Llevaba meses con curiosidad de Assassin's Creed Chronicles, así que India me vino como anillo al dedo. El hecho de poder entrar en la ficción de Assassin's Creed con nuevas mecánicas y contextos inexplorados se antojaba como una idea emocionante y refrescante, en especial ante el desgaste y la marcada reiteración que aquejan a la serie principal. Lejos estaba de saber que Assassin's Creed Chronicles: India sería una experiencia desangelada.

Assassin's Creed Chronicles: India es la segunda de 3 entregas en una subsaga que, a diferencia de su contraparte AAA, adopta un estilo side-scroller con mayor énfasis en el sigilo, las plataformas y los acertijos que en el combate o la libre exploración de mundos enormes. Suena como un cambio atractivo, ¿no? Desafortunadamente, Assassin's Creed Chronicles: India carece de la vistosidad, el estilo y la precisión que llevaron a Mark of the Ninja a convertirse en un referente moderno de la fórmula, por poner un buen ejemplo.

El juego NO es rotundamente malo, simplemente no hay algo en él que le permita sobresalir —especialmente comparado con China— más allá del hecho de compartir el lore de Assassin's Creed y, de hecho, puede tornarse tremendamente repetitivo si no eres un fan del sigilo con paciencia y resistencia a la frustración.

No hay algo que le permita sobresalir

Assassin's Creed Chronicles: India está ligado a la novela gráfica Assassin's Creed: Brahman. Adoptas el rol de Arbaaz Mir, un asesino hindú que vivió durante mediados del siglo XIX, quien como de costumbre, hace frente a los templarios de su región y, de paso, trata de obtener una pieza de Edén en la forma de una mítica gema. Ése es el hilo conductor y, si no eres de los que gusta leer mucho, quizá sólo te quedes con lo básico del argumento, puesto que extensos pedazos del mismo están expuestos en pergaminos que encuentras y van a parar a la base de datos de Animus, donde permanecerán de principio a fin, a menos que accedas al menú para averiguar cuál es su aporte a la historia.

Cuando comparé ambas, encontré la dirección de arte de Assassin's Creed Chronicles: China más seductora e interesante que la de Assassin's Creed Chronicles: India. Los elementos visuales distintivos que confieren identidad a la entrega, están presentes. Hablo de las grecas, del estilo arquitectónico y esos patrones que de inmediato te sitúan en el país asiático pero, cuando pienso en China o incluso en el propio Mark of the Ninja no puedo dejar de sentir que a Chronicles India le faltó un poco más de audacia e ingenio en el diseño de su aspecto. Sí, se siente diferente y tiene personalidad, pero debemos reconocer que hay fondos poco detallados y superficies planas que dejan qué desear.

Los interludios cinematográficos vienen en forma de diapositivas animadas con un estilo visual consistente con el resto del juego, pero que sufren debido a actuaciones de voz poco creíbles.

Ahora bien, por lo concerniente a mecánicas, hablamos de un side-scroller de acción y sigilo con plataformas. En otras palabras, tu personaje se desplaza de derecha a izquierda, sorteando toda clase de obstáculos, muchos de los cuales vienen en la forma de guardias con patrones de desplazamiento cíclicos y vistas cortas, claramente representadas con triángulos difuminados. La dinámica entonces, consiste en encontrar la manera de pasar desapercibido, trepando, ocultándose o matando a quien se interponga entre el inicio del nivel y su final. Como en el caso de China, la mayoría de los conceptos 3D de la serie original están bien trasladados al espacio 2.5 de India, como el parkour y el hecho de ocultarse en la muchedumbre. En vista de que el camino es unidireccional, existen capas de profundidad que brindan cierta movilidad a Arbaaz, quien puede esconderse abajo, arriba, en primer plano o segundo plano de la pantalla.

La meta es ser el equivalente de una sombra, lo cual se traduce en una mejor calificación al terminar cada segmento de nivel, mayor puntaje y nuevas habilidades. Es importante que pongas atención a los reportes de progresión que Assassin's Creed Chronicles: India brinda entre niveles porque ahí yacen las instrucciones para ejecutar nuevas maniobras, algunas de las cuales resultan vitales para evadir los obstáculos cada vez más difíciles que te presenta el juego. Una desatención y podrías pasar por alto un recurso clave para esconderte o sobrevivir.

Como ves, elementos valiosos tanto del argumento como de las mecánicas de juego están ocultos en cajas de texto que debes darte tiempo de escudriñar para progresar con un entendimiento pleno del título, pero considero que esa no es la mejor forma de instruirte... en fin.

Para que un concepto como éste funcione adecuadamente, es indispensable que los controles sean responsivos, puesto que es un juego de precisión donde, literalmente, un milímetro puede ser la diferencia entre salvarse o tener que recargar el último checkpoint. Desafortunadamente, los de Assassin's Creed Chronicles: India no lo son. En primer lugar no estoy plenamente seguro de que el stick sea el mejor método de control para un juego bidimensional como éste. A menudo vas a mover la palanca ligeramente en diagonal y te toparás con que el sistema no reconocerá con exactitud lo que pretendes hacer. Lo mismo ocurrió al tratar de pasar de un plano de la pantalla al otro.

Esto, aunado a tiempos de respuesta menos que instantáneos, condujo a muertes frustrantes donde quedé pensando algo como: "¿por qué diablos Arbaaz hizo eso?". Quizá el D-pad sería una alternativa más adecuada pero aquí el D-pad sirve para manipular tu inventario de artilugios, tales como la bomba de humo o el Chakram, con el cual puedes cortar sogas, destruir linternas o hacer caer objetos sobre los enemigos.

Rara vez pude ejecutar a 2 enemigos desde el aire, por ejemplo; Arbaaz caía sobre la persona equivocada y con frecuencia terminé colgado de una cornisa en vez de enfrentando a un enemigo por conflictos con los mencionados planos de la pantalla. En pocas palabras, el flujo de la acción se ve seriamente mermado por imperfecciones en el diseño de los controles. Queda claro que el juego premia a quien sabe esperar... y esperar... y esperar pero una vez que te descubren y es tiempo de combatir o cuando es indispensable actuar rápido, las cosas pueden ser frustrantes.

No tuve una sensación gratificante casi en ningún momento de mi experiencia de juego

Ya que hablo de enfrentamientos, el combate pretende ser estratégico pero al final termina por ser un batidillo debido a la abundancia de enemigos que el juego te avienta a la cara. Las mecánicas centrales son las de ataque fuerte, débil, bloqueo y un poder especial que te permite ignorar todo y patear traseros deslizándote por el espacio como una gacela asesina. En un escenario ideal, podrías ejecutar estas maniobras con conciencia, pero cuando hay 4 o 5 soldados británicos dándote de espadazos y disparándote a la vez, el nombre del juego cambia a: button-mashing y es más frenético que divertido. Las ejecuciones tampoco son precisamente ingeniosas y en general, no me fui con una sensación gratificante casi en ningún momento de mi experiencia de juego. En todo caso disfruté cuando la idea era llegar del punto A al punto B, contra reloj, porque se trataba más de velocidad de reacción que de memorización de patrones, repetición y de pelear para que los controles funcionaran con la exactitud necesaria.

Quizá para compensar todo esto esté el precio, puesto que Assassin's Creed Chronicles: India es un título barato y ofrece de 5 a 8 horas de juego repartidas en 8 secuencias. Qué tan deleitante será tu experiencia con este juego, dependerá de tu paciencia. Y si ya jugaste Assassin's Creed Chronicles: China no esperes mucha innovación.