¿Y dónde quedará el empaque?

Cuando adquirimos un producto, en lo personal he encontrado 2 factores que hacen que disfrutemos lo que contiene: la función que cumple este producto y la experiencia que nos proporciona alrededor de este.



Es decir, no solamente vale la pena lo que hace, por ejemplo, una camisa que regaló alguien, sino el hecho también de poder abrir el regalo, esa sensación de romper la envoltura para poder obtener lo que está dentro. Englobado, es lo que nos da esa sensación tan placentera cuando algo así nos pasa.

Estoy acostumbrado a ese momento de llegar con un juego nuevo, abrirlo, ver el arte de la caja y hojear el instructivo, ver la serigrafía del disco. Otras veces lo hacemos tan rápido que lo único que queremos es sacar el juego y tirar por allá el resto del empaque, pero tuvimos esa sensación de ir a comprarlo, la emoción de llegar a casa a probarlo y finalmente jugarlo. Tal vez este tipo de sensaciones en el futuro ya no existen.



Distribución tradicional vs. Digital.



Si han estado siguiendo continuamente las noticias, habrán notado que cada vez son más el número de compañías que optan por comenzar a vender sus juegos por medio de la distribución digital, siendo Steam la que ha sonado más a últimas fechas sobre este servicio.



Las ventajas que se obtienen son el ahorro en gastos de distribución, de empaquetación, la gran velocidad con la que podemos obtener el juego (incluso, en el momento mismo de su salida). Además puede servirnos para recordar y obtener juegos que de otra manera no podríamos obtener nunca, tal como son los juegos antiguos que hemos obtenido por el canal del Wii o el Xbox Live Arcade.



Ahora es uno de los medios, pero según declaraciones de un ex directivo de Microsoft, apuesta a que el futuro será totalmente digital. Al día de hoy hay muchos detractores de esta afirmación, no estoy seguro de que vaya a pasar, pero en caso de que así fuera, ¿no perderíamos algunas cosas?



La emoción del romper y desempaquetar.



Tal vez vaya a sonar como un viejito arraigado a sus costumbres, pero a mí me gusta esa emoción de comprar un juego, llegar a casa y probarlo. Supongo que no seré el único. Tener mi “juegoteca” con títulos originales, todos clasificados para que en el momento que quiera disfrutarlos voy a buscarlos como si un buen libro se tratara, lo pongo en la consola y a jugar.

En cambio, si el futuro es netamente la distribución digital, estaríamos hablando de seguramente del adiós a las cajas y manuales, siendo que veríamos el cómo jugar por medio de instructivos en PDF u otro formato similar, los juegos los tendríamos guardados en discos duros, en tarjetas de memoria o con la idea de que como ya pagamos, si lo borramos en cualquier otro momento podemos descargarlo nuevamente pues ya lo compramos.



No quiero sonar demasiado tradicionalista y tampoco arraigado al cambio, estoy muy de acuerdo con las ventajas de la distribución digital. Imagínense, no se ustedes, el Grand Theft Auto VII (por así decirlo), que gracias a la velocidad de la banda ancha del futuro, en el momento mismo de su salida podamos descargarlo a nuestra consola-receptor, no teniendo que esperar días o semanas para su distribución, que en nuestro país llega a pasar que tardan algunos juegos o son difíciles de encontrar



Pero se perderían algunas de esas sensaciones, que a primera vista parecerán incomodidades, pero ese gusto de encargar un juego, la espera porque llegue a la tienda o que el de paquetería aparezca con tu juego, llegaría a desaparecer.



El ayer y el mañana, hoy.

Lo ideal en mi opinión es que ambos sistemas prevalezcan, siendo que haya juegos que salgan de manera digital y por medio de distribución física, pudiendo elegir una o la otra. Y no que vaya a desaparecer una en detraimiento de otra, como afirma este exdirectivo de Microsoft.

Las compañías conocen las ventajas económicas de esto, pues pueden vender un juego a un precio similar al que lo hacen actualmente, pero estarían aumentando sus ganancias debido a que no gastan en empaque y distribución, por lo que entraría más dinero a sus arcas.



Tal vez estoy chapado a la antigua y las nuevas generaciones no les importen esos tiempos de espera y solamente quieran tener el juego en el momento preciso, pues después de todo lo que importa es el juego en sí. Pero algunos como yo, que disfrutamos de ediciones especiales con cajas metálicas y de poder ir a una tienda junto con otras personas a disfrutar una fiesta de lanzamiento, queremos que algunas de las viejas tradiciones prevalezcan.
¿Qué opinan al respecto? ¿Podrá ocurrir ese futuro?