Durante una entrevista reciente efectuada en el E3, Jason Rubin, nuevo presidente de THQ, se refirió a los proyectos que su agobiada distribuidora tiene en puerta, y es que a la luz de numerosas cancelaciones y cierres de estudios siendo el último de ellos el de San Diego por la venta de la licencia de la UFC, ya nada es seguro.
Sin embargo y como ha venido haciendo a lo largo de estas primeras semanas en el cargo, Rubin se mostró cauto y ligeramente optimista, refiriéndose a todos sus juegos en desarrollo como materiales flexibles que podrán moldearse de acuerdo con las necesidades de la empresa y eso incluye al renombrado inSANE, concebido en mancuerna con el cineasta Guillermo Del Toro.
De momento [inSANE] es algo que tenemos sobre la mesa. Estoy tomando cada proyecto como si se tratara de yeso, una estatua de yeso que ha sido construida. No ha sido completada del todo. Puede aumentarse, encogerse, cambiarse. Todo está sujeto a cambio para hacer el mejor producto posible, declaró el presidente.
Así las cosas, Rubin se dijo obligado a darse una vuelta por todos los estudios y ver todo durante las siguientes semanas, durante el siguiente mes, y entonces tengo que decidir cuáles de los títulos son aquellos en los que nos enfocaremos con base en lo que queremos que sea nuestro futuro, señaló, pero para cerrar y en un afán por mejorar un poco el clima corporativo, Rubin aseguró que no continuarán recortando equipos. Pero en lo que respecta a productos, pienso que tendremos que ver cómo van las cosas.
Estas suenan más como las palabras de un idealista que como las de un hombre de negocios y es que cabe recordar que Rubin viene de un estudio (Naughty Dog) no de una distribuidora como tal. Estamos de acuerdo en que el nuevo mandamás evalúe la situación de todos sus proyectos para decidir a cuáles darles más apoyo ¿y qué pasa si algunos de ellos no son prometedores? ¿Qué pasa si tiene que cancelarlos? ¿Cómo cumplirá entonces con su promesa de cero despidos? Eso sin mencionar que Rubin hizo estas declaraciones casi al mismo tiempo que EA les arrebataba la licencia de UFC y THQ San Diego cerraba sus puertas. En fin, seguramente Rubin tiene buenas intenciones, pero la incógnita es saber si con ello bastará para sacar a flote a un barco que se hunde.
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