunas áreas a las que no podemos entrar sin haber progresado hasta cierto punto y varias porciones están conectadas por pantallas de carga o por pequeñas cuevas, además de que la nave que sirve para transportarnos por el aire no está disponible sino hasta mucho más tarde en el juego, lo cual es una decepción. Los pueblos también existen, pero quizá por limitantes de hardware (recordemos que es un juego que salió originalmente para PSP) no tienen mucha gracia y no van mas allá de incluir tiendas básicas y donde hacemos misiones rápidas.

Afortunadamente, Type-0 HD incluye un par de variantes que hacen que el mundo se sienta un poco más vivo. La primera son las batallas de estrategia en tiempo real, en las cuales podemos movernos alrededor de varios grupos de tropas para invadir diferentes áreas. Cada una de ellas cuenta con objetivos específicos que al ser completados, nos deja tomar control sobre ciertos lugares; cabe destacar que algunos de estos combates son opcionales, mientras que otros son obligatorios para seguir avanzando en la historia, lo cual puede llegar a ser un poco frustrante, en especial para aquellos jugadores que no están tan familiarizados con este género. La otra modalidad son las peleas en el aire, algo que estaba destinado originalmente para Final Fantasy XII. A pesar de que no luchas exactamente con otras aeronaves, el líder de tu grupo puede tomar el control de los cañones para acabar con dragones del reino de Concordia, y debido a que no son muy complicadas, estas peleas sirven como un buen descanso de los enfrentamientos normales en tierra.

Un gran punto en contra del juego es la cámara. Ésta funciona perfectamente cuando nuestro personaje se encuentra estático, pero si está en movimiento e intentamos girarla, se siente extremadamente descalibrada y es muy difícil de controlar, lo que provoca que apuntar a los enemigos sea más complejo y frustrante. Se trata de un error básico de diseño que los desarrolladores no debieron dejar pasar, especialmente si el título original contaba con el mismo problema. Por fortuna, el apartado sonoro no decepciona en lo absoluto, gracias al gran trabajo de Takeharu Ishimoto, quien también se encargó del soundtrack de Crisis Core: Final Fantasy VII; realmente se siente esa conexión entre la música y el escenario que estamos visitando.

Tampoco está de más mencionar que en algunas misiones es posible equipar a un Eidolon (o Summon) para usarlo más adelante dentro de ellas; algunos vienen en forma de viejos conocidos, como Ifrit, Shiva, Diablos y Bahamut, aunque también existen otros nuevos. Lamentablemente, para que estos aparezcan en la batalla, el líder del grupo tiene que sacrificarse, lo que provoca que ya no podamos controlarlo por el resto de la misión, pero la ventaja es que podemos manipular las acciones de estos enormes personajes durante varios segundos, de manera muy parecida a Final Fantasy XIII.

En cuanto el incremento de nivel, éste se produce de forma automática al recibir experiencia de los enemigos, aunque también existe el Alto Crystrium, que es similar al incluido en Final Fantasy XIII y Final Fantasy XIII-2, sólo que a diferencia de aquel que servía para aumentar el estatus de los personajes en general, en Type-0 sólo funciona para mejorar nuestra magia, fuerza, alcance y velocidad. Esto se logra gracias a la energía de nombre Phantoma que recolectamos de los adversarios caídos.

Final Fantasy Type-0 HD probablemente no satisfaga a toda la base de fans de la serie, pero se trata de una buena propuesta de juego, especialmente si consideramos que es un spin-off; además, trae el código para descargar el demo de Final Fantasy XV, algo que muchos podrían considerar un ardid de marketing que, al final del día, aumenta su valor de compra.

Gráficamente, el título luce muy bien y se nota que hubo mucho trabajo detrás de este apartado, a pesar de que algunas escenas aún lucen como recién salidas del título original de PSP; sin embargo, su interesante historia, gran cantidad de personajes, misiones, referencias a pasados títulos de la saga y su soundtrack formidable, le dan un gran valor de rejugabilidad, algo difícil de encontrar en la mayoría de los juegos actuales.