Damos carpetazo a otro año entre títulos impactantes, situaciones inesperadas e importantes anuncios, que, a reserva de las impresiones de cada uno o experiencias personales, dejó la sensación de ser el mejor de esta generación. Y es que aún si no fue el más prodigioso, es difícil negar el ajetreo de 2011: Move y Kinect aparecieron en escena mientras Nintendo amenazó con recuperar su posición privilegiada con Wii U; el 3DS se acomodó en los anaqueles de las tiendas para seguir una trayectoria irregular y por demás controvertido; en el espacio virtual EA lanzó Origins en afán por competir con Steam y sentar su propia plataforma; los hackeos estuvieron a la orden del día; Sony cerró su año con el lanzamiento de PlayStation Vita en Japón; Rockstar causó euforia de nueva cuenta en legiones de jugadores ahora con la promesa de un quinto capítulo en las crónicas de Grand Theft Auto; la escena social continuó en auge, a la par que los dispositivos portátiles ganaron terreno dentro y fuera de la industria; y por si todo eso fuera poco, existe un riesgo latente de importantes prohibiciones sobre la red mundial. Fuimos testigos de maravillas y tragedias, la mayoría aún tenemos asuntos pendientes que se arrastran al nuevo ciclo anual, y todavía nos esperan incontables horas de juego en muchos de los títulos que se lanzaron, pero en respuesta a los reclamos del calendario recién estrenado, es tiempo de echar atrás lo viejo para comenzar de frente con renovadas expectativas.
Y con expectación es que miramos a los doce meses que se avecinan, preguntándonos cómo se desarrollarán. Por supuesto, es fácil profetizar a la ligera o levantar un pliego petitorio para que alguna fuerza sobrenatural cumpla cada deseo, pero nada como especular con fundamentos lo que nos depara este 2012. Sin dejar a un lado los anhelos, te presentamos nuestras predicciones, que más allá de esperar que se cumplan, deseamos sean superadas para recibir un año con más emoción que el recién terminado.
Los inesperados anuncios
Si el anterior fue un año atestado de sorpresas, no podemos esperar menos del que acabamos de inaugurar. Es fácil formular predicciones, pero comencemos con las más previsibles. De inicio tenemos a Valve, hermético en decisiones y juguetón con avisos; hace un par de días embistió la euforia de la gente al declarar que el anhelado tercer episodio de Half-Life no llegará pronto. La duda razonable surge respecto al panorama de la compañía: hay capital de sobra para costear una producción a gran escala, las dos entregas de Portal nutrieron el universo de Gordon Freeman si bien desde una perspectiva tangencial ganaron adeptos para la franquicia, Source Engine es la plataforma de desarrollo ideal para una secuela en alta definición y DotA 2 está a pocos meses de concretarse, dejando al estudio con recursos suficientes y sin proyecto en puerta. La compañía de Gabe Newell podrá seguir jugando con los sentimientos de millones de fans al negar la conclusión del conflicto alienígena, pero las piezas comienzan a caer en su lugar y al menos en opinión de este medio, ya no quedan pretextos.
Por otro lado, Assassins Creed tendría que concluir con la tercera parte antes de que finalice el año, pues se planteó el fin del mundo para el 21 de diciembre, y aunque en nuestra realidad tangible sean sólo profecías al menos es reconfortante pensar que lo son, en términos mercadológicos sería ilógico que Ubisoft siguiera vendiendo la franquicia con intrigas del apocalipsis, cuando ya pasó su hora marcada. Por supuesto, estamos hablando del distribuidor francés que durante mucho tiempo intentó exprimir hasta la última gota del Tom Clancy y la fama de su nombre, razón que puede evidenciar la continuación de la serie de asesinos; además, semanas atrás se publicaron encuestas para saber las locaciones predilectas en que le gustaría a la gente se desarrollaran futuras iteraciones de Assassins Creed. Es así como aun si el joven Miles salva al planeta de su destrucción, siempre habrá oportunidad de conocer a sus ancestros de manera más íntima, viajando al antiguo Egipto, a los albores de la Revolución Francesa o de plano, a la Segunda Guerra Mundial. Sólo queda esperar que conserve el nivel de calidad y los próximos juegos justifiquen la expansión de la propiedad intelectual.
Nuevas franquicias
Para aprovechar que hablamos de anuncios, es indudable que se mostrarán nuevas franquicias, como sucede cada año, pero fuera de los títulos genéricos que intentan ser diferentes, es auténtico deseo que algunos sean trabajados por estudios de renombre. Ya sabemos que Kojima Productions pone empeño en Metal Gear: Revengeance, en tanto Lionhead mantiene su tradición con un nuevo Fable, además existe la noción del siguiente Grand Theft Auto y Visceral Games está concentrado en un nuevo proyecto denominado The Ripper. Lo desconcertante surge con las casas de desarrollo que han hablado poco de su trabajo en curso, un ejemplo es David Cage que junto al equipo de Quantic Dream tiene dos propuestas sobre el borrador: Fiv5 e Infraworld, ambas centradas en aspectos emocionales y provocativos, sin agregar más detalles. Bungie firmó un acuerdo de diez años con Activision Blizzard para crear nuevas ideas y llevarlas a cabo, pero ya transcurrió casi un año y los frutos de la sociedad son inexistentes. Naughty Dog intentará tener suerte con los juegos de zombis y bajo la misma temática de terror pero con un enfoque caricaturesco, Epic abandona la tensión deprimente de Gears of War y aborda un tono de comicidad en Fortnite.
En oposición a los años de tantas secuelas, el caudal creativo vuelve a fluir, prestándose para ideas frescas e innovadoras; Call of Duty será sujeto de un lanzamiento más que seguirá recogiendo jugosas ganancias y por ello Activision se evitará la molestia de buscar nuevos horizontes claro que podría sorprendernos, y como es de esperar, los juegos de deportes no cesarán, pero considerando los rumores de la siguiente generación de consolas, además del inminente lanzamiento de Wii U en algún momento del año, se siembra el terreno para que se preparen propuestas completamente novedosas, aunque podría darse un caso diametralmente opuesto, y en lugar de títulos que intenten aprovechar el nuevo hardware, terminemos con adaptaciones y traslaciones de las plataformas actuales, algo que lamentablemente plagará a la siguiente consola de Nintendo con la primera tanda en su librería. Por tal razón, sería favorable que en lugar de inyectar nueva vida a las franquicias de adntaño, se invirtiera en ideas diferentes, movimiento que tendría especial impacto benéfico en casos como el de la Gran N, quien necesita nutrir su repertorio de identidades para capturar una mayor audiencia; por su parte, Sony parece haber llegado al límite con casi cada una de sus franquicias; y no olvidamos a Microsoft, que en proporción creciente se queda sin exclusivas, manteniendo a Halo como único apoderado de su bandera ahora que Gears of War cerró sus puertas argumentales. Sobra mencionar que la apuesta va por un gran riesgo, tanto en el ámbito monetario como ante la recepción de la gente, pero si a Electronic Arts le funcionó con Dead Space, Dantes Inferno y en menor medida con Mirrors Edge, la posibilidad de éxito aumenta para las tres productoras más importantes de la industria.
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