El año 2010 el jugador rumano Calin Mateias se enfureció tanto con otro jugador de World of Warcraft que no encontró nada mejor que lanzar una serie de ataques de DDoS (Denial of Service) al servidor donde el jugador que despreciaba jugaba, y arruinó la experiencia de miles de jugadores al botar una buena cantidad de servidores.
Su gracia le costó caró, pues fue encontrado y tuvo que pagar 30 mil dólares a Blizzard por los daños realizados, pero lamentablemente para Mateias la cosa no solo quedó en el dinero. El jugador fue extraditado a Estados Unidos para enfrentar cargos federales por el ataque que afectó a los servidores de Irvine, donde se encuentra el cuartel general de Blizzard.
La corte de California sentenció a 1 año de cárcel a Mateias (ahora de 30) por su actuar de hace casi 10 años, indicando que "sus acciones fueron motivadas por su deseo juvenil de ganar el juego y que otros lo perdieran". Los abogados defensores intentaron reducir la condena a 10 meses sin éxito. El "Hacker" ahora debe ser liberado de la prisión federal donde se encontraba hace 6 meses para regresar a Rumania de inmediato, donde cumplirá su condena.
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