PlayStation All-Stars Battle Royale PlayStation Vita

Cuando Sony reveló que estaba trabajando en un brawler con los protagonistas de sus franquicias más icónicas, fue inevitable tener dudas sobre el resultado, después de todo se trata de personajes con una diferencia abismal, y eso no sólo en lo estético sino en el arsenal de habilidades que poseen. Sin embargo, tras poner la manos unos momentos en la versión para Vita de PlayStation All-Stars Battle Royale, toda la desconfianza se desvaneció y en su lugar quedó un sentimiento de satisfacción, además de la certeza de que muchos fans del género de peleas se sentirán atraídos irremediablemente.

Y porque seguro hay escépticos, tenemos que comenzar por asegurar que aún si este título utiliza muchos elementos de otras propuestas, lo hace en función de crear una mecánica suficientemente entretenida y dinámica. Para evidenciar su originalidad basta decir que cada personaje es único, con su propio repertorio de habilidades y poderes, a pesar de que todos recurren al mismo esquema de control. Así, el funcionamiento es muy sencillo: tienes 3 tipos de ataque, saltas, puedes hacer agarres, recoges items y hasta liberas impresionantes poderes especiales, todo exactamente igual sin importar el peleador que elijas, pero al momento de la acción, cada botón desata una reacción diferente dependiendo del combatiente, en especial con sujetos tan polarizados como Heihachi, Sweet Tooth o Taro. Por ejemplo, mientras Kratos tiene sus cadenas para atacar a grandes distancias, Big Daddy no tiene mucho alcance pero utiliza sus puños para golpear contundentemente, y el Coronel Radec recurre a su sniper para infligir daño desde lejos.

[p]

[/p]

Por supuesto, la diversidad hace que algunos personajes tengan más ventaja que otros, y de hecho, nos percatamos de que hay un enorme desequilibrio de poder, alcance y velocidad, donde el dios de la guerra y Nathan Drake toman una obvia delantera. Siendo justos, la falta de balance puede deberse a que tuvimos acceso a una Beta muy preliminar y aún quedan muchos ajustes por hacer. Así ha sido con otros juegos y no habría razón para que eso cambiara, lo que podemos decir es que de verdad esperamos que se corrija, pues sería potencialmente frustrante para jugadores cuyo personaje favorito no se vea favorecido.

Volviendo a las cualidades de la mecánica, el único modo para vencer a un peleador es noqueándolo, y para ello necesitas rematarlo con un poder especial. Estos poderes se obtienen tras llenar una barra con 3 niveles de potencia; entre más golpes conectes, mayor será la cantidad de energía. Obviamente si desatas la furia del tercer grado del especial, tu peleador se convierte en una máquina de destrucción, y según sea el caso, cada golpe elimina a un oponente o terminas liberando una explosión masiva que acaba con todos tus rivales a la vez. Lo interesante es que el poder de cada personaje es distinto al de los demás, y en ocasiones tienes que recurrir a minijuegos para sacarle el máximo provecho, como una prueba de disparo cortesía de Sly Cooper, que despliega una mira en la pantalla y permite generar una balacera durante 10 segundos; sobra decir que debes ser bueno en tiro al blanco.

Es importante recalcar que aún si cierta dosis de botonazos te deja ganar algunas partidas contra jugadores novatos –o peleadores de la computadora en dificultad mínima–, All-Stars Battle Royale está lejos de ser un juego superficial. Es caótico y en ocasiones cuesta trabajo distinguir dónde está tu peleador entre las incontables explosiones o la maraña de combatientes, pero requiere habilidad y destreza dominar tu personaje, conocer sus habilidades y sacarles provecho. Tomemos como ejemplo a Nathan, capaz de lanzar granadas a discreción, abusar de las ráfagas de balas y cubrirse tras una sólida pared; en teoría parece ideal para cualquier situación, pero su desempeño disminuye ante la verticalidad, o la pelea cuerpo a cuerpo.

Algo también único es el formato de los escenarios. Como ya hemos informado, hay una vasta colección para elegir, desde parajes infernales del Hades de God of War pasando por la luminosa metrópolis de Ratchet and Clank hasta los húmedos rincones de Rapture. Aquí sucede lo mismo que con los personajes: la diferencia entre locaciones va más allá de lo visual, ya que en tanto la zona aérea de UNCHARTED exige esquivar cajas y toda clase de objetos que vuelan por todos lados, el nivel de LittleBigPlanet se va construyendo poco a poco conforme avanza el combate; además, a la mitad de un encuentro aparece el presentador de Buzz! para hacer preguntas de trivia y si no te posicionas en la plataforma que contiene la respuesta correcta, pagas el error sometiéndote a un dañino castigo. Hay toda clase de situaciones, algunas creativas y otras molestas, esto último evidenciado en Sandover Village, cuya parte más baja está atestada de pirañas que le harán la vida imposible a los personajes más lentos o con poco alcance.

Por último, las diferencias entre la versión de PlayStation Vita y PS3 parecen casi nulas, salvo la posibilidad de realizar los especiales con la superficie táctil trasera del Vita, pero al final es algo que también puedes hacer con los botones; de cualquier manera, la edición para portátil luce espectacular en términos visuales.

Nuestra conclusión por ahora es que PlayStation All-Stars Battle Royale aporta cierta innovación al mundo de los brawlers, y si bien está lejos de reinventar el concepto, ofrece caudales de diversión, incluso contra la computadora. La versión que probamos era exclusiva para un jugador, y no había forma de enfrentarse a otras personas, así que no podemos emitir un juicio de qué tanto hay en juego ante la habilidad de un ser humano, pero considerando que este tipo de propuestas están diseñadas para multiplayer, el entretenimiento podría estar garantizado una vez nos conectemos en línea.