Ante la decadencia de Angry Birds y la pronunciada caída de ventas reportada hace algunos meses, Mikael Hed, director general de Rovio, anunció hoy mediante un comunicado que hará falta simplificar la estructura de la empresa; una forma elegante de decir que va a despedir a 16% del personal.
El motivo es muy simple: "Hemos construido un equipo anticipando un crecimiento rápido que no se ha materializado." En otras palabras, la burbuja de Angry Birds parece estar reventando y el imperio construido en torno a la marca ya no puede sostenerse, del mismo modo en el que Zynga vino a menos cuando sus 2 o 3 títulos principales vieron su popularidad diluirse.
"Desafortunadamente, también tenemos que considerar posibles reducciones de empleados de máximo 130 personas en Finlandia (aproximadamente, 16% de la fuerza laboral.)", comentó Head, quien por cierto, dimitirá en enero, dejando a Pekka Rantala en su puesto. "Nunca es fácil considerar cambios así, pero es mejor ejecutarlos más temprano que tarde, cuando aún estamos en un buen lugar para volver a encender el crecimiento."
Para revertir la depresión, Rovio pretende concentrarse en 3 pilares: juegos, medios y productos de consumo.
A comienzos de septiembre, la compañía arrojó una pérdida de 50% y anunció un recorte de 300 empleados. Es incierto si esa cifra se suma a la anunciada hoy o es parte de ella. Lo cierto es que las cosas no marchan bien para Rovio.
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