Se suponía que éste fuera un repaso sobre el estado actual de la guerra de consolas, pero la realidad es que desde noviembre poco ha cambiado en el teatro de operaciones de dicha conflagración. En este punto vale más la pena revisar hacia dónde van las cosas que cómo se encuentran, pues aunque los números más recientes sugieran lo contrario, el hecho es que Sony está todavía muy lejos de proclamar al PlayStation 4 como campeón indiscutible del cuadrilátero de pixel y tanto Microsoft como Nintendo tienen cartuchos por quemar. En última instancia, todo esto es bueno para ti como jugador y te vamos a decir por qué.
La guerra es de precios, no de consolas
En efecto, Sony ha vendido 18.5 millones de sistemas PlayStation 4 y el mutismo de Microsoft respecto a los números exactos del Xbox One tiene matices lúgubres, pero lo que escapa al radar es que Microsoft quizás encontró en meses recientes el talón de Aquiles de Sony: el precio.
Cuando arrancó la competencia frontal entre Xbox One y PlayStation 4, ese mismo factor (el precio) favorecía al fabricante japonés, pero si hoy entran en BestBuy (de Estados Unidos) descubrirán que el sistema de Microsoft (sin Kinect) es $50 USD más barato que su rival de Sony y lo que tenía pinta de ser una pauta meramente navideña, sigue vigente a mediados de febrero.
Microsoft quizás encontró en meses recientes el talón de Aquiles de Sony: el precio
"Después de una temporada que sentó récord [de venta], estamos emocionados de anunciar una nueva promoción en la que los fans en Estados Unidos podrán comprar un Xbox One al precio especial $349 USD", anunció con fanfarria Mike Nichols, vicepresidente corporativo de marketing de Xbox a mediados de enero.
Los fans de Sony se desgarrarán las vestiduras y demandarán a la empresa que rebaje el PlayStation 4 también, incluso algunos especialistas coinciden en ello: "Microsoft ganará hasta que Sony recorte precios (...) Sony tiene que recortar a menos que pretenda seguir en segundo lugar.", fueron las palabras de Michael Pachter, analista de Wedbush Securities e inversionista de Sony, quien considera que el Xbox One jamás volverá a su precio original.
David contra Goliat
En un mundo perfectamente equilibrado, sería lógico imitar a tu rival, el asunto es que éste mundo es diferente. La rebaja es un sacrificio y recurrir a dicha estrategia implica que, como compañía, tienes algo para ofrecer como tributo al dios de los negocios. La pregunta es si Sony lo tiene. Vale la pena recordar que durante varios años la corporación japonesa ha estado en medio de una aguda crisis económica y en este punto, sólo hay 2 áreas que le están funcionando plenamente: sensores de imagen (pueden agradecer a los selfies por ello) y PlayStation. De hecho, las ventas de la marca de videojuegos ($4400 MDD en el último trimestre) representan una quinta parte del total de lo que la compañía genera.
Contrario a lo que ocurrió en la generación anterior, por cada PlayStation 4 que sale de la planta, Sony se embolsa $18 USD porque el aparato cuesta $399 USD. Mientras tanto, la apuesta por las rebajas implica para Microsoft una pérdida nada sutil de $47 USD, aun sin Kinect ―eleven eso a escala industrial y tendrán una idea de la dimensión del sacrificio—.
Si no habláramos de Microsoft, una estrategia con estas condiciones sería equivalente a harakiri corporativo, pero nos referimos a la misma empresa que durante el ejercicio fiscal 2013-2014 vendió el equivalente a $86,000 MDD de los cuales $22,000 MDD fueron ganancia. Y en dicho escenario, Xbox no resulta tan crítico como lo es para Sony, PlayStation. La división que alberga a Xbox ―ni siquiera la marca per se― representó $9630 MDD en ventas del total expuesto.
Cada vez que busquen datos para saber de dónde obtiene su dinero Microsoft encontrarán lo mismo: de licenciamiento. Todas las paqueterías que Microsoft vende a los fabricantes de computadoras para equipar sus productos representan el verdadero negocio, no Xbox, y si ahondamos en la división de hardware de juego y cómputo, encontramos que Surface desempeña un rol, lo que diluye aún más la relevancia de Xbox en el horizonte financiero de Microsoft. De ahí que Microsoft se dé el lujo de abaratar la consola tan drásticamente.
Lo que para Microsoft es sacrificio para PlayStation es asunto de vida o muerte, y eso puede verse desde múltiples ópticas, algunas de ellas benéficas para el jugador, otras no tanto.
Por un lado está lo obvio: Microsoft tiene suficiente dinero como para escatimar en pérdidas y por lo tanto puede venderte un Xbox One a un precio relativamente bajo, sin importar la hemorragia de dinero que ello implique, pero si Xbox es tan insignificante en el marco de sus verdaderos negocios, es razonable que de vez en cuando sus fans se pongan nerviosos con la idea de que prescindan de la división.
- Xbox One distribuidos entre octubre y diciembre: 6.6 millones
- PS4 distribuidos entre octubre y diciembre: 6.4 millones
- Wii U distribuidos entre octubre y diciembre: 1.91 millones
Por el lado de Sony, el asunto es tan crítico que fallar no es una opción. Eso implica (en teoría) que si no es capaz de competir en el terreno del precio, la empresa tendrá que encontrar otras maneras igualmente impactantes para complacer a sus usuarios actuales o seducir a los indecisos. Ambos escenarios son positivos tanto para quien tiene un PS4 como para quien piensa comprarlo.
"La guerra de precios es grandiosa para los consumidores.", nos dijo Michael Pachter, y cuando lo analizamos, es verdad. Quizá muchos celebren si Sony rebaja su consola también, pero tal vez es mejor que no lo haga y encuentre formas ingeniosas de darle la vuelta al asunto sin comprometer su existencia. ¿Que por qué Microsoft compite tan agresivamente a pesar de las pérdidas? Bueno, ya lo dijimos: tienen el dinero, pero quizá hay un plan subsecuente que expondremos más adelante.
El ángulo Xbox
Ahora bien, aunque real, la idea de que Microsoft venda Xbox se antoja improbable a la luz de anuncios recientes que sugieren que la compañía está dispuesta a invertir recursos reales en una marca que de otro modo sería un fracaso redondo. Para empezar, está el adelanto de que Windows 10 llegará a Xbox One y con el sistema operativo también tendremos el advenimiento del streaming y el juego interplataformas con PC, así como modelos de negocio de mayor alcance y más flexibles, si los distribuidores así lo quieren.
- Ventas / ganancias de Microsoft: $3997 MDD / $49 MDD*
- Ventas / ganancias de Sony: $4393 MDD / $228 MDD*
Puede parecer que lo anterior es inútil para el consumidor; después de todo, quien juega en PC suele estar poco interesado en pasar a consola y viceversa, pero la oferta podría resultar atractiva para los desarrolladores, quienes podrían poner un mismo juego en 2 sistemas sin inversión adicional significativa, pues la plataforma de herramientas DirectX 12 estará presente en ambos, Xbox One y PC. Además, el set de herramientas también supone mejoras de rendimiento exclusivas para Xbox One.
Para redondear y aunque parezca inexplicable, Microsoft pierde dinero con Xbox, pero su afán por seguir compitiendo se traducirá en ciertos beneficios tanto para desarrolladores como para gamers. Quizá la intención de la compañía, por ahora, es que la mayor cantidad de gente tenga Xbox o forme parte del ecosistema Xbox, ya sea en PC o equipos móviles, para después monetizar esa plataforma, aunque por ahora sólo haya pérdida, pero esto es una mera conjetura.
Nintendo vive
A pesar de que el Wii U tuvo un arranque turbulento, el último informe financiero de Nintendo fue alentador, con $2300 MDD en ventas entre septiembre y diciembre, y una ganancia de $270 MDD. Vaya, vestir a la consola con lanzamientos como Super Smash Bros. demostró una vez más que el software es la clave, pero las expectativas a fin de año no son de lo mejor y los inversionistas que capitalizan a la empresa siguen inquietos.
"Los accionistas no creen que vayan a hacer dinero de su modelo actual de negocios, pero le dan valor bajo a la compañía porque quizá cambien de estrategia y empiecen a hacer dinero otra vez.", nos explicó Michael Pachter en días recientes.
Por lo anterior, Nintendo hace bien en fijar nuevas metas para su compañía y operar con una premisa diferente a la de sus competidores, pues es una empresa más pequeña y, más importante aún: está prácticamente sola. Eso no ha cambiado desde el último reporte del estado de la industria y existen pocos motivos para pensar que lo hará en el futuro inmediato. En este escenario, sugerencias como la de que Nintendo pacte con Disney suenan más razonables de lo que a muchos les gustaría llegar a pensar.
"Nintendo no ha enfrentado las realidades de este negocio (...) Pero personalmente no creo que, a futuro, los juegos móviles les ayudarán. Creo que en términos de costos, eso aceleraría su depreciación. Creo que su plan a futuro debe ser explotar sus personajes ―que son muy reconocidos entre jugadores jóvenes― más allá del reino de los videojuegos y hacia animación, caricaturas, y eso es algo que hemos discutido durante años.", dijo el analista Amir Anvarzadeh el 31 de enero.
Los amiibos son un buen comienzo con miras a la diversificación, pero a lo que Anvarzadeh se refiere encaja más con el reporte sobre la serie de televisión de Zelda en mancuerna con Netflix. Es preciso que la compañía compense por su exilio y rezago tecnológico con presencia de marca y ramificación, una faena que sólo sus personajes pueden emprender puesto que más allá del Master Chief, Microsoft prácticamente carece de figuras icónicas en el mercado de masas y Sony está en una posición similar. Pero pregúntenle a cualquier persona ―jugadora o no― quién es Mario y responderá inmediatamente. Ése es el verdadero capital de Nintendo, no su valuación bursátil que aunque ronda $13,000 MDD, palidece ante los $300,000 MDD de Microsoft o los $29,000 MDD de Sony.
Sugerencias como la de que Nintendo pacte con Disney son más razonables de lo que a muchos les gustaría pensar
Y luego está, por supuesto, el concepto de Quality of Life, proyecto que Nintendo lleva cocinando desde hace tiempo y el cual aparentemente le dará perpetuidad a su filosofía de incursionar en mercados vacantes, inexplorados y libres de competencia. Se supone que dicho producto, sea lo que sea, recuperará a los consumidores casuales ávidos de ejercitarse sin ser necesariamente un dispositivo para vestir. Honestamente, la idea de explotar a los personajes de la compañía por métodos frescos suena más audaz y prometedora pero Quality of Life implica al menos que Nintendo tiene apetitos de innovación.
Esto no significa que su negocio de hardware de juego esté condenado. A final de cuentas, haber debutado con un año de antelación significa que hoy las ventas del Wii U no están muy lejos de las de Microsoft, pero como quedó expuesto en este artículo, no pueden competir de igual a igual y aunque con dificultades, aún están a tiempo de maniobrar.
LA COMPETENCIA ES BUENA PARA TI
Si pensaron que este artículo era muy largo y sólo quieren leer el final, quédense con esta idea: para Sony, el PlayStation 4 es vital en el sentido más estricto de la palabra y por ello va a esmerarse en dar a sus consumidores lo que quieran, aunque manteniéndose fiel a su filosofía y con la intención de diversificar su oferta. ¿Por qué? Porque sabe que sus competidores no están muertos y también sabe que como empresa, no todo es miel sobre hojuelas.
Para Microsoft, por otro lado, Xbox no es tan relevante desde la perspectiva de sus verdaderos negocios; sin embargo, su afán por competir, enorme infraestructura y profundos bolsillos, le permite adoptar estrategias audaces y aplicar rebajas, lo que a su vez inyecta presión a PlayStation para que siga mejorando o compensando por aquellas ofertas que es incapaz de igualar.
Y aunque rezagado, Nintendo todavía tiene muchas rutas de acción, varias de ellas llamativas. Aún no cruzan el punto de no-retorno en el cual parece estar SEGA y con la ayuda del 3DS, los amiibos, el nuevo Zelda y el nuevo Star Fox, pueden estar seguros de que la compañía seguirá complaciendo a sus legiones de fans. La situación dista de ser ideal pero ello también impulsará a la compañía a seguir explorando, a reinventarse. Sin vacas flacas, los amiibos tal vez no existirían o la empresa tal vez jamás consideraría una serie de TV de Zelda.
Esta presión en todos los frentes, al final del día, es positiva para ti como consumidor porque puedes esperar que los 3 grandes se desvivan por complacerte, ya sea para sobrevivir o simplemente por competir.
*Las cifras corresponden al último trimestre de la división de juegos de cada compañía.
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