Fincada por completo sobre las bases de un espectacular motor de destrucción, la saga Red Faction tuvo una existencia agridulce hasta que finalmente desapareció en julio. Aunque su última entrega no fue del todo mala, Wayne Adams, artista de ambientes, atribuye las pobres ventas a un proceso de desarrollo accidentado.
Lo que la gente experimenta cuando juega Red Faction: Armageddon no es lo que planeamos en un comienzo. Mucho cambió en lo que respecta a la historia. Se introdujeron elementos y hubo cosas que, o se descartaron o se modificaron para ser consistentes con el juego, declaró, e hizo especial énfasis en la interfaz como un ejemplo de lo anterior. Irónicamente, pocas revisiones se fijaron en ese detalle. En su lugar, los principales defectos fueron un argumento aburrido, magra variedad de escenarios y personajes intrascendentes.
"Al final tuvieron que tomarse decisiones difíciles y lo que pudo haber sido fue reestructurado para satisfacer la cantidad de tiempo con la que contábamos. No puedo decir que las ideas originales serían mejores, pero la consistencia se perdió en un mar de cambios," concluyó Adams.
Desde nuestra perspectiva, fue una campaña mercadológica virtualmente inexistente y un tono demasiado oscuro los que propinaron el mayor daño a la serie; sin embargo, Armageddon es un juego sólido y los principios fundamentales de la saga pudieron dar para más que cambios poco trascendentes.
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