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Cuando pienso en Mario Party recuerdo esas largas reuniones con mis amigos de preparatoria en las que jugábamos los primeros títulos de la serie en Nintendo 64. Aquellos juegos desarrollados por Hudson, además de tener un sistema innovador pero sencillo de entender, me provocaban muchas emociones y me remontaban a mi niñez y a los juegos de mesa que en aquel entonces jugaba, como Serpientes y Escaleras o Monopoly. La compañía dejó de existir a partir de la novena entrega y desde ese momento el estudio Nd Cube tomó la estafeta; lamentablemente, no ha sabido capturar la magia característica de la serie que la compañía detrás de juegos como Adventure Island y Bomberman impregnaba en ella. Ahora, la franquicia finalmente arriba al Wii U con la décima entrega.
Vayamos por partes. Al arrancar el disco, aparece un menú principal extremadamente sencillo. A diferencia de otros títulos de la saga, en esta ocasión no existe una historia de fondo que sirva como excusa para reunir a Mario y sus amigos en distintos tableros; en su lugar, debemos elegir en cuál modo de juego entrar. Otras opciones de la pantalla de inicio son la tienda ―donde compramos personajes, música y vehículos adicionales―, la lista de retos (que funciona del mismo modo que los logros y trofeos en Xbox y PlayStation), un álbum de fotografías de los protagonistas tomadas con el GamePad, un sound test para escuchar los temas musicales y la configuración de Miiverse para mostrar los mensajes de dicha red social.
El primer modo, que probé con mi novia porque se ofreció a no dejar que jugara solo, fue Mario Party. En él hay 10 personajes disponibles (12 cuando desbloqueas todos); elegimos a Yoshi y a Rosalina, respectivamente, ya que son nuestros favoritos. Existen 5 tableros temáticos: Mushroom Park, Haunted Trail, Whimsical Waters, Airship Central y Chaos Castle, y aunque diferentes entre sí, todos funcionan con la misma mecánica.
El primer cambio que noté al comenzar, fue que el orden en que participan los personajes depende del azar. En entregas anteriores esto se decidía con los dados. Sin embargo, la variación más importante está en cómo se juega cada escenario, ya que el propósito es que los personajes obtengan miniestrellas —las cuales funcionan como antes lo hacían las monedas— que se pueden ganar o perder en los minijuegos o en eventos del propio tablero.
Otra novedad es que cada nivel tiene un final debido a que nuestros personajes van en un solo vehículo y los dados indican cómo avanzar. Éste es un cambio radical, ya que ahora todos los participantes colaboran para llegar con bien al final, mientras cuidan su conteo de miniestrellas. Tengo que recalcar que la mayoría de los eventos son aleatorios, así que es posible pasar del primero al último lugar sin haber tenido mucho que ver en eso.
En Mario Party 10 hay más de 70 minijuegos
Otra variante interesante es que los minijuegos están en casillas designadas para ellos; lo que permanece igual es que pueden ser todos contra todos o por equipos. En Mario Party 10 hay más de 70 minijuegos, muchos son muy creativos, pero algunos parecen diseñados en poco tiempo. Por fortuna, la mayoría no usa los controles de movimiento, por lo que cualquiera puede participar en ellos.
Mario Party 10 incluye minijefes y jefes a la mitad y al final de cada tablero. Las peleas con ellos son obligatorias para avanzar y todos los participantes tienen que cooperar para eliminarlos; además, estos encuentros permiten obtener más miniestrellas si el desempeño es bueno, aunque desde mi punto de vista, son un poco largos en cuanto a duración. Por si fuera poco, Bowser, quien aparece encarcelado en el GamePad, estará esperando a que se cumplan ciertas condiciones con los dados para salir y castigar a todos los jugadores en conjunto, aunque es posible llegar al final del nivel sin que aparezca.
Bowser Party es la estrella
Y hablando de Bowser, el personaje cuenta con un modo llamado Bowser Party. En él, un jugador lo controla con el GamePad mientras el resto usa los Wiimotes; aquí no hay miniestrellas, sino corazones, y si el contador de todos los participantes llega a cero, gana el archienemigo de Mario. El propósito es sacar el mayor número con los dados: al final de cada turno, quien maneja a Bowser lanza 4 dados de manera simultánea y si la suma es mayor a la del avance del equipo, entonces los alcanzará e iniciará un minijuego, cuyo propósito es que perdamos corazones.
Los minijuegos más divertidos son los que usan el GamePad tanto de forma tradicional como con el giroscopio o el micrófono para lanzar enormes bolas de fuego a los contrincantes. El único punto en contra de esta modalidad es que sólo existen 3 tableros compatibles con ella, pero sin duda, Bowser Party es la estrella. De hecho, si los desarrolladores evolucionan este concepto correctamente en las próximas entregas de la saga, su inclusión puede ser motivo suficiente para adquirirlas e incluso podría suplantar al modo tradicional.
No puedo decir lo mismo del modo Amiibo Party. En él, es posible usar cualquier figura (de las lanzadas hasta la fecha) de los personajes incluidos en el juego, no importa si corresponden a la serie Super Smash Bros. o a Super Mario (la cual llegará el 27 de marzo). Aquí, cada jugador se mueve por separado con el objetivo de conseguir monedas en los minijuegos y en las casillas y así poder comprar las estrellas aparecen en el tablero. Así es, se trata del gameplay tradicional de la serie Mario Party, pero desafortunadamente, se siente como una versión muy rebajada del mismo debido a la simpleza del diseño del tablero, además de que para tirar los dados hay que usar la figura —no los botones—, y eso es muy frustrante. Agradezco a los desarrolladores que hayan incluido esta modalidad, pero la mejor función de los amiibo es desbloquear diario cosas dentro del juego, y no tenemos que borrar la información que ya contienen para dicho motivo.
La mejor función de los amiibo es desbloquear diario cosas dentro del juego
Para agregar un poco de valor de rejugabilidad, Mario Party 10 cuenta con un modo llamado Coin Challenge. En él, debes recolectar la mayor cantidad de monedas posible en los minijuegos a lo largo de un número determinado de rondas, sin tener que pasar por un tablero. Esta opción es ideal si dispones de poco tiempo, pero usé más la función Free Play, donde seleccionas cualquier minijuego para acceder a él de forma inmediata; quiero aclarar que sólo la recomiendo después de haber completado todos los niveles.
Mario Party 10 cumple con el propósito de entretener a chicos y grandes y ofrece algunas innovaciones interesantes con el GamePad gracias a modos como el de Bowser Party; sin embargo, es muy fácil distinguir en qué parte del desarrollo los creadores tomaron una decisión equivocada y sobre todo, en cuáles invirtieron más recursos. Si tienes oportunidad de jugar los primeros títulos de la saga, opta por ellos, pero si lo que tienes al alcance es Mario Party 10, entra con cautela y con bajas expectativas para que tu experiencia sea placentera.
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