Desde 2017, con el lanzamiento de Resident Evil 7: Biohazard, la icónica franquicia de Capcom que fundó el survival horror como lo conocemos no ha hecho más que —mayormente— cosechar triunfos a diestra y siniestra, y todo parece indicar que sucederá lo mismo con Resident Evil Village. Esta nueva entrega mantiene la perspectiva en primera persona del aclamado Resident Evil 7: Biohazard, aunque también mostrará que tiene la capacidad de evolucionar a su manera.

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• PC — $1,199

Resident Evil Village es el siguiente episodio en la saga de Ethan Winters, quien ahora disfruta la tranquilidad de la vida cotidiana a lado de su familia, años después de la noche de terror en la propiedad de los Bakers, en Lousiana. Todo es paz y tranquilidad en compañía de la nueva integrante de la familia, Rose, una hermosa niña con mejillas rechonchas y rosadas que es el faro de esperanza de la joven familia. Pero tanta felicidad no es posible y la paz termina con una ardiente ráfaga de plomo, detrás de la cual emerge Chris Redfield quien, sin mucha explicación, separa a padre e hija.

Así comienza la nueva pesadilla que Ethan deberá sobrevivir para reunirse con su hija. Esta angustia lo llevará a visitar una misteriosa y remota villa europea —donde no existen las barreras de lenguaje ya que todos hablan inglés perfecto—, y a conocer a sus habitantes junto con sus extraños usos y costumbres, sobre todo el culto a una figura materna que emplea la ayuda de 4 entidades con poderes inexplicables: una señora madura de 3 metros de altura; un títere con vida propia; un mutante que es más molesto que terrorífico y una torpe figura abominable. Tu misión: derrotarlos.

La villa funciona como un concentrador que hila las 4 diferentes zonas que gobiernan dichas criaturas. Cada área destila y desarrolla su propia personalidad, en ocasiones, capturando los elementos más exitosos de la franquicia. La misma villa nos remonta a cuando Leon S. Kennedy luchó contras las plagas, pero esta vez nos topamos con frías temperaturas y, a la distancia, con un gótico y puntiagudo castillo que se erige sobre las derruidas chozas de ladrillo y madera. La fortaleza de piedra es el dominio de Lady Dimitrescu, locación cuyo interior se encuentra adornado con exquisitos lujos, mientras que detrás de las paredes se ocultan terrores antiguos. Esta zona comunica la clásica experiencia de la saga de recorrer pasillos en una mansión, obtener llaves y resolver acertijos. Desafortunadamente este punto llega a sentirse breve; una lástima porque fue anunciada y mostrada hasta el cansancio previo al lanzamiento. Respecto a Lady Dimitrescu, al final resultó ser un clon en comportamiento de Mr. X y Nemesis de los recientes remakes, mientras que las “hijas” actúan como minijefes fugaces que dan la impresión de que las eliminaste por error. A pesar de esto, el castillo Dimitrescu se alza como uno de los momentos entrañables del juego —si no es que el mejor—.

Al mismo tiempo, el dominio de una tétrica muñeca que parece extraída de la mente de Tim Burton es otra área que destaca en grande por dar un giro de 180° a la experiencia, para ofrecer un momento de verdadero survival horror como pocas veces se ha visto en la saga. No me atrevo a ahondar en detalles sobre esta sección porque caería en severos spoilers. Sin embargo, es imposible decir lo mismo de otras áreas, como la sección de cavernas o los dominios Heisenberg y su ambientación industrial; sólo digamos que son poco atractivas de ver, aunque encierran sus porciones de reto.

"Fue toda una revelación conocer las implicaciones dentro del universo a través de los característicos mensajes escritos"

El viaje de Ethan Winters por la villa europea de terror contagia cierta nostalgia por el pasado de la saga, sin embargo, se nota por momentos que la atmósfera se encuentra mejor iluminada en comparación con la entrega anterior. El resultado da la impresión de que Resident Evil Village abandonó ligeramente la pesada atmósfera que convirtió a Resident Evil 7: Biohazard en una obra maestra, y lo sustituyó por una atracción de feria donde el horror es más bien un espectáculo. Por ejemplo, tan pronto acaba un terrorífico asalto, Winters es arrojado a una especie de concurso de supervivencia en el que tiene que correr por su vida, junto con otras situaciones que rozan entre lo cómico y lo chusco; no sabrás si reírte o hundirte en hombros por la confusión temática, y honestamente, esto también es algo clásico de Resident Evil.

Por otro lado, la historia que Resident Evil presenta este año es una que los seguidores de la franquicia disfrutarán en grande, ya que toma los mitos y acontecimientos propuestos en la entrega principal anterior y les da forma dentro de la mitología general de la saga que acaba de cumplir 25 años, con el factor de que también la prepara para el futuro. Fue toda una revelación conocer las implicaciones dentro del universo a través de los característicos mensajes escritos que dejan atrás los antagonistas, esparcidos de manera esporádica a lo largo de la villa como recompensa cuando te tomas el tiempo para explorar cada rincón. Además, tiene la novedad de convertir a una icónica figura en una persona de carne y hueso, retratándolo de manera entrañable como nunca ha sucedido en toda la saga. Un gran momento que reflexión que todos los personajes deberían experimentar en su desarrollo.

Resident Evil hasta la médula

De esta manera te enfrentarás a un Resident Evil hasta la médula, con grandes momentos de exploración satisfactoria, recolección de llaves y resolución de acertijos (que no te van a quebrar la cabeza), en un ajetreado, pero breve, ir y venir entre zonas previamente exploradas, por supuesto, sin olvidar el hábil malabareo de suministros en el inventario. Como dijimos, el sentimiento familiar de la saga predomina durante la secuencia del castillo, y posteriormente, se puede sentir un cambió temático hacia la acción conforme las horas de juego se apilan, culminando en una experiencia de alto octanaje para las partes finales del juego.

"Resident Evil Village es un enorme tributo a 25 años de tradición"

Las criaturas que enfrentas te asediarán desde todas direcciones sin tregua alguna, y son tan variados como las zonas que visitas, además de que se hacen más fuertes conforme progresas por la trama, ocasionando que avances con un dedo en el gatillo, listo para reaccionar en cualquier instante. Por su parte, las batallas contra jefes son grandes secuencias con alto impacto dramático y, en su mayoría, son cinemáticas, memorables y fáciles.

Por fortuna no eres una criatura indefensa, ya que tendrás los medios para defenderte de todo lo anterior, pero ten cuidado al presionar el gatillo, ya que los suministros escasean. Aunque notamos que el juego se tornaba cada vez más sencillo gracias a la intervención del mercader, quien hacía más poderosas nuestras armas conforme le vendíamos el tesoro que obteníamos, y al sistema de crafting para fabricar municiones y salud.

Pero eso no es todo: al terminar la historia desbloquearás el modo Los Mercenarios, el gran añadido que la comunidad siempre ha estado esperado durante muchos años. Los Mercenarios son retos contrarreloj, donde la suerte es un factor para salir victorioso gracias a orbes de habilidad, las cuales añaden un elemento estratégico adicional, aunque aleatorio. Dominar una ruta y mantener un multiplicador de combo alto para obtener el codiciado rango SSS en todos los niveles es una gran actividad que bonifica a la experiencia con importantes puntos de rejugabilidad, y que se suman a otros retos como desbloquear todas las armas de la tienda de contenido.

Un apartado se debe hacer para mencionar la implementación DualSense durante el combate, que tensa duramente los gatillos, lo que te obliga a imprimir mayor fuerza de la común al momento de apuntar y disparar. Esto añade tensión al combate cuando un débil dedo no puede apuntar el rifle o una escopeta. Jugar Resident Evil Village requiere de la misma fortaleza y determinación que tiene Ethan a lo largo de la experiencia para regresar a lado de su hija.

Por otro lado, también encontramos casos de uso decepcionantes, más bien, situaciones donde no se usaron las capacidades de uno de los mandos de videojuegos más avanzados de la actualidad. Por ejemplo, a lo largo del juego encontrarás acertijos donde debes guiar una esfera a través de un pequeño laberinto. Qué gran diferencia hubiera sido sentir la esfera a través del control y guiarla a su destino haciendo uso de todo sensor de movimiento disponible dentro del mando. Sólo se usan los sticks análogos.

VEREDICTO

En conclusión, Resident Evil Village es un juego con excelente ritmo que hila la mayoría de los sentimientos que caracterizan a la saga, en un paquete con duración más que aceptable: entre 10 a 12 horas para la campaña principal, y muchas más para completar los retos de modalidades como Los Mercenarios. En todo sentido, Village es un juego redondo con mucho valor por donde lo quieras ver. Además, visualmente es excepcional, dibujando todas sus áreas con calidad y definición tétrica; con grandes efectos visuales que imprimen profundidad a las escenas, lo que aumenta la inmersión de la experiencia.

Resident Evil logra demostrar una vez más que su ADN no es estático, y que tiene la capacidad de evolucionar de la misma manera que los virus y las armas biológicas que sus protagonistas han combatido durante tantos años. En más de un sentido, Resident Evil Village es un enorme tributo a 25 años de tradición, y un importante escalón para su futuro. Por esto, es una entrega recomendada ampliamente.