Radiant Silvergun es una autentica leyenda, a pesar de que sólo fue lanzado para arcadias en Japón y Sega Saturn en occidente, pero es que gracias a este shooter de 1998 debemos la creación de Ikaruga y en consecuencia, infinidad de clones (muchos de gran calidad) que hasta la fecha se siguen lanzado para diversas plataformas. Sin duda es un clásico del género, pero su relanzamiento en XBLA podría no apelar a las nuevas audiencias, y tristemente incluso tampoco a todos los fervientes fanáticos del género. No porque sea un juego malo, al contrario, tiene calidad ejemplar, pero su complejidad podría abrumar a muchos.

Este juego es un shooter vertical en el que debes enfrentar infinidad de enemigos y colosales jefes, por supuesto tienes tu nave y el poder de destrucción para salir victorioso; nada fuera de lo común en esta clase de juegos. Por lo que es tan especial es que mientras otros se limitan a ofrecer un par de tipos de disparo y conforme vas avanzando algunos poderes temporales, en este título tienes siete armas diferentes que podrás usar desde el inicio y tanto como te plazca, cada una con una función muy diferente.

No sólo debes aprender el efecto de cada arma, también tienes que averiguar cuándo y cómo usarlas eficazmente, además de considerar que aumentan su nivel con cada enemigo que elimines y combo que ejecutes, en consecuencia incrementando poder y desempeño. Esto te obliga a decidir entre los beneficios de eliminar a los enemigos sólo para abrirte paso, o tratar de acabar con todo en pantalla con tal de mejorar tu arsenal.

Tan flexibles cualidades en el repertorio de armas hacen que Silvergun sea una experiencia tan diferente, aunque irónicamente también lo que podría desesperar a muchos jugadores. Opuesto al resto de shooters verticales y en especial al subgénero bullet hell, Radiant Silvergun tiene deliberadamente un ritmo lento y sumamente metódico. Lo que significa que no puedes esperar sobrevivir al disparar con desesperación y evadir algunas balas, ya que obstáculos, trampas y enemigos están posicionados de modo tan exacto que estás forzado a usar tu armamento con precisión. Es tanto que en ocasiones se siente más puzzle que shooter.

No significa que esté carente de intensas balaceras y maniobras evasivas, hay bastantes momentos de acción, pero en vez de simplemente intercambiar balas con el enemigo, debes prestar mucha atención a los alrededores, buscar la debilidad de los enemigos y una vez más, usar tu armamento en el instante exacto. Un veterano y aficionado a las complicaciones seguro apreciará el desafío extremo, pero bajo otras circunstancias es difícil entender por qué este juego no se basa en reacciones rápidas como el resto de exponentes del género.

Otro factor de dificultad es que cuentas con una sola oportunidad para terminar el juego, justo como era en las arcadias, una vez que se acaban las vidas no hay oportunidad de continuar la aventura espacial. El lado positivo es que se guarda tu avance, incluido el nivel de las armas, así que al comenzar una nueva partida, tendrás más poder de ataque que la vez anterior; aún si fallas muchas veces tu arsenal seguirá incrementando la capacidad de daño.

Como adaptación a Xbox 360, Radiant Silvergun no va más allá de permitirnos jugar las versiones de antaño, en Arcade Mode puedes recrear la experiencia del original para tragamonedas, mientras que Story Mode es una adaptación de consola; los gráficos se mejoraron ligeramente, escalando sólo la resolución de las texturas, lo que deja algunos elementos con los clásicos bordes afilados. Además, el control fue rediseñado para que cada arma esté asignada a un botón y sea más fácil usar el arsenal, lamentablemente como sucede con todos los juegos 2D que exigen precisión, el control de Xbox 360 es pésimo para lograr un buen desempeño.

Podrá ser un juego viejo y con poca innovación, pero la mecánica tan diferente hace de Radiant Silvergun un título obligado para todo fanático del género. Si nunca has probado un shooter vertical, no es recomendable que empieces con éste –en cuyo caso mejor con Ikaruga–, podrá ser muy variado, flexible y desafiante, pero es posible que te desespere de inicio.