Cuando repasamos la agenda para Call of Duty XP 2016, una de las atracciones que nos intrigó más fue el prototipo de Call of Duty con PlayStation VR pues, a diferencia de Star Wars o Ace Combat, conceptos como el de Call of Duty y realidad virtual no parecen ir muy de la mano; después de todo, ésta es una franquicia de combate en primera persona e, ingenuamente, nos imaginábamos recorriendo los mapas sci-fi de Call of Duty: Infinite Warfare con la gafa en la cabeza, disparando a diestra y siniestra. ¡Cuán equivocados estábamos! Ya en el estacionamiento de The Forum —sede del evento— nos enteramos de que la experiencia llevaba por nombre Jackal Assault y todo cobró un nuevo sentido.
Como indica su nombre, Jackal Assault es una simulación de tipo nave espacial. ¡Duh! Era obvio. El trailer insinúa en repetidas ocasiones la presencia de estas secuencias, así que olvídense de los rifles de rayos láser y las botas espaciales y prepárense para entrar en la cabina de su Jackal y empezar a dar barrel rolls por el vacío del espacio.
Para ser justos, la "activación" —sofisticado término con el que se refieren a ella los muchachos de marketing—, estaba bien construida. Jackal Assault estaba dispuesto en unos contenedores de carga gigantes en el estacionamiento del Forum. Uno de ellos albergaba una demostración donde un sujeto disfrazado como piloto te explicaba los controles, apuntando hacia una pantalla. "Si se siente mal. Cierre los ojos, conserve la calma y pida ayuda.", explicaba una agradable voz que provenía de una pantalla, y de inmediato nos pusimos en modo alerta. Ya habíamos sentido vértigo en otras experiencias VR antes, así que sabíamos a lo que le tirábamos. Acto seguido, pasabas a otro contenedor, éste repleto de estaciones de juego, diseñadas como cabina.
Estábamos tan predispuestos que, de algún modo, la experiencia no fue tan sorprendente.
Luego de las advertencias de rigor, te ponías la gafa del PlayStation VR, la ajustabas lo mejor posible, a fin de evitar que la imagen luciera borrosa, y comenzaba la experiencia. Como dijimos líneas arriba, estábamos tan predispuestos que, de algún modo, la experiencia no fue tan sorprendente. Para mala suerte de Jackal Assault y los desarrolladores de Paper Crane Games, habíamos jugado un título muy similar una semana y media antes, en gamescom 2016, así que la referencia era directa, pues ambos se sitúan en el espacio y constituyen —más o menos— la misma experiencia.
Para empezar, Jackal Assault se toma menos tiempo para construir la ficción. Subes a la nave y sales expulsado de una especie de portaviones espacial, mientras que en otras "experiencias" del tipo, te dan unos instantes para apreciar tu vehículo por fuera, absorber la inmersión y quedar asombrado con la libertad espacial, así como con las dimensiones y volúmenes con los que la realidad virtual juega para engañar a tu mente y hacerle creer que estás dentro de la fantasía.
Otro detalle son los gráficos. No es un secreto que la demanda técnica de la realidad virtual compromete los acabados visuales de los juegos para PlayStation VR, pero en el caso de Jackal Assault, consideramos que esa rebaja en el detalle era un poco más aguda. Un detalle más, cuya omisión notamos, fue la del polvo espacial. Parece poca cosa, pero su presencia en simulaciones ajenas a Call of Duty, confería sustancia al espacio y acentuaba la sensación de movimiento, la iluminación volumétrica y, por consiguiente, la inmersión. En Jackal Assault eso no existe. Hay chispas, efectos y partículas cuando empieza la acción, pero la experiencia no es la misma.
De inmediato, estabas disparando a escombros espaciales, instancia claramente diseñada para fungir como tutorial. Los controles no eran del otro mundo: con el stick izquierdo maniobrabas la dirección sobre el eje X, mientras que los hombros del DualShock 4 servían para disparar. El izquierdo enviaba proyectiles guiados que precisaban de un lock-on previo y el derecho, munición de metralleta, mientras que un modificador, combinado con el stick derecho, te permitía girar sobre tu eje.
Tras destruir los escombros, como era de esperar, aparecían en escena naves enemigas que había que eliminar. Fue ahí donde temimos y nos emocionamos al mismo tiempo, por el vértigo que sentiríamos a continuación; sin embargo y, por alguna razón, no percibimos esa sensación de velocidad y caída libre que habíamos tenido en E3 y gamescom con otros juegos. Quizá fue por la ausencia del polvo espacial, quizá por los gráficos o quizá por el simple hecho de que ya habíamos visto esto antes y estábamos predispuestos. Es decir, ya no nos tomó por sorpresa. Cualquiera que sea el caso, fue un momento parteaguas porque las primeras veces que pruebas realidad virtual quedas tan asombrado con lo singular de la experiencia, que es fácil ser indulgente con las imperfecciones, pero Jackal Assault fue muestra de que dicha emoción por la novedad también puede diluirse, con lo cual es factible apreciar las cosas más por lo que son que por lo que las distinguía al comienzo.
Después de algunos minutos de surcar el espacio, destruir naves y girar y girar, terminó la simulación y nos fuimos con un sabor agridulce en la boca. Jackal Assault es divertido y, pese al elemento predecible que nos afectó, representará una experiencia fresca para quienes no hayan probado realidad virtual antes. No obstante, para nosotros que ya habíamos tenido el privilegio de de sumergirnos en simulaciones del tipo un poco superiores en cuanto a acabados y atención al detalle, resultó un poco ordinario. Sobra decir que si compras Call of Duty: Infinite Warfare y PlayStation VR, es obligatorio probar Jackal Assault, pues además, es gratis. La gafa PlayStation VR sale a la venta el 13 de octubre, mientras que Call of Duty: Infinite Warfare, cuyo previo multiplayer puedes encontrar aquí, debuta el 4 de noviembre.
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