En entrevista reciente, Jason Rubin, otrora presidente de la hoy difunta distribuidora THQ, reconoció los errores que condujeron a la quiebra y eventual disolución de la compañía, señalando que esta tuvo todas las oportunidades de sobrevivir, pero acumuló demasiados resultados negativos como para poder salir airosa.
Las increíbles pérdidas adjuntas a uDraw, la masiva cantidad de capital desperdiciado con un MMO que se canceló, apegarse a títulos para niños y casuales mucho después de que los móviles y las tablets habían matado el negocio; títulos malos, tardíos o inferiores como Homefront, y una aproximación desordenada e ineficiente a los negocios, dejaron a la compañía con mucha negatividad colgando de sus libros, declaró el ejecutivo.
Desde nuestra perspectiva, el error más grave de los 3 fue comprometerse por tantos años al mercado de los juegos licenciados infantiles, pues no solamente demostraba falta de originalidad, sino un descuido deliberado en términos de calidad, lo que resulta imperdonable para cualquier compañía actual con aspiraciones de éxito.
THQ se declaró en bancarrota hace poco más de un mes. Pese a los mejores esfuerzos de sus directivos, no pudo mantenerse en bancarrota y se subastó pedazo a pedazo entre múltiples empresas el 22 de enero.
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