Demos primero un poco de contexto. Un sitio de noticias inventadas publicó una nota con el fin de entretener a sus lectores. La idea ni siquiera suena descabellada: Mario y Luigi son gays, declara Shigeru Miyamoto, su creador. La homosexualidad no es una enfermedad y, en los últimos años, la apertura de la sociedad hacia esta orientación personal ha sido mayor; sin embargo, el problema comenzó cuando muchos medios de radio, televisión e Internet publicaron la información como si fuera verídica. Esto, sobra decirlo, no hubiera resultado problemático, siempre y cuando Shigeru Miyamoto en realidad hubiera hecho tal declaración. Al propagar una falsedad, dichos medios no sólo deterioran su propia veracidad, sino que afectan la imagen de una propiedad intelectual de la talla de Mario.
¿Cuál es el problema? ¿Para qué dar espacio a esto en un sitio especializado de videojuegos? Me decía un amigo ayer ante mi indignación. El problema va mucho más allá de una mera nota de color: es un síntoma de que los medios tradicionales siguen percibiendo a los juegos de video como un entretenimiento de corto plazo. Imaginemos por un momento que la noticia falsa fuera sobre otro personaje Mickey Mouse o Harry Potter, ¿creen que una televisora se hubiera atrevido a divulgar la información sin antes verificar sus fuentes? Por supuesto que no, pues son personajes que han aparecido en el cine, los libros y la televisión. Pienso que la línea de argumentación de quienes decidieron publicar la nota fue: "¿Mario Bros.? ¿El de Nintendo? ¿Para qué revisar la información si podemos obtener visitas fáciles? A fin de cuentas, sólo es un videojuego."
Lo repito: no tendría ninguna connotación negativa que Mario y Luigi fueran homosexuales. En este sentido, me ofende un poco que algo tan irrelevante pueda ser catalogado como noticia viral. Pero me violenta aún más la falta de escrúpulos para abordar cualquier tema relacionado con videojuegos. Y no hablo únicamente de este incidente: ¿cuántas veces no hemos visto que se difunde información que liga el uso de juegos con la violencia? Por el contrario, notarán una total ausencia de noticias sobre estudios científicos que avalen los beneficios de jugar videojuegos o sus usos médicos. ¿Por qué? Simplemente porque el medio es relativamente nuevo. Esto equivale a que no ha sido aceptado ni adoptado en nuestra cultura.
En los primeros días de la televisión, por ejemplo, los padres preocupados no permitían a sus hijos sentarse muy cerca del televisor o verlo durante mucho tiempo. "Se te van a quemar los ojos" y "te va a dar cáncer por la radiación" eran reprimendas comunes y completamente carentes de fundamento. Pero vamos más atrás. La adopción de la tecnología es un proceso complejo que se ubica en ámbito más allá del costo económico: desconfiamos de cualquier nuevo invento. Muchas de estas falacias incluso se convierten en leyes. Por ejemplo, los teléfonos celulares, hoy tan comunes, también sufrieron una buena dosis de falsas afirmaciones. Si van a una gasolinera, tal vez encuentren un letrero que prohíba el uso de teléfonos móviles en el lugar. ¿Por qué? Porque, en algunos incendios en gasolineras, los bomberos encontraban restos de estos aparatos entre los escombros. Entonces, como los dispositivos eran relativamente nuevos y la gente ignoraba su funcionamiento, era sencillo atribuirles la causa. El problema es que no hay evidencia real que relacione el uso de celulares con incendios en gasolineras.
Los hornos de microondas son una tecnología relativamente nueva y, como tal, también ha sufrido por la desinformación. Uno de los mitos más arraigados es que introducir alimentos en recipientes de plástico los contamina con sustancias que producen cáncer. Sin embargo, hace tiempo que los plásticos aprobados para microondas (verifiquen siempre que estén aprobados) no liberan químicos en la comida y no contienen ni ftalatos ni dioxinas, que dañan la salud. Lo que sí es cierto es que hay plásticos, como el poliestireno, que no deberían ser calentados en un microondas porque liberan micropartículas en los alimentos (sí, eso significa dejar de calentar las sopas instantáneas en el microondas). Pero el punto aquí es que toda nueva tecnología sufre un proceso de asimilación en la sociedad. El problema con notas como la de Mario es que promueven la ignorancia, en lugar del conocimiento.
Si leyeron mi artículo sobre los motores de juegos, seguramente recordarán el ejemplo que puse al final: Pinky y Cerebro fingen un accidente en un horno de microondas con leche en polvo, pues nadie comprende cómo funcionan estas cosas. Aquí radica el problema principal: a mayor desconocimiento sobre un tema, más fácil es manipular y controlar. Los videojuegos son satanizados porque todavía hay mucha ignorancia en torno a ellos. La muestra perfecta es que una gran cantidad de medios tomó una noticia evidentemente falsa como un hecho verídico. Esto también es una falta de respeto a su legado y a su valor cultural. Los juegos son mucho más que material para notas sensacionalistas de relleno: son un legado cultural.
Hay que ver mucho más allá de si Mario es homosexual o no: debemos apuntar nuestra crítica a la falta de rigor para informar y a la falta de respeto con la que se aborda el entretenimiento electrónico. Como jugadores, es nuestro deber alzar la voz para que el medio sea respetado.
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