Si tomamos en cuenta cada elemento que Traveller’s Tales ha inyectado en los juegos de LEGO para consolidarlos en una fórmula equilibrada, vemos que Batman 2: DC Super Heroes es una evolución monumental de la primera iteración del juego y de todos los títulos creados por el estudio. Y es que si bien no revoluciona tradiciones, elimina muchos de los defectos de creaciones previos con ingeniosas piezas de entretenimiento y sobre todo, se sostiene sobre una experiencia envolvente y divertida que rinde tributo a la edad de plata de los cómics (la década de los 60) y las series animadas de los 90. A simple vista es uno más en la colección, pero en el fondo y tras dedicarle algunas horas, se denota la fresca diversión, pese a que todo luce sumamente reminiscente.

El primer mérito de esta nueva aventura del Caballero de la noche cobra forma en la presentación argumental, pues los cuadriculados personajes han complementado su jocosa mímica con diálogo hablado, dejándonos disfrutar de viva voz del dramatismo ridiculizado y la sátira, algo especialmente apreciable cuando The Joker se vale de Mark Hamill –quien durante años le ha dado vida en series animadas y juegos– para expresar sus por demás ingeniosas fechorías. Pero antes de exponer las virtudes de héroes e irónicamente, villanos, es importante señalar que la historia se despoja de las ataduras que impuso el celuloide en el primer juego de LEGO Batman, y recurre a un relato original, aderezado con referencias extraídas de las tiras cómicas y escenas de la serie.

Así, la trama gira en torno a un gran escape de antagonistas de Arkham Asylum cortesía de Lex Luthor; con una docena de poderosos rapaces acechando Ciudad Gótica, es labor del hombre murciélago evitar la catástrofe, misión en la que afortunadamente cuenta con aliados de antaño como Superman, Wonder Woman, Green Lantern, Flash, Aquaman, Hawkman y prácticamente cada celebridad que ha peleado en nombre de la Liga de la Justicia. Por supuesto, cada superhéroe acarrea su propia dosis de supervillanos para contribuir a los matices y peripecias de la historia.

La adición de una colección tan extensa de rostros resulta fascinante para el entusiasta promedio de las historietas, pero sin duda el ícono más estimulante es el hombre de acero, aún hasta para sus detractores, porque permite volar libremente por toda la urbe y porque es indestructible, tiene visión calorífica y aliento gélido, o dicho de otro modo, es la opción ideal casi para cada ocasión. La sola idea de levantarse en supremacía sobre Ciudad Gótica mientras resuena la musicalización cinemática de Danny Elfman, brinda un sentimiento que aún si tiene tintes caricaturescos, no se vivía desde que Christopher Reeves interpretó al icónico héroe rojiazul en las películas ochenteras. Sin embargo, tratándose de un juego primordialmente enfocado en Batman sólo podrás acceder a Superman y al resto del reparto hacia las últimas horas de la aventura. Ahora, la presencia de la Liga de la justicia tiene su mérito, y está justificada ingeniosamente dentro de la historia, pues cada personaje es más que un añadido estético y ostenta habilidades únicas, indispensables para resolver acertijos específicos.

Lo interesante es que LEGO Batman 2 utiliza como andamiaje la estructura sandox y se vale de Ciudad Gótica para ofrecer numerosas posibilidades de entretenimiento. Y es que esta metrópoli emana vida LEGO, con decenas de ciudadanos esperando ser salvados, bloques de plástico dispuestos para que los recolectes, obstáculos que debes destruir con los numerosos talentos de tus personajes, y por supuesto, acertijos que requerirán de ingenio y un poco de paciencia. A decir verdad hay más territorio que acciones a realizar, dejando en evidencia que Traveller’s Tales no quiso saturar la urbe con actividades, tal vez por falta de experiencia en este ámbito o simplemente para hacer más fluida la aventura. La extensión urbana se antojaba ideal para presentar más opciones de entretenimiento, y sin embargo al menos quedan incontables objetos a coleccionar, para aquellos que aprecian la dedicación de buscar hasta en el rincón más recóndito.

Fuera de que este mundo abierto está lejos de proveer una oferta tan rica como Grand Theft Auto, presenta contenido al más puro estilo carismático de los juegos de LEGO, mientras que las zonas designadas para interacción compensan la falta de actividad en el resto del mapa. Es penoso tener que recorrer las calles en el Batimovil sin más tarea que disparar al aire, pero la recompensa está en recolectando monedas en sitios como el parque de diversiones, donde siguiendo la línea de comicidad acostumbrada, superhéroes y villanos pueden convivir en una poco sana competencia. Claro, considerando que es una aproximación de Batman diseñada para toda la familia, encontrar los secretos es menos complicado que en los juegos de Rocksteady –léase Arkham City–, e incluso puedes dar una revisada rápida al mapa para ubicar cada uno de los objetos ocultos. Como siempre, el desafío es llegar hasta ellos, y para la audiencia joven implicará varias semanas de entretenimiento.