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En verano probamos un previo de FOAMSTARS, el nuevo juego como servicio de Square Enix y, aunque a kilómetros se notaban sus similitudes con Splatoon, le vimos potencial. Tristemente, de ese demo al producto final hay pocos cambios y novedades, y las que encontramos son microtransacciones descaradas, más ideas copiadas y un modo individual demasiado aburrido.
Lo peor de todo es que detrás de todas esas manchas y suciedad hay un juego divertido y con conceptos interesantes que nos regaló un par de horas muy entretenidas. Aún así, es evidente que este es otro intento de Square Enix por tomar una rebanada del pastel que son los títulos con un esquema de monetización extractivo; la diferencia es que FOAMSTARS carece de identidad y parece que fue hecho a la fuerza.
Prepara el baño de espuma
Desde su anuncio, FOAMSTARS llamó la atención por su evidente parecido a Splatoon y sus partidas 4 contra 4. La diferencia es que, en lugar de ser calamares humanoides que lanzan tinta, en el título de Square nos ponemos en los zapatos de personajes con armas que disparan espuma, pero en el campo de batalla hay más distinciones.
En el modo principal de Splatoon, debemos cubrir con pintura la mayor cantidad de terreno para salir victoriosos. En el de FOAMSTARS (Smash The Star) tenemos que destruir 7 veces a cualquier integrante del equipo rival y después acabar con su MVP. Estas partidas son frenéticas, caóticas y divertidas, y nos entretuvieron mucho cuando jugamos el demo y una vez que la entrega salió la semana pasada.
Como equipo sólo tenemos 7 vidas en total, así que cada muerte se siente impactante y nos obliga a trabajar de manera muy sincronizada y estratégica. En otros multijugadores cada quien puede ir por el mapa de manera individual y no hay mucho problema si nos distanciamos de nuestros compañeros, pero en FOAMSTARS es vital siempre estar juntos, porque así es más sencillo vencer y también es difícil que nos maten.
Una vez que acabamos con la barra de vida de nuestro rival, éste queda atrapado en una burbuja de espuma y debemos surfear hasta él para vencerlo definitivamente antes de que uno de sus compañeros lo rescate. Para vencer al MVP al final de la partida tenemos que hacer lo mismo, sólo que su resistencia es mayor y es más tardado acabar con él.
Este modo es de las pocas ideas realmente creativas y originales que presenta FOAMSTARS, porque, aunque se inspira en la tinta de los Inklings de Splatoon, se siente como algo muy diferente y regala varios momentos de risas y entretenimiento. Además, como comentamos, requiere que generemos diversas estrategias, lo que hace que cada batalla sea única.
Limpia todo y vámonos
Tristemente, ahí acaba la mayoría del encanto de FOAMSTARS. Además de Smash The Star, los otros 2 modos que hay en Versus son Happy Bath Survival y Rubber Duck Party. En el primero, 2 jugadores de un equipo están en unas plataformas en el cielo y tienen que ayudar desde las alturas a sus 2 compañeros en el campo de batalla a vencer a sus rivales. Si les somos honestos, este modo nos pareció muy aburrido, sobre todo cuando nos toca estar arriba, porque las partidas duran menos y carecen de emoción.
El segundo es básicamente Tower Control, de Splatoon. En Rubber Duck Party hay un patito de hule gigante en medio del mapa, y nuestra misión es conquistarlo y mantener su posesión por el tiempo suficiente para que el animal le dé una vuelta a la pista. Lo ideal es que mientras uno está en la cima del ave, los demás eliminen a los contrincantes para evitar que lo tomen. Las batallas que se generan con estas reglas igualmente son aceleradas y llenas de adrenalina, el problema es que la idea es totalmente plagiada.
Entonces, de los 3 modos en Versus que hay: Smash The Star es original y divertido, Happy Bath Survival es aburrido y Rubber Duck Party, aunque es entretenido, es un concepto que hemos visto antes y mucho mejor logrado. Esto le da muy poco valor de compra a FOAMSTARS, pues sólo un tercio de su contenido multijugador vale la pena.
En el juego hay 9 mapas, que suena a un número bastante decente y que de hecho puede agregar variedad a las partidas, pero esto es engañoso. La mayoría de los escenarios lucen muy similares; están llenos de luces neón, pilares y plataformas repartidas, ventiladores para brincar y párenle de contar. Hay algunos que se diferencian más gracias a elementos como una ruleta de casino, pero reconocer en qué mapa jugábamos es complicado.
Otro detalle que ensució mucho nuestra experiencia online es que algunas veces nos tardamos bastante en encontrar alguna partida. Fueron más las ocasiones en donde esperamos poco, pero a veces estuvimos entre 5 y 7 minutos esperando a que comenzara la pelea. Esto nos ocurrió el mismo día de su lanzamiento, lo que lo vemos como una señal de que poca gente se interesó en esta propuesta.
Una experiencia obligadamente en compañía
Además del Versus, están las Misiones, que podemos jugar individualmente o en línea con otras 3 personas. En ellas, debemos proteger un núcleo de energía del ataque de hordas de enemigos, parecido a Salmon Run de, adivinen, Splatoon. Este es el único modo que podemos probar en single player, y es de lo más aburrido que hemos jugado en años. Nada más lo completamos para hacer esta reseña, pero les recomendamos saltárselo por completo.
Su razón de existir es que explica la “historia” de FOAMSTARS y el contexto de cada personaje, además de que es una excusa para probar la jugabilidad de cada uno. En lugar de poder adquirir diferentes armas en una tienda (como en Splatoon), cada miembro del cast tiene un repertorio muy distinto y variado de movimientos que los hacen únicos, así que las misiones nos ayudan a probarlos más a fondo.
En total son 18 misiones (3 por cada personaje), pero todas tienen la misma estructura: varias hordas en donde los enemigos se nos acercan de manera frontal y muy lenta y tenemos que dispararles espuma. Los mapas se reciclan, sólo cambian su fondo, y completar cada misión tarda aproximadamente 10 minutos, que son los más largos que hemos experimentado en nuestra vida.
Estos enemigos son enviados para destruir los núcleos de energía y así acabar con la humanidad, algo realmente malvado, por lo que uno se imaginaría bestias diabólicas y sin piedad, pero en realidad los “monstruos” son ovejas, pingüinos, poodles y gatos genéricos y hasta tiernos. Nunca representan un peligro porque caminan muy despacio y eliminarlos toma 2 o 3 disparos. Hasta los jefes son muy sencillos.
Conoce a los invitados de la fiesta
Como comentamos, las misiones sirven para conocer a nuestros protagonistas. Por ejemplo, Soa es una cantante mundialmente famosa a la que le hacían bullying de niña por sacar espuma de su cuerpo (es neta); Aguafiestas es alguien que fue rechazado el día de su graduación por la chica que le gusta y por eso odia las celebraciones (duh); Penny Gwyn es una chica que fue adoptada por pingüinos, por lo que cree que es un animal (como Mallow de Super Mario RPG que juraba que era un renacuajo), etc.
Lo único rescatable de las misiones es que los personajes interactúan entre ellos, lo que hace ver que genuinamente tienen una relación y se conocen, pero fuera de eso, sus historias son sumamente básicas, aburridas, e infantiles. Jamás nos interesamos de lleno por su contexto, y mucho tiene con que ver que su trama es presentada por 2 imágenes y nada más. Es una lástima, porque el arte de FOAMSTARS es otro de sus pocos puntos positivos, pero nunca lo explota ni tiene el interés de hacerlo.
Eso sí, debemos remarcar que cada personaje tiene una jugabilidad muy diferente. Soa es la más balanceada, pues su disparo, aunque es veloz, hace poco daño. AGITO tiene una escopeta, así que es ideal para el combate a corta distancia, pero de lejos es inútil. Jet es poderoso y efectivo para llenar de espuma largos trayectos, pero tarda mucho en disparar y gasta mucha espuma, por lo que debemos recargar muy seguido.
El cast es muy variado y vale la pena checar a cada uno, porque tienen diferentes estilos de pelea y es de mucha ayuda familiarizarse con ellos. En las batallas Versus, cada equipo debe elegir a un personaje diferente, no se puede repetir al mismo, así que si alguien elige a tu favorito antes que tú, es mejor tener un plan B.
Esto ayuda a que cada batalla sea única, porque siempre toca un equipo con diferentes personajes y, por ende, la estrategia y modo de combate cambia. Nuestra recomendación es que prueben a cada héroe, pero háganlo en el lobby donde esperamos a que las peleas inicien, no en las Misiones.
Un juego al que le rugen las tripas
Algo que ha dado mucho de qué hablar del lanzamiento de FOAMSTARS son sus microtransacciones, que más bien son macro. Un paquete que incluye 7 cosméticos cuesta $45 dólares, y si sólo quieren 1, deberán pagar $11 dólares. Estos objetos son skins, pintura para la tabla de surf, mochilas, bailes y emotes, y no afectan el desempeño de nuestro personaje en combate.
FOAMSTARS será gratuito durante este mes, lo que justifica un poco el costo de estos cosméticos, pero a partir de marzo se venderá por $30 dólares. Esto significa que el paquete de ítems cuesta más que el juego, pero parece que Square no le tiene nada de fe al título, y por eso los objetos cuestan tanto. Es evidente que esperan ventas bajas pero quieren evitar pérdidas, y por eso le quieren ver la cara a sus jugadores.
Además, estos objetos carecen de gracia y son poco atractivos. Square Enix tiene muchísimas franquicias como Final Fantasy, Octopath Traveler, Dragon Quest, entre otras, con las que podría hacer colaboraciones. Una skin de Tifa, Aerith o Barrett probablemente vendería un montón sin importar que valga $10 dólares, pero nos cuesta creer que alguien invertirá eso en un disfraz de universitaria para Soa o Tónica.
Hay 2 Pases de Batalla disponibles: uno es gratuito y el otro cuesta $5.99, e incluye más beneficios y recompensas. En teoría, esta es la opción ideal para quien quiera cosméticos, pues es mucho más barato que los paquetes de skins y que los mismos disfraces solitarios. De nuestra parte, creemos que el contenido del Battle Pass es bastante pobre, pues los atuendos y demás objetos no tienen diferencias abismales con los que están por default y dudamos que valga la pena invertirle dinero.
Veredicto
Tampoco es como que hayamos tenido muchísima fe en que FOAMSTARS se convertiría en el próximo Fortnite, pero después de lo que jugamos en el verano, pensábamos que las acusaciones de plagio de Splatoon desaparecerían porque el concepto nada más conservaría la espuma. En su núcleo hay un juego divertido con mucho potencial, pero a su alrededor hay varias ideas robadas, otras muy insípidas y microtransacciones abusivas.
A este tipo de entregas se les tiene que dar un poco de tiempo para ver si algún tipo de evento o su cambio de temporada lo ayudan a agarrar ritmo y reivindicarse, pero lo vemos complicado. El historial de Square Enix con los juegos como servicio es terrible, y parece que FOAMSTARS seguirá este patrón. La pregunta no debería ser si logrará levantar, la cuestión es: ¿cuánto durarán sus servidores?
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