Luego de estar a punto de convertirse en la primera compañía de billones de dólares de China, Tencent vio cómo su negocio dentro de la industria de los videojuegos peligraba por las medidas restrictivas del gobierno de ese país. Esto ya que Xi Jinping, el líder supremo de China, decidió que la industria de la tecnología y los juegos tenían como efectos secundarios en adolescentes y niños, que ellos estuvieran constantemente distraídos, catalogándolos como "opio espiritual". Medidas entre las cuales está la popular restricción a los menores de 18 años, quienes solo pueden disfrutar de sus videojuegos durante tres horas a la semana.
Medida que se suma a otras como la desviación de capital de sectores estratégicos como los semiconductores, asegurando que el dinero no sea "malgastado" y se destine al desarrollo tecnologico del país, llevaron a que Tencent y otras grandes compañías dentro de la industria digital de China, tuvieran que operar estando de alguna forma atrapadas dentro de una represión radical de 18 meses. Algo que según indican en el medio The Economist, hizo que la gigante tuviera que dar un giro en algunos de sus negocios, como también tener que ceder parte de su capital.
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Un ejemplo de esto fue la transferencia total que debió hacer Tencent de sus participaciones en las empresas chinas de comercio electrónico jd.com y Meituan, por un valor de $36 mil millones de dólares, a sus accionistas como dividendo. Todo para intentar calmar las preocupaciones de los reguladores del país, haciendo que esto, sumado a otros factores, tuvieran como resultado que durante el tercer trimestre de 2022, los ingresos de Tencent disminuyeran un 2% interanual, llevando a que su capitalización de mercado se derrumbara a menos de $250 mil millones dólares.
Ante esto, además la empresa debió enfocar su esfuerzo en su WeChat, la principal app china que es usada con diferentes propósitos, entre ellos servicios de mensajería y llamada gratis, redes sociales, un sistema de pago online y además, apostando fuerte en Channels de WeChat, una especie de TikTok china.
Canales de videos cortos que han salvado a Tencent, quienes por ahora pueden respirar tranquilos luego de que los reguladores chinos dijeran que la represión tecnológica ha terminado, aunque dentro de la industria digital del país se mantienen alertas ya que como aseguran en The Economist, el partido comunista (que gobierna en China) y sus medidas restrictivas, siguen siendo “una presencia espectral”.
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