Los juegos de carreras han sufrido una evolución bastante marcada a lo largo de su historia y hago hincapié en la palabra sufrido, ya que en sus inicios no iban más allá del factor diversión, mostraban escenarios sencillos y al punto, con simples carriles formados por líneas y autos que debían esquivar a los demás competidores. Repentinamente, el género comenzó a avanzar por otro camino, uno de simulación y realismo al máximo, en el que los jugadores debíamos estar pendientes de los cambios de velocidad, el agarre del auto y el balance entre la suspensión y los amortiguadores, y no estoy diciendo que esto sea malo, simplemente está pensado para personas mucho más enfocadas en los aspectos técnicos de un género de simulación.
Pero, ¿qué tal si lo único que quiero es divertirme? Sinceramente soy de los que sólo busca pasarla bien a bordo de un vehículo automotor mientras mis amigos o familiares me persiguen incesantemente, batallando por cruzar la meta antes que yo. Obviamente un simulador de carreras de nueva generación no me ofrece la experiencia que busco si tengo que revisar distintas autopartes y elegir una, basado en mi tipo de juego, habilidad y otro sinnúmero de detalles; sería algo que me causaría un aneurisma diez veces antes de poder divertirme como espero.
Afortunadamente, siempre hemos tenido opciones que nos han entretenido durante horas, juegos que se han mantenido bajo la luz del entretenimiento, títulos que nos han demostrado que una carrera puede tener muchos matices, creando subgéneros muy específicos. Uno de estos subgéneros, que se aleja de la fórmula de simulación seria y rígida, es el de combate vehicular, en los que el jugador deberá elegir un vehículo y darse a la tarea no sólo de ganar la carrera, sino de impedir que los competidores logren cruzar la meta. Normalmente vienen en dos sabores, aquellos en donde los autos están más cargados de armas que una camioneta serbia y esos donde el vehículo mismo y la habilidad del jugador son su única arma ofensiva.
En cuanto al gameplay, cuentan con diversas modalidades, desde los enfrentamientos masivos en una arena en los que el ganador será el último en quedar vivo, hasta las batallas en pista de carreras, que se tornarán verdaderos duelos por cruzar la meta en una sola pieza y humillar a tus contrincantes de la mayor manera posible.
Juegos de combate vehicular:
- Twisted Metal
Burnout Revenge
Full Auto
Vigilante 8
Carmageddon
Otro de estos subgéneros, quizás el más popular y del cual evolucionó el género de party games, es obviamente el que incluye títulos como Mario Kart, el verdadero precursor del género de carreras de karts. Este siempre mantuvo una línea irreverente y casual, en donde el objetivo de ganar se veía supeditado a la manera de lograrlo. En Mario Kart debías llegar a la meta antes que los demás competidores, para lo cual era necesario usar una gran variedad de power-ups e ítems que te permitían adquirir ciertas ventajas sobre los demás, cosas que iban desde una concha de tortuga que podía golpear y detener a tus contrincantes, hasta una estrella que te brindaba invulnerabilidad total durante un tiempo determinado.
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