¿Puedes recordar los tiempos en que no googleábamos? Cuando el concepto de eliminar amigos era inexistente o la actividad de moda no involucraba tener que comunicar al mundo todos y cada uno de nuestros pensamientos en Twitter; vamos más atrás, aquellos días en que la sola idea de conectarse a una red mundial era inconcebible, enviar un correo electrónico parecía de ciencia ficción y jugar sin usar las manos cosa de películas futuristas. La tecnología digital cambió nuestra forma de vivir en modos que tan sólo hace cincuenta años sonaban a locura y en lo que respecta al esplendor en la industria del pixel, el ritmo toma incrementos acelerados, los esquemas cambian, las gráficas se actualizan y nuevas opciones se hacen disponibles conforme caen las hojas del calendario.
Pero al margen de una constante renovación, hay momentos clave que pavimentaron el camino de evolución, eventos específicos sin los cuales la industria sería muy diferente, no tendría el mismo nivel de avance o en el escenario más trágico, se hubiera desvanecido. Es fácil especular acerca de un universo alterno donde el esquema de negocios y la arquitectura de Doom estuvieran ausentes, pero qué tal uno en el que la opción de jugar en línea no fuera realidad u otro en que SEGA hubiera triunfado con el Dreamcast y siguiera vigente como fabricante de consolas. Con el arribo de un nuevo milenio, surgieron peculiares tendencias que moldearon la época actual de gran conectividad y gráficas en alta definición, que por su simple existencia dan pretexto para dedicarles un espacio, pero en lugar de optar por las más evidentes y obvias, nos inclinamos por alternativas menos célebres, tecnologías, juegos, compañías y servicios que están alterando el rumbo de la industria, sea en beneficio o detrimento de la misma.
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De Wii Remote a Kinect
No hay mejor forma de comenzar la lista que por cierto no lleva orden de importancia que con uno de los aportes más creativos y originales en la trayectoria de los pixeles: los sensores de movimiento. Sé que prometimos no tomar la venia de lo popular, pero en este caso es por abordar una perspectiva poco explorada.
[p]Antes de entrar de lleno en el asunto, cabe mencionar que la persecución por implementar detección corporal más allá de la barrera de los botones era un sueño de fabricantes y desarrolladores desde antes de que se diera el esplendor de los 8-bit, pero no fue sino hasta que Nintendo logró implementar un control funcional, suficientemente responsivo y accesible a toda clase de usuario, que inició la reforma por una interacción alternativa con este entretenimiento. Evitando la remembranza, es suficiente decir que la Gran N recogió los frutos de la innovación y abrió el camino para que otros intentaran abordar la ideología, entre los cuales Microsoft y Sony mostraron el mayor interés. Mientras Move imitó más de la cuenta al Wii Remote, Kinect fue el afán de la compañía de Bill Gates por establecer la detección de movimiento en un contexto diferente, que con el poder de su cámara 3D nos convirtió en el control.
Ahora, para variar, el producto no ha sido explotado debidamente en lo que incumbe a títulos que aprovechen con maestría todo su potencial, y a efecto de honestidad, el dispositivo aún no alcanza el nivel de precisión que hace falta para cierto tipo de experiencias. Pero mientras el encargado de la manufactura trabaja en actualizarlo y ofrecernos las mejoras necesarias, los entusiastas se deleitan en experimentar, provocando resultados interesantes que tal vez ni Microsoft consideraba en las opciones; desde rendereo de espacios tridimensionales en tiempo real hasta exóticas visualizaciones del entorno, pasando por simulación de auténtica realidad virtual, muestreo de imágenes en el ramo médico e incluso como simple cambiador para las tiendas de ropa.
Al parecer, estamos ante la punta del iceberg, pero Kinect es evidencia de que al dejar una tecnología intrigante y accesible en precio, en manos de mentes brillantes, toma vida propia para al final, nutrir de ideas a la industria o sorprendentemente, la vida fuera de los límites del entretenimiento del pixel; y ya que hablamos de tecnologías vanguardistas, toca el turno a algo más técnico.
Análisis profundo de captura de movimiento
Dicho de otro modo, la impresionante tecnología que ofreció Depth Analysis con la franquicia detectivesca de Rockstar Games, que aún a expensas del trágico de Team Bondi y las bajas ventas de su vástago L.A. Noire, pauta un futuro prometedor en la cualidad histriónica de los personajes de nuestros juegos de video. La configuración compuesta de 32 cámaras de alta definición que se plantea con esta técnica permitió capturar todos y cada uno de los aspectos expresivos en el rostro del actor en cuestión, cartografiando la gesticulación a una contraparte digital para una representación increíblemente realista. Y aunque los personajes denotaban su fabricación con el motor gráfico de videojuego, la animación mantenía un nivel de desempeño sin precedente, particularmente necesario dentro de este mundo virtual de investigación cuando parte del trabajo policíaco requería descifrar la honestidad de los sospechosos.
De momento la tecnología Motion Scan es exclusiva de Depth Analysis, pero una vez mostrado al mundo el modo de hacerlo, será cuestión de tiempo para que otros sigan el ejemplo y se popularice; no será pronto, pero al final beneficiará con creces las actuaciones dentro de nuestro entretenimiento interactivo, y sólo basta pensar en la siguiente versión de Grand Theft Auto para comenzar a salivar. Lamentablemente y en ironía a tanta fidelidad, el resto del cuerpo en los actores virtuales se expone tieso y burdo, pero ese será tema a resolver en el futuro.
Gameloft
Sigamos con un caso controvertido. Atroz a la mirada de legiones, Gameloft redefinió el concepto de tomar ventaja del éxito de otros, alternando sus tiempos de desarrollo entre adaptar populares franquicias a versión portátil, crear uno que otro título original como Asphalt, o inventarse juegos de similitud contundente a taquilleros del calibre de UNCHARTED y Halo. Y aunque confecciona propuestas competentes, con alto valor de entretenimiento y atractiva presentación visual, no deja lugar a dudas el origen de su inspiración. Shadow Guardian pareciera una aventura del primo de Nathan Drake, Crystal Monsters usa la temática, el sistema de juego e incluso la perspectiva de batalla de Pokémon, en tanto Eternal Legacy está escrito con el manual de diseño de Final Fantasy y por último, StarFront: Collision hace alusión a StarCraft II hasta en el mínimo detalle. Las similitudes están tan expuestas que no es necesario ser un conocedor para encontrarlas.
El problema es que no se trata de robo e irónicamente, tampoco de abuso, sino el más puro ejemplo de influencia extrema que a pesar de su aparente imitación malintencionada, cumple un importante propósito. Cuando una compañía como Microsoft decide no trasladar sus propiedades intelectuales a dispositivos móviles en específico smartphones y tablets, Gameloft se levanta para suplir la demanda, elaborando juegos que pecan de poco originales pero demuestran calidad decente, los cuales ofrecen una alternativa para los fans, caso especialmente sensible para los seguidores de Nintendo quien afirma nunca hará juegos para iOS. La compañía francesa está impulsando a que otros replanteen sus estrategias para plataformas de bolsillo y si ya de por sí hay un creciente apoyo sobre iOS y Android, esta circunstancia lo empujará aún más. Y hablando del tema
Apple iOS
Aunque la revolución fue resultado de una transición que sentó base en consolas portátiles y la implementación del concepto a teléfonos celulares convencionales, la compañía de Steve Jobs tiene el mérito de establecer el ecosistema ideal para que surgiera una ramificación formal en la industria, pues antes los burdos y pixelados juegos para telefonía móvil eran mirados con desdén, y prácticamente todo jugador que se dignara de respeto pensaba que eran una opción pueril para gente con gustos poco sofisticados. El estigma no desaparece por completo, pero al menos desde la perspectiva de negocios, iOS y en medida equivalente Android, son considerados plataformas formales.
Pero el mayor mérito del esquema vanguardista fue catapultar la carrera y propiciar la capitalización de incontables desarrolladores independientes que siguen produciendo obras de calidad gracias a la política de repartir las ganancias en porcentaje 70/30 (la mayor parte para el estudio y la menor para el distribuidor), práctica de negocios que se está convirtiendo en el estándar para toda la industria, al menos en lo que refiere a oferta online. Mientras tanto, la plataforma parece no frenar su éxito con títulos taquilleros como el de las aves iracundas, lo que nos lleva al siguiente tópico.
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