Arte y videojuegos

A estas alturas, sería ocioso seguir con la discusión de si los videojuegos son o no una forma de arte. Sabemos que hay juegos que destacan en el aspecto visual (Mirror’s Edge); otros que tienen una banda sonora memorable (Metal Gear 2: Sons of Liberty, Final Fantasy VIII) y otros cuyos guiones pueden ser tan complejos y excitantes como novelas (Heavy Rain). Sin embargo, jugar videojuegos no se parece en nada a escuchar música, leer libros o ver piezas de un museo; son una forma de arte que logra integrar los más diversos elementos y que, como el arte en general, requiere un tipo específico de interactividad por parte del espectador/jugador.

Creo que algunos videojuegos nos dan la sensación de estar inmersos en un libro de suspenso o terror, en un thriller policíaco o en una película de ciencia ficción. Cuando vemos una película, leemos un libro o jugamos videojuegos participamos activamente en el desarrollo de una forma de arte, completándolo con nuestra memoria, nuestra experiencia o nuestras habilidades. Leer, escuchar u observar son distintas formas de interpretar, es decir, de interactuar.

En el caso específico de los videojuegos, "interactuar" no se refiere solamente a jugar. Interactuamos en un sentido más amplio cuando debemos tomar decisiones que tendrán consecuencias definitivas en el desarrollo del juego. Nos es familiar el que un juego tenga más de un final o finales alternativos, por ejemplo, dependiendo de nuestra habilidad o nuestras decisiones. Podríamos pensar que antes un juego seguía una estructura cronológica lineal, donde simplemente tenías que superar distintos retos que aparecían conforme jugabas; pero en Call of Duty: Modern Warfare 2 o el ya citado Heavy Rain, se nos presentan decisiones de tipo moral que afectan el final que veremos o las posibilidades que se nos abren en el juego mismo.