Rob Pardo es un creador de mundos, comenzó a trabajar en Blizzard
en 1997 como diseñador en Starcraft. El título tuvo mucho éxito y
para la expansión de Brood War fue designado como diseñador en
jefe, a partir de ahí nada pararía su ascenso en la compañía,
hasta llegar a ser el vicepresidente de diseño.
Pardo está muy metido en el desarrollo de los juegos en Blizzard,
también fue el responsable del balanceo de StarCraft, que debe ser
uno de los trabajos más difíciles de la industria (si conoces el
juego sabes de qué hablo). Más de diez años después, StarCraft
sigue jugándose en muchas partes del mundo y en Blizzcon hay un
torneo dedicado a este título.
StarCraft fue aclamado por los medios y los jugadores, así que
Blizzard decidió darle las riendas de diseño a Pardo de Warcraft
III: Reign of Chaos y su expansión Frozen Throne. Estos títulos
fueron muy bien recibidos y tuvieron excelentes ventas, pero su mayor
éxito vendría en el futuro.
Warcraft III marcó el curso de la franquicia, la historia era muy
compleja y los personajes muy interesantes, la llegada de los Night
Elves, los Undead, la traición de Illidan y Arthas, el ascenso de
Thrall y muchas cosas más. Demostraban que la historia de Warcraft era más grande
que la de cualquier otro título de estrategia. Fue ahí cuando nació el mundo más
grande en la historia de los juegos.
World of Warcraft fue creado y Rob Pardo tenía a su cargo al
talentoso equipo de diseñadores, logró crear un
mundo enorme y coherente donde millones de personas pasan muchas
horas de su vida y están dispuestas a pagar mensualmente por estar
ahí. Cada pueblo, casa, cueva, montaña y enemigo está colocado de
manera fríamente calculada, para que los jugadores tengan una gran
experiencia.
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