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La primera entrega de Dragon Quest Heroes fue una revelación para quienes somos fieles seguidores de la legendaria franquicia de Enix, pues demostró que el concepto podía tomar un rumbo de mayor acción y aventura, sin tener que romper con los convencionalismos intrínsecos del JRPG clásico. Lo irónico es que este respiro de frescura llegó de donde menos se esperaba: el musou, género cuya historia está amalgamada —para bien y para mal— con la trayectoria de Dynasty Warriors. Al final el resultado fue, tal como lo expresamos en su momento, algo divertido, sofisticado y memorable.
Y de la misma manera que el título original, Dragon Quest Heroes II es una colaboración brillante entre Square Enix y Tecmo Koei, ya que tanto mecánicas como diseño están bien pulidos en casi cada detalle —con un par de excepciones desafortunadas—, desde el adictivo combate, hasta el sistema de progresión. Claro que, aún si en esencia ambas entregas son similares, con la más reciente hubo una evolución potenciada por nuevos elementos que dieron mayor fluidez y dinamismo a la experiencia de juego.
Combate; simple, divertido y adictivo combate
Si algo se le puede reconocer a Dragon Quest Heroes —junto con éste, su sucesor— es que evitó incurrir en la pésima práctica de otras franquicias sumadas a la tradición Dynasty Warriors, de ser un simple e insípido skin; en su lugar, el juego ostenta un diseño de combate mejor manufacturado y más refinado que el resto de los tipo musou, pero que a la vez consigue mantenerse amigable y sencillo de dominar. Y es que aún si se apega a los estándares del género, al dejarte enfrentar oleadas interminables de enemigos para que los elimines de forma masiva por medio de poderes y habilidades devastadoras, la mecánica presume una personalidad propia.
Dicha identidad se expresa en las diferencias notorias que hay de un personaje, a otro, según la clase a la que corresponde o las habilidades que posee. Lo que jugarás con un mago tendrá poco parecido con la experiencia que te da un espadachín e, incluso entre guerreros que dominan el uso de las armas hay cambios importantes en cuanto a ritmo. Quienes empuñan un hacha pueden darte un combate de gran potencia, aunque un tanto lento; mientras que los portadores de dos espadas te dejarán ejecutar ataques muy rápidos y precisos. Afortunadamente la profundidad del gameplay va más allá del uso de armamento.
Dragon Quest Heroes II rescata la intrincada personalización de su antecesor, al permitirte progresar cada personaje de manera independiente a través de un árbol de habilidades y atributos pasivos el cual, como seguro imaginas, sigue la tradición RPG de consumir los puntos que ganaste nivel con nivel. El sistema es muy permisivo, pues no te castiga por una mala decisión temprana y, por otro lado, eventualmente tendrás acceso a todo lo que ofrece el catálogo de mejoras, sólo es cuestión de seguir leveleando. Pero lo importante del esquema es que recompensa el transcurso de las horas con una gran variedad de habilidades, para que puedas experimentar los límites de cada personaje.
Y ya que tocamos el asunto de la experimentación, Dragon Quest Heroes II la propicia haciendo honor a su nombre, partiendo de una extensa colección de héroes. Sumándose a Alena, Kiryl y Maya de Dragon Quest IV, llegan Torneko y Minea; Angelo complementa los cameos de Dragon Quest VIII junto con Jessica; Carver se suma a Terry de Dragon Quest VI, y de Dragon Quest VII al fin hay presencia en este spin-off, con Maribel y Gabo. Ahora bien, no hay un equilibrio en el repertorio de personajes, ya que unos son más efectivos que otros dependiendo de la situación. Para tener el equipo perfecto tendrás que experimentar mucho tanto en a quiénes llevas, como en las habilidades o el armamento que activas con cada uno. Por ejemplo, el carismático Torneko está entre los pocos con la capacidad de curar y Maribel, por otro lado, es especialista en ataques a distancia. Si no haces una combinación adecuada, la misión podría terminar en muerte segura. Y a pesar de todo los desarrolladores decidieron no limitar la creatividad, por lo que puedes armar tu party como quieras y con ello descubrir formas ingeniosas de jugar.
Una mecánica interesante que se rescató y mejoró del primer Dragon Quest Heroes, es la de utilizar monstruos aliados. Al igual que en el pasado hay unos medallones que te permiten invocar criaturas de apoyo al campo de batalla, pero en esta ocasión con los tokens también puedes transformar tu personaje en algunos de los más temibles enemigos durante pocos segundos, para causar caos y destrucción de forma masiva. Es una gran ayuda en términos generales, pero se vuelve un recurso invaluable cuando estás peleando contra los jefes, así que usar las monedas en el momento correcto es también parte de la estrategia y, sobra decir, que es uno de los elementos más divertidos del combate.
Un mundo interesante, aunque un poco cliché
Dragon Quest Heroes II se divide en dos tipos de áreas: zonas semiabiertas que estimulan la exploración, de manera similar a como funcionan los RPGs convencionales. Tú eliges a dónde quieres dirigirte, con el beneficio de que encontrarás cofres ocultos, jefes opcionales y muchos enemigos para grindear, además de algunos caminos secretos que te llevan a otras regiones. Por fortuna la variedad de escenarios y la diversidad de enemigos se complementan con un amplio repertorio de misiones, lo cual reduce el tedio y hace que la exploración no se vuelva repetitiva tan rápido. Y es que la estructura de la narrativa es lineal, pero conforme avanza la trama y ganas nuevos personajes, incrementan tus opciones de exploración. También existen otras zonas más pequeñas, que usualmente sirven como elemento argumental, las cuales ofrecen un combate más intenso y desafiante. Dentro de ellas hay mecánicas un poco diferentes, que exigirán lo mejor de tu habilidad para sobrevivir y salir victorioso, sobre todo cuando tienes que proteger a algún NPC o rescatar a alguien en un tiempo límite.
En terreno argumental Dragon Quest Heroes II es un tanto simple, pero su trama tiene mayor significado que la del primer juego. Aquí eres el héroe —una pareja de primos— que debe mediar entre una guerra de reinos y tu deber será desenmascarar una serie de intrigas, traiciones y engaños los cuales, desde la perspectiva del espectador, son predecibles en extremo. Aunque hubiéramos agradecido un argumento más elaborado, o una justificación más relevante para que aparezcan personajes de otros juegos, la narrativa es suficientemente entretenida para mantenerte interesado, sobre todo si estás acostumbrado a las temáticas de otros juegos de Dragon Quest.
Al margen del argumento, lo sorprendente de Dragon Quest Heroes II es que eleva aún más la calidad visual del gameplay y los cinemáticos. No exageramos al decir que es la mejor propuesta gráfica de toda la franquicia y que al fin se hace plena justicia a los diseños de Akira Toriyama. En cuanto a la música… continúan los temas clásicos de Dragon Quest, desafortunadamente en una versión que se apega más al estilo midi de las entregas de NES, que a las remasterizaciones orquestales.
Por último un gran atractivo de Dragon Quest Heroes II, sobre todo en comparación con su antecesor, es que al fin se agregó multiplayer. Tienes a disposición dos modalidades: en una te unes a desconocidos para adentrarse juntos en calabozos repletos de enemigos, jefes y tesoros. A diferencia de la campaña aquí sólo puedes llevar un personaje, el que tú elijas, con todas las habilidades y mejoras que ya configuraste. El inconveniente es que no hay un balance predeterminado en el matchmaking, así que puedes terminar en una party donde todos tienen al mismo personaje y, en consecuencia, habrán desafíos difíciles o casi imposibles de vencer. Es un ejercicio de frustración que no debes dejar en manos de la computadora, así que para evitarlo hay una opción que lista las sesiones de juego disponibles, en la que puedes revisar cuál conviene más conforme al personaje que vas a utilizar. Y si lo que quieres es jugar con amigos, la mejor alternativa es el cooperativo de la campaña. El juego te permite invitar a alguien más para que se una a tus misiones, o que tú ayudes a alguien más con su avance. Hay ciertas limitaciones, claro está, como la necesidad de que ambos estén en la misma fase del juego y que tenga activada las mismas misiones.
Por supuesto no es una producción perfecta: existen problemas de inteligencia artificial que le restan dinámica a los combates, tanto del lado de tus aliados como en la parte de los enemigos. También está el hecho de que el grinding puede volverse cansado para quienes no están acostumbrados a los RPGs y que, a la vez, los fans del género de rol podrían ver demasiado simple la personalización. Y las mecánicas ligadas a la historia, como buscar items o buscar a alguien, con frecuencia te hacen dar vueltas innecesarias, lo cual rompe con el excelente ritmo del combate.
Dejando atrás esos problemas, Dragon Quest Heroes II es una gran mejora conforme al juego original y demuestra aún más el potencial que hay en la franquicia para incursionar en géneros de acción. El hack-and-slash que ofrece es muy gratificante y, a decir verdad, adictivo una vez que encuentras la combinación ideal de personajes, armas y habilidades. Apretar botones en secuencia durante horas es muy divertido, en especial si lo que buscas es un juego para desestresarte. Al final es una carta de amor para los fans, que conserva la esencia de la serie y le da un nuevo propósito, con ayuda de una presentación visual sorprendente.
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