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La violencia, la moralidad y otros temas respecto a la maldad del ser humano, para bien o para mal siempre han estado presentes en los videojuegos. Algo que un profesor de estudios religiosos ha querido traer a colación gracias al videojuego Call of Duty: Modern Warfare 2 del 2009.
Se trata de Gregory Grieve, quien es director de la Red de Estudios Culturales de la UNCG de Videojuegos y miembro fundador de la Academia Internacional para el Estudio de los Juegos y la Religión. Específicamente, se cuestiona el nivel llamado No Russian, donde un estadounidense infiltrado en un grupo de terroristas, debe ayudarlos a masacrar a todos las personas inocentes que se encuentran dentro de aquella instalación.
Una misión que como indica el doctor Grieve, pone en jaque a los jugadores, sobre todos los religiosos y los enfrenta a un dilema, pensando si hay alguna forma de evitar causar tanto daño y asesinar a los inocentes. El profesor se pregunta: "¿Cómo pueden combinar sus nociones cristianas del bien y el mal con lo que está pasando en el juego?", acusando además que "muchas veces los videojuegos simplemente se ignoran o se descartan como entretenimiento frívolo, pero muchos de ellos tienen decisiones éticas profundas que los jugadores deben tomar".
Algo que profundizó justamente con la polémica misión, la cual se le presentó al grupo de gamers cristianos evangélicos que jugaban Call of Duty, quienes según indica “deciden darle la espalda a toda la violencia y no comprometerse con ella”. Estos jugadores atraviesan el aeropuerto para terminar exactamente en el mismo sitio donde habrían llegado al momento de elegir la violencia. Pero según indica Grieve, lo hacen “con sus valores intactos”, al menos en esta etapa del juego.
“Deciden darle la espalda a toda la violencia y no comprometerse con ella”, indicó.
Según cuenta en UNCG News, este interés nació luego de que un estudiante le indicara que los villanos le parecían más interesantes, lo que lo llevó a pensar en el papel del mal en los juegos.
“Comencé a notar cómo el concepto del mal funciona como una piedra angular, apoyando el juego, la cultura del juego y las comunidades del juego”, indicó el profesor.
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