La de los asesinos es una de las
profesiones más misteriosas y seductoras que existen en el mundo y no estoy
diciendo que todos queramos andar por ahí segando vidas y terminando sueños,
simplemente me refiero al poder que significa hacer lo que uno quiera, sin estar supeditado a alguna
autoridad superior a nuestra
habilidad y capacidad de salir adelante en cualquier empresa que nos propongamos.
Sin embargo, aún entre los practicantes del arte de la muerte existen niveles y,
durante siglos, los Ninjas han ocupado uno de los más altos; son
considerados los grandes maestros a la hora de apagar una vida y desvanecerse
como el humo.
Un Ninja es uno con su entorno, un
maestro de la sombra y del escape, pero todo esto tiene un precio, muchas
veces pagado solamente por los más fuertes, duros y disciplinados, y es que
para alcanzar la perfección hay que sacrificar todo lo que nos arrastra y nos
jala hacia abajo. ¿Estás listo para deshacerte de ese equipaje extra?
¿Realmente crees que tienes lo necesario para convertirte en un Asesino
Ninja? Bueno, pues quizá sea hora de descubrirlo, tal vez haya llegado el
momento de abandonar todo lo que te hace débil y vulnerable.
Así que sin mayor introducción, he aquí mis
consejos para convertirte en el máximo exponente del ninjutsu:
- El camino de un Ninja es solitario, acéptalo. Como ya dijimos, para convertirte en el mejor tienes que dejar atrás toda atadura, cualquier cosa que te haga vulnerable y exponga tu corazón al golpe de un enemigo. Al comenzar a andar este camino, deberás alejar todo tipo de pensamiento, idea u objeto que distraiga tu mente del estado de concentración y serenidad que requieres para ser una máquina de matar, alguien que no necesite de nada ni nadie para llevar a cabo su misión. Tu único refugio deben ser las sombras.
- Entrena como si no hubiera mañana. El camino más directo hacia la meta se encuentra en tus manos y solamente tú decidirás si lo sigues o no, nadie más podrá demostrar que tienes lo que se necesita, que estás formado por algo aún más fuerte que el acero. Un guerrero como tú debe convertir su cuerpo en una máquina, fortalecer sus músculos y su mente, y ser el maestro de su carne, de manera que la mente sea quien decida lo que el cuerpo tolera y no al revés, como sucede con una persona cualquiera. Si en verdad logras hacer tuyo este concepto, las posibilidades que se abrirán ante ti serán enormes y vastas. ¡Aprovéchalas!
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