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Dragon Ball Z una de las animaciones japonesas más queridas y respetadas por los fans, pero también de las más sobreexplotadas dentro de la industria de los videojuegos recibe una nueva entrega que busca enmendar el mal sabor de boca que dejaron sus últimos exponentes en los recientes 4 años. Battle of Z es el intento de Bandai Namco para revivir la historia de Gokú y el resto de los guerreros Z de manera innovadora; sin embargo, lejos de volver realidad ese deseo, el estudio finalmente cavó la tumba de la que alguna vez fue una de sus mejores series adaptadas al mundo del gaming.
Cuando el estudio nipón develó el juego, puso especial énfasis en su sistema de peleas hasta para 8 personas. Su manera entusiasta de explicar la premisa del título hizo que recordara una vieja propuesta de 1996 conocida como Dragon Ball Z: Idainaru Dragon Ball Densetsu (Dragon Ball Z: The Legend, en Occidente) que guardo en mi memoria con mucho cariño. Se trataba de un clásico de la era del primer PlayStation y el SEGA Saturn, que funcionaba bajo un esquema similar al de Battle of Z (quienes lo jugaron sabrán a lo que me refiero); es más, no me sorprendería si se basaron en él para crear la nueva iteración. La diferencia es que ahora se aprovecharía la tecnología moderna para teñirla con un nuevo motor gráfico, nuevos sistemas de combate y, por supuesto, un multijugador en línea. Pensé que sería como el sucesor espiritual de dicho proyecto de la vieja escuela, pero no se le parece en nada y, en realidad, ni siquiera es posible considerarlo un juego de peleas puro.
Debido a su naturaleza, Battle of Z es un brawler sin el mínimo cuidado en el balance de su sistema de combate y personajes. Su idea general es abandonar los enfrentamientos 1 contra 1 que presentaron títulos previos, para concebir un nuevo esquema en el que un grupo de 4 personas se enfrenta a otro escuadrón de igual número de integrantes sobre el mismo escenario y al mismo tiempo. En una idea maravillosa e interesante cuando recuerdas que proviene de Idainaru Dragon Ball Densetsu, pero, insisto, está mal ejecutada al no presentar reglas que permitan dar sentido al caos desmesurado que causan 8 individuos en la misma pantalla. A su vez, esto provocó que se hicieran muchos sacrificios; por ejemplo, las grandiosas secuencias que presentaban los personajes al ejecutar sus movimientos emblemáticos, a modo de asemejarse a los del anime, fueron sintetizados a su mínima expresión para evitar frenar la acción de los otros jugadores.
Lo mismo sucede con las mecánicas de juego ofrecidas por el control. Todos los ataques físicos se simplificaron a un sólo botón, lo que reduce la cantidad de combos que puedes ejecutar, sin posibilidad de que varíen. Nuevamente tienes una barra que restringirá el uso de la ofensiva especial (el Kame Hame Ha, por ejemplo) y no podrás incrementar el ki de tu personaje para regenerarla debido a que se eliminó tal característica; en lugar de eso, deberás asestar golpes en los oponentes para recuperarla. En general, el esquema de control es dócil, sin complicaciones para aprenderlo y, como los ataques físicos, las habilidades para volar, cubrirse y lanzar bolas de energía están asignadas a botones específicos, con posibilidad de crear algunas técnicas predeterminadas al combinar tales comandos con los gatillos.
El principal problema que presenta Battle of Z en su gran premisa de batallas de 8 personas al mismo tiempo es su lock-on (función para enfocar blancos). Desafortunadamente, si no tienes señalizado el oponente al que quieres atacar, tu personaje correrá o volará sin objetivo alguno; además, sus ataques sólo golpearán la nada. La situación que hace del lock-on una característica mal empleada, es que constantemente causará que la cámara se estropeé y que no tengas un buen panorama de tu entorno, lo que impedirá que controles al personaje a tu voluntad, sin mencionar que en muchas ocasiones quedará atascado en el mismo lugar y a merced de los ataques enemigos.
Supuestamente, Battle of Z está diseñado para que los jugadores trabajen en equipo. Es por eso que existen ataques combinados cuando más de una persona se enfoca en el mismo oponente. En general, dicha mecánica cumple su propósito de corte cooperativo, pero debido a que no existen reglas que gobiernen su naturaleza, muchas veces frustrará la experiencia de quienes sean víctimas de su uso desmesurado. Por lo general, tendrás enfrentamientos 1 contra 1, pero si algún aliado de tu rival decide ayudarlo a distancia (esto por medio de ataques de energía) interrumpirán tus movimientos y será una situación que el enemigo podrá aprovechar para contraatacar. El problema yace en que cualquier técnica de energía que recibas de lejos frenará tus movimientos, así que en ciertos lapsos perderás control total de tu personaje, lo que en muchas ocasiones es desesperante.
La campaña del juego, como habrás imaginado, es single player y cuenta la historia que ya conoces del anime y el manga. La diferencia es que fue modificada parcialmente para acoplarse a las nuevas mecánicas de juego. En la saga Saiyan, por ejemplo, Gohan será entrenado por Piccolo, pero Krillin, Yamcha y Ten Shin Han estarán presentes durante su adiestramiento para ayudarlo; por su parte, en la saga de Freezer, Gokú no estará solo al enfrentar a dicho enemigo y recibirá apoyo de Piccolo, Gohan y Krillin. Cada saga, incluidas las de Cell y Majin Buu, también podrán vivirse desde la perspectiva de los villanos para ver qué hubiera ocurrido si ellos fueran los ganadores de las batallas. Los cambios efectuados en la historia original y en la alterna no emocionan. Los cinematics empleados para explicarlos son mínimos y de muy corta duración, sin mencionar que sus contextos son pobres y nada atractivos. En ese sentido, la trama fue mejor contada en títulos previos de la saga.
Existen 60 misiones en la campaña y toma alrededor de 5 minutos finalizar cada una. Todas son muy cortas, pero si contemplamos que su razón de ser es repetirlas una y otra vez para ganar experiencia y subir tu nivel de jugador y el de los personajes, sin mencionar que en los juegos de peleas las batallas tienden a ser rápidas, se entiende por qué fueron diseñadas de esa manera. A propósito de niveles, ahora existe un sistema de cartas que se encarga de mejorar los atributos de cada uno de los peleadores: desde su rendimiento físico y su velocidad hasta sus poderes especiales y la intensidad de sus golpes. Junto con una serie de ítems que puedes comprar con DP (Dragon Points) y PP (Premium Points), según sea el caso, será recomendable equipar las tarjetas en tus personajes para incrementar el poder de sus habilidades y así tener mejores posibilidades tanto con la inteligencia artificial como con otros jugadores.
Cabe señalar que los DP los obtienes al final de cada misión y, según la clasificación que obtengas en ellas, será el número de puntos que consigas. En el caso de los PP, al finalizar los escenarios se activará una característica conocida como Energy Request, la cual consiste en donar toda la energía que acumulaste en batalla a un contador global que recauda la de todos los jugadores del orbe. Ese poder será convertido en puntos Premium y administrado periódicamente entre todos los usuarios del mundo.
Si hay una razón por la que subrayo constantemente a los jugadores del planeta, es porque Battle of Z carece de multijugador local. Suena como un grave error, pero cuando recordamos las atrocidades que causa el lock-on y la cámara con un jugador, resultó una mejor opción que lo omitieran. Así, los fans tienen 2 opciones para llevar los combates en línea: de manera cooperativa o competitiva.
El modo co-op, que se desbloquea hasta pasar las primeras 3 misiones del single player, permite jugar cada nivel de la historia en compañía de hasta 3 jugadores; es exactamente la misma experiencia, con la diferencia de que puedes usar a cualquier personaje que tengas desbloqueado hasta el momento. Al respecto, aunque el roster del juego es extenso, algunos peleadores están ausentes y aquellos que tienen transformaciones están separados en distintos combatientes; por mencionar un ejemplo, existen 4 modelos de Gokú en sus distintas fases súper saiyan (incluida la de dios) y no es posible transformarlo de una a otra en pleno combate; así que si quieres, supongamos, la versión SSJ3, deberás escogerlo antes de iniciar cualquier misión.
En cuanto al frente competitivo, las partidas normales son de 4 contra 4 y el equipo que logra quitarle todos los reintentos (vidas) al otro grupo gana. También existen los modos de puntuación y de Dragon Ball Grab; el primero consiste en abatir al mayor número de oponentes para sumar puntos y la victoria pertenece al equipo que acumuló más al final del encuentro; por su parte, el segundo, como lo sugiere su nombre, implica recolectar las 7 esferas del dragón, regadas por el escenario, antes que el grupo contrario. Finalmente, tenemos Battle Royal, el cual es un todos contra todos de 8 jugadores.
El componente en línea es entretenido y por su naturaleza caótica llega a ser divertido. Pero desde un punto de vista técnico y competitivo, no existe un balance en sus mecánicas y sus personajes. No importa si eres nivel 3 o 999, ni si tienes las mejores cartas equipadas o al mejor peleador, al final, gana quien simplemente tiene la suerte de no sufrir los desperfectos de su burdo diseño (que mencioné en párrafos anteriores). Ésta fue una situación por la que pasé durante mi cuarto enfrentamiento en el multijugador, en el cual no tuve el menor problema para vencer a un jugador de nivel 85, a pesar de que apenas me encontraba en el rango 10; la realidad es que se trata de un título en el que al jugador no se le premia por su habilidad.
Un punto a favor del multijugador es que el lag es casi imperceptible, al grado de que presionar los inputs para cada ataque parecen provenir de una experiencia local. Lo malo es que, si por alguna razón sufres una falla de conexión y te desconectas de la partida a causa de eso (es decir, involuntariamente), el juego amenazará con contabilizarlas después de un tiempo como partidas inconclusas, aún cuando haya sido un error incontrolable. Una situación injusta, pues otros usuarios pueden ver cuántos encuentros dejaste inacabados para omitir jugar contigo.
Respecto al apartado audiovisual, Battle of Z luce espectacular y su estilo cel-shaded nuevamente es el aspecto que sale a relucir tanto en sus personajes como en sus escenarios, incluso cuando estos últimos cuentan con pocos elementos destructibles; lo único que es verdaderamente lastimoso es que los bruscos y constantes movimientos de la cámara impidan apreciar ese logro gráfico como se merece. En cuanto al apartado sonoro, los FX son los mismos del anime y aquellos que quieran escuchar las voces de Gokú y compañía en la lengua original (japonés) podrán hacerlo con subtítulos en inglés, español o portugués. El único punto negativo en ese sentido son los fondos musicales: como casi todas las entregas pasadas de la serie, las emblemáticas tonadas de la serie fueron descartadas de la versión occidental del juego para presentar sus temas con guitarra que nada tienen que ver con el contexto de Dragon Ball Z.
Durante 28 años, Bandai estuvo a cargo de los juegos basados en la animación japonesa de los guerreros Z. La vimos crear grandes exponentes de la talla de la serie Butōden y muchos recuerdos nostálgicos con iteraciones como Ultimate Battle 22 y Final Bout. En la actualidad, ninguno de los títulos de la legendaria franquicia son capaces de replicar aquellas gratas experiencias de la década de los 90, pero sí excelentes representantes que, en lo personal, dejaron de ser concebidos después de la culminación de los maravillosos Budokai Teinkaichi para Wii. Ahora que sé lo que es Battle of Z, me quedo con lo que la compañía japonesa alguna vez logró con sus antiguos exponentes. No está en duda que los personajes de la emblemática saga de Akira Toriyama son los más fuertes del universo, pero hoy, dentro de la industria de los videojuegos, son los más débiles.
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