Todos las partidas de League of Legends tienden a comenzar de la misma manera: un grupo de 10 personas (o 12 gracias al nuevo modo de juego temporal) entusiasmadas por obtener una victoria en los campos de la justicia. Una vez ubicadas en el mapa, empieza el juego de líneas, en el que hay que ser capaz de mantenerse o aplastar al enemigo. Es en este momento en el que se ven los estilos de juego de los participantes: algunos se dedican a farmear y mantener protegida la torre mientras que otros optan por farmear y presionar a su contrincante, obligándolo a retroceder y a buscar una estrategia para sobrevivir a los embates. Ciertamente, la idea es forzar a los jugadores a adoptar un modo ofensivo y que al chocar se demuestre quién presenta las mejores jugadas, pero hay que tener presente que la ofensiva no siempre es la mejor defensa.
Sabemos que un tipo de juego no puede existir sin el otro, y eso queda demostrado cuando vemos ambos estilos en las paradas competitivas de League of Legends. Al iniciar un campeonato o torneo, ambos equipos toman la situación con calma: invaden la jungla enemiga y dejan un centinela para conocer la posición del jugador en ese rol. Lo siguiente son las líneas, donde comienza el farmeo y poco a poco los encuentros con los enemigos, pues lo importante en ese momento es tener una idea de la dificultad implicada en dañar al oponente. Si resulta muy complicado, se castigará lo más posible al blanco fácil a fin de debilitar la línea y tratar de enviarlo a base o matarlo la mayor cantidad de veces posible la idea es sacarlo del camino y obtener los objetivos que protege.
Por otro lado, los modos de juego defensivos tienden a ser evidentes cuando el equipo va perdiendo una partida, pues debe replegarse y jugar en su mitad del escenario para intentar recuperarse, obtener el oro necesario para los objetos deseados y frenar el avance de los adversarios mediante el gran poder de las torretas. Obviamente, cuando se recupera la ventaja, la estrategia cambia de nuevo a ofensiva.
También es común que existan estilos predominantes en las regiones; en el caso de Asia, por ejemplo, los equipos apuestan por la constante búsqueda de asesinatos y jugadas espectaculares donde muchos caen. En el caso de Latinoamérica, los países sede de Paradas Competitivas, como México, Colombia y Argentina, prefieren el estilo de juego agresivo, donde cada grupo presiona al otro y trata de obtener asesinatos para luego salir a la caza de objetivos; Chile, por su parte, opta por un estilo más seguro, evitando jugadas arriesgadas para no morir y mata, principalmente, en las peleas en equipo.
Como mencionamos, los participantes deben tener presentes ambos estilos y saber usarlos, pues el hecho de que Chile juegue preferentemente a la defensiva no significa que nunca haya peleas o que sea aburrido. En este sentido, Argentina o en México tampoco atacan hasta cansarse, pues saben cuándo replegarse y defender. Para combinar ambos estilos hay que ser inteligente y saber cuándo efectuar cada estrategia, dejando a un lado los impulsos originados por el miedo o la sed de sangre. Es obvio que incluso los mejores cometen errores, pero en los escenarios más nuevos es fácil ver reacciones que resultan negativas tanto para el jugador como para el equipo. Lo mismo hemos visto a un jugador lanzarse contra el enemigo, creyéndose invencible, sólo por obtener un asesinato, que a una agrupación temerosa de perder que corre en vez de atacar y pierde la oportunidad de remontar una partida.
Cuando estés jugando nuevamente LoL, no etiquetes tu estilo de juego como ofensivo o defensivo, aprende a analizar las jugadas y los movimientos del otro; no te arriesgues innecesariamente, farmea y si ves que eres capaz de ganar, aprovecha tu ventaja. Si empiezas a perder, no te rindas y obtén visión de tu mitad del mapa hasta que tu equipo y tú sean capaces de ganar la pelea.
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