Valve, la desarrolladora de videojuegos y plataforma de distribución digital Steam, ha expulsado a más de 40.000 jugadores de su popular título Dota 2 por hacer trampa. La compañía ha utilizado una técnica poco común para detectar a los infractores, en lugar de centrarse en sistemas antitrampas o reportes de los propios jugadores.
En concreto, Valve lanzó un parche que añadía una sección de datos secreta en el cliente del juego, a la que solo podían acceder los usuarios que utilizaban software de terceros para sacar ventaja. Gracias a esta estrategia, la empresa ha identificado a los tramposos y les ha sancionado.
Valve ha afirmado que los jugadores sancionados se lo merecían y ha dejado claro que no hará excepciones si se descubre que jugadores profesionales también hacen trampa. Una medida que pareciera ser algo drástica pero que seguramente será bien recibida por la comunidad que juega de manera limpia y que busca tener partidas dentro de Dota 2 sin tener que toparse con cheaters.
De hecho, la compañía ha agradecido a los usuarios que han reportado a lo largo del tiempo y ha destacado la importancia de jugar en igualdad de condiciones, donde la habilidad de los jugadores y el trabajo en equipo sean los que marquen la diferencia. La acción de Valve demuestra su compromiso por mantener la integridad de su juego y la satisfacción de su gran base de usuarios activos.
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