Este año está muy cerca de llegar a su fin y creo que fue uno de los mejores para
cualquier videojugador: vimos el fin de sagas legendarias, los zombies
invadieron nuestras horas de juego en
incontables juegos y los juegos de carreras dejaron lodo en lo más recóndito de
nuestros oídos.
Poder matar
zombies con mis amigos en Lef 4 Dead, sin
lugar a dudas, es uno de los mejores momentos en línea que disfruté este año. El
modo cooperativo es probablemente uno de los más divertidos y emocionantes, no
tenía tan altas expectativas para este título, pero me llevé una muy grata
sorpresa.
Siguiendo
la línea de jugar en grupo o mejor dicho, en banda, Rock Band 2 me dio una diversión tan grande como su lista de
canciones que crece sin parar. No existe una mejor reunión con los
cuates con el volumen tan alto, que los vecinos no toquen la puerta lo
suficientemente fuerte como para que los escuches.
Desde hace muchos años no encontraba un juego de peleas que me pareciera sencillo y
tan genial como Naruto: Ultimate Ninja:
Storm. En primera instancia, cualquiera podría pensar que es sólo un juego
más de Naruto, pero una gran forma de juego y excelentes gráficas lo hacen mi
juego favorito de peleas de este año.
Elder Scrolls IV: Oblivion fue uno de mis juegos preferidos desde
hace ya bastante tiempo, este año llegó Fallout
3 para darme horas de adicción mientras camino por los restos de la
civilización humana.
Esperaba
que Grand Theft Auto 4 saciara mi
sed de explosiones contra la sociedad, y por unos muy buenos momentos lo
logró, pero al final cedió esa tarea a Saints Row 2, que no dejó una pizca de
adrenalina sin aprovechar. La profundidad para personalizar a tu
personaje es maravillosa, el humor y la manera en que las reglas son casi
inexistentes, son una muestra de cómo deben ser este tipo de juegos.
Gears of War 2 me dio justo lo que había
faltado en la primera entrega, una campaña llena de acción, drama y
camaradería. Es obvio que dedicaron una enorme cantidad de tiempo a
desarrollar la historia y el resultado es una trama que le da
una nueva profundidad a lo que ya era una excelente franquicia; como si esto
fuera poco, el modo de Horda me dio momentos de frustración, alegría y emoción,
y el momento de terminar la ola 50 fue uno de alivio y satisfacción.
Pero el
momento cumbre de mi año como videojugador fue poner mis manos sobre Metal Gear Solid 4, las mejores gráficas
que han podido contraer mi pupila, personajes épicos que jamás se borrarán de
mi memoria; una historia increíble que no deja un solo rincón sin analizar e
increíbles armas y accesorios como el octocamo,
hacen que sin una sola duda pueda decir que para mí, es lo mejor de
2008.
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