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El desarrollo de videojuegos en Latinoamérica está en su punto más vivo. Juegos como Cris Tales, Tormented Souls o Pato Box, desarrollados en Colombia, Chile y México respectivamente, nos sorprendieron por ser experiencias redondas, sólidas y creativas. Hoy, el estudio mexicano Lienzo, mejor conocidos por su trabajo con Mulaka, nos ofrece Aztech Forgotten Gods, un título de acción aventura que propone un mundo abierto, un esquema de control basado en el vuelo y un estilo de combate contra colosos. En LEVEL UP ya pudimos probarlo, y a continuación te cuento mi experiencia.
La historia de una civilización que no fue
Aztech Forgotten Gods narra la historia de Achtli, una chica que vive en un mundo azotado casi por completo por una calamidad, Europa se mantuvo al margen del continente americano y el imperio azteca logró reconstruirse. Como resultado, Tenochtitlan es una metrópolis tecnológicamente desarrollada y capital del conocimiento humano, sin embargo, la nueva bonanza hizo que todos olvidaran la época de la calamidad y a los dioses antiguos.
La madre de Achtli es una investigadora que descubre un antiguo artefacto: un poderoso brazo usado siglos atrás para detener la calamidad. Al desenterrarlo y probarlo con Achtli, despierta unos poderes antiguos que amenazan con destruir el mundo; es tarea de Achtli usar el poder del brazo para volar, atacar y evitar una nueva catástrofe.
El gameplay es simple: se basa en volar con un botón y pegar puñetazos con el otro. El principal reto consiste en esquivar ataques y medir el tiempo de vuelo para no caer. El combate contra enemigos pequeños es simple, sin embargo, carece de profundidad y entra en la categoría del button masher. Por su parte, los combates contra los jefes funcionan como puzzles dinámicos, muy similares a los de The Legend of Zelda. Aunque es muy inconsistente, el combate es divertido, hace que el usuario se sienta poderoso y evolucionó mucho desde que probé el demo a mediados del año pasado; se siente menos limitado y es más intuitivo. Lienzo supo restarle carencias y sumarle aciertos.
La cámara funciona relativamente bien para un juego que es tan exigente con la perspectiva. Como la mecánica central es explorar y combatir volando, el diseño de la cámara tenía el reto de mostrar en todo momento la mayor cantidad de cosas importantes en el entorno. Aztech Forgotten Gods cumple en este apartado de una manera muy aceptable. Los juegos de vuelo tridimensionales suelen ser shooters sobre rieles, por lo que Lienzo tuvo un reto enorme al simplificar para el usuario todas las variables de control en un mundo abierto.
Una estructura sencilla pero creativa y muy divertida
Aztech Forgotten Gods es una aventura de progresión lineal, pero toma lugar en un mapa abierto. Tenochtitlan es un espacio muy divertido de recorrer volando como Iron Man, pero también es un lugar relativamente vacío. Hay algunos NPC merodeando por ahí y monstruos que atacan ocasionalmente, sin embargo, la mayoría del tiempo no hay mucho qué hacer. A pesar de esto, los autos voladores y los trenes que recorren las estructuras hacen que el mapa se sienta vivo; Aztech Forgotten Gods tiene un equilibrio muy interesante al hacer que un lugar inerte se sienta habitado.
Visualmente es atractivo, los enemigos lucen intimidantes y los personajes principales tienen carisma, sin embargo, algunas texturas tienen problemas de UV Mapping. El ejemplo más claro es el piso con un patrón escalonado que seguramente consta de líneas sólidas horizontales y verticales, pero que están filtradas como diagonales, además de que no está alineado a las geometrías. Los diseños de los NPC son exageradamente simples, sin embargo, son pocas las veces en las que es importante interactuar con ellos y es fácil ignorarlos.
En general, el mundo de Aztech Forgotten Gods me parece muy disonante. El planteamiento es que Europa jamás se metió con las culturas prehispánicas, sin embargo, hay pantallas planas, refrigeradores, barras de cocina y estufas idénticas a las de nuestra línea temporal. En lugar de imaginar una realidad alterna completa, los desarrolladores decidieron tomar ideas futuristas occidentales y tapizarlas con motivos prehispánicos. Esto no afecta directamente al juego, pero es un detalle que no pude ignorar. En cuanto a la música, abundan los temas de metal con toques de folclore prehispánico y consiguen hacer sentir poderoso al jugador durante los combates.
Fuerzas y debilidades
El ritmo de Aztech Forgotten Gods es bueno. En ningún momento me atoré o sentí que estuviera perdida. Su progresión se basa en seguir marcadores repartidos por el mundo para iniciar escenas y desbloquear objetivos. En este sentido, Aztech Forgotten Gods no propone algo nuevo y sigue de manera conservadora un esquema de mapa de hace 20 años, sin embargo, poder recorrerlo volando hace que se sienta extrañamente fresco. Quizá le hace falta más verticalidad, pero eso lo compensa durante las batallas contra los jefes: emocionantes, profundas y un reto tanto mecánico como intelectual.
Además de las misiones principales, hay algunos puntos donde se pueden mejorar las habilidades de Achtli. También es posible personalizar su ropa y su peinado. Esto me pareció positivo ya que disfruto cambiar la apariencia de mis personajes y no soy muy fan del look default de la protagonista.
En Aztech Forgotten Gods abundan los diálogos, sin embargo, la actuación de voz brilla por su ausencia. Los jugadores deben prepararse para leer mucho y escuchar las exclamaciones de los personajes de vez en cuando. No es algo malo, pero en pleno 2022 es extraño que un juego tenga estas limitaciones.
La cámara mejoró respecto al demo del año pasado, pero las físicas siguen siendo igual de extrañas. Achtli es un personaje que tiene tanto peso como un globo, sin embargo, esto sólo la afecta al intentar moverla por el mundo sin usar el brazo; a la hora de volar, estas físicas tan laxas tienen mucho sentido. Controlar a Achtli es muy divertido y es una gran mecánica central. Sin duda, Aztech Forgotten Gods puede brillar por esto.
¿Será Aztech memorable o tan olvidable como los dioses?
Aztech Forgotten Gods superó mis expectativas. No esperaba que el juego cambiara mucho respecto al demo del año pasado, donde el combate era impreciso, la cámara era molesta y la mecánica de vuelo, inconsistente. La versión final del juego corrige todo esto y entrega una experiencia bastante sólida. Mis mayores quejas son que el combate contra enemigos regulares no tiene profundidad y se reduce a machacar un botón. Visualmente también es un juego inconsistente, con una dirección artística buena pero con unos NPC que parecen muñequitos de huevo Kinder.
Por otro lado, Lienzo entregó un juego que se siente muy diferente a todo lo que existe actualmente en el mercado. El título tiene mucha identidad, tanto en el concepto como en el gameplay. Es divertido en los combates, pero también fuera de las misiones principales cuando el jugador sólo se va volando por ahí. Incluso si no hay mucho que descubrir en el mundo es entretenido recorrerlo y pocos juegos pueden presumir eso.
Aztech Forgotten Gods es un juego breve, pero muy sólido y entretenido. En general, es un gran logro como concepto y un buen trabajo por parte de un estudio mexicano. No hay algo que se le parezca y eso es de reconocerse. Lo recomiendo mucho para quienes disfrutan los juegos de acción y tienen poca tolerancia a la frustración: no hay algo particularmente retador fuera de averiguar las debilidades de los jefes. En resumen, Aztech Forgotten Gods es una buena evidencia del potencial de los estudios latinoamericanos, una metáfora del futuro próspero que se abre ante nuestros ojos al volar por la ficticia Tenochtitlan junto a Achtli.
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