Era su primera
vez en este lugar donde tantos caen y sólo unos cuantos son recordados. Su
primer torneo, tenía los ojos llenos de felicidad y una gran sonrisa llenaba su
boca que dejaba ver unos dientes manchados por el café tomado para no dormir durante largas semanas de
entrenamiento. No dejó de hablar a lo largo de cada uno de los
segundos que tardamos en llegar voy a usar las nuevas técnicas que aprendí, a
lo que respondí rápida y sinceramente: no lo hagas, úsalas en otra ocasión. Me miró desconcertado y dijo casi enojado ¿Por qué no? ¡Claro que las voy a
usar! Es lo mejor que he logrado descubrir y será mi arma principal. Por un
momento pensé en detenerlo y explicarle, pero me pareció que la mejor opción
sería dejar que lo averiguara por sí mismo, como todos lo hicimos alguna vez. De
cualquier forma, el resultado sería igual, él pensaba jugar por
divertirse, la diferencia es que aquí se hacía por sangre.
Existe una gran
diferencia entre los jugadores que entran a un torneo para ganarlo y los que lo
hacen por diversión o por tener experiencias nuevas. El problema con eso es que
si el evento tiene un cierto nivel de seriedad o se realiza en un lugar
altamente competitivo, lo más probable es que pasen rápidamente del papel de
participante al de espectadores, porque resultarán eliminados; el tiempo
que eso tarda en suceder depende del tipo de torneo.
Es fácil
distinguir a un jugador que ya ha pasado por estas situaciones, generalmente
puedes verlos serios y tal vez repasando cosas que ya saben desde hace meses
pero que no deben olvidar; al jugar, su rostro es inexpresivo y el mundo a su alrededor
podría derrumbarse sin que se enteraran. Su estado mental cambia, la conciencia
se aleja mientras el instinto del gamer toma posesión del cuerpo, como alguna
experiencia mágica de culturas antiguas, donde los dioses son los dictan
las acciones.
Para llegar a
ese punto sólo existe un camino, pero cuando lo encuentras para un juego, es
mucho más fácil construirlo para los demás. Lo más seguro es que tu primer
torneo sea un fracaso, y no es que seas malo ni mucho menos, en realidad puedes
ser el mejor jugador del mundo, pero si no estás acostumbrado a esos eventos,
tus posibilidades son prácticamente nulas.
¿Eso significa
que debes resignarte?
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